(Primera saga, segundo libro)El Chavo del 8 y los ladrones de México

Amigos traidores

Por la noche:

Chente, Manuel y Ollie estaban en una esquina, viendo las estrellas.
-Qué bonita noche ,verdad?-dijo Ollie.
-Sí, las estrellas están brillando mucho-contestó Chente.
-Será mejor que durmamos, mañana hay que ir a la escuela-dijo Manuel.
-Sí, buenas noches-contestó Chente.

Todos se fueron a dormir, Manuel tapado con una manta y Chente y Ollie juntos pegados para darse calor mutuamente.

Por la mañana:

-Vayamos a clase-dijo Chente.
-De acuerdo-contestó Ollie mientras se levantaba del sucio suelo-Manuel, vamos-
-Sí-respondió Manuel mientras se incorporaba muy lentamente.

Al llegar a la escuela:

-Buenos días, niños-dijo don Ramón-exclamó-Bueno, hoy vamos a empezar con los animales-

-No, yo más tarde-contestó Quico.
-Me refiero a los animales que están siendo uso de nuestro estudio-explicó don Ramón-Bien, Chavo. Dime cuál es el animal más grande que existe-

-Creo que... La ballena-contestó Ollie.
-Exacto, Chavo. Tienes 10-
-

Mentira, señor profesor. El animal mas grande que existe es Ñoño-dijo Quico.
-Oiga, me está insultando!!-dijo Ñoño.
-Bueno, calma-respondió don Ramón.
-Pero hoy por qué no ha venido el maestro Jirafales?-preguntó Paty.
-Mira, Paty. El profesor fue llevado al hospital ayer, entonces necesita descansar-
-Está cansado?-preguntó la Chilindrina.
-Pues claro. Cómo no va a estar cansado de tanto crecer?-dijo la Popis.
-Popis! Fuera de la clase!-
Don Ramón echó fuera de clase a la Popis y no volvió a entrar durante 3 horas.

Al salir de las clases:

Roberto y Ñoño iban camino a casa cuando vio que los ladrones estaban atracando otra tienda, y se llevó una gran sorpresa. Uno de los ladrones parecía ser Dennis, el padre de la Popis.
-Oiga? Quién se creen que son?-dijo Ñoño.
-Qué te importa, gordo seboso?-contestó el hombre.
Y eso a Ñoño le resultó algo familiar, ya que el padre de la Popis, siempre se metía con Ñoño llamándole gordo seboso.
Le contaron todo a sus amigos y todos quedaron a la tarde en la fábrica destruida. Eran las 4 de la tarde y llovía a cantaros.
-Deberíamos llamar a la policía, ya-dijo Chente.
-Es mi padre. No vas a llamar a nadie. Lo pillas?-dijo la Popis.
-Pero Dennis estaba con los ladrones en mitad del atraco, y su moto tiene las misma llantas que las huellas que encontramos-dijo Roberto.
-Eso no demuestra nada, maldito estúpido! Eres un completo idiota!-gritaba Quico.
-Esto se le ha caído antes, es de la tienda de Angelines-dijo Manuel.
-Mi padre la debió de comprar-explicó la Popis.
-Mentira, fue tu padre!-exclamó Manuel.
-Mentiroso!!-intervino Quico.
-Quico acéptalo de una vez, tu tío es un imbécil, un delincuente!!! !-dijo Chente.
En ese momento Quico y Chente se empezaron a pelear, pero por suerte no se hicieron mucho daño. Entre todos consiguieron separarlos.
-Eh, eh, chicos! Quico y Popis son nuestros amigos-dijo Ñoño.
-Dennis es un idiota, pero eso no lo convierte en un delincuente-añadió la Chilindrina.
-Ni en inocente!-contestó Ollie.
-Chicos, no tenemos suficientes pruebas-explicó Paty.
-Cuántas pruebas más necesitas? Podemos ir nosotros solos a decírselo a la policía-dijo Ollie.
-Si los entregáis, ni se os ocurra dirigirnos la palabra-dijo Ñoño.
-Estamos completamente arruinados, no tenemos ni para comer. Si no conseguimos la recompensa antes de pasado mañana, tendremos que mudarnos a otro lugar-explicó Manuel.
-Genial, nadie quiere unos traidores aquí!-dijo Quico-O estáis con nosotros o estáis en contra!-
-Estoy harto de esta chusma, Quico-añadió la Popis.
-Vais de chulitos por tener dinero?-preguntó Manuel.
-Chicos, tal vez tengan razón-interrumpió Roberto-No tenemos suficientes pruebas. Tal vez no hayan sido ellos-
-Tú también nos dejas tirado?-dijo Ollie-Conseguimos que te acepten en el grupo, donde nadie te quería, y ahora te pones de su parte-
-Chavo, no estamos en vuestra contra-dijo Paty.
-Ya veo, será mejor mudarse. Con un poco de suerte, encontraremos amigos de verdad-
-Sabes qué, Quico? Estamos de acuerdo en algo. Nosotros tampoco queremos juntarnos con la chusma-dijo Chente.
Y se fueron y no los volvieron a ver.