(Primera saga, segundo libro)El Chavo del 8 y los ladrones de México

La detonación

Mientras tanto, los demás:

-Por cierto-dijo Ollie-Respecto a lo de que solo se puede confiar en uno mismo...-
-Qué?-dijo la Chilindrina.
-Es una tontería-dijo Ollie.
Entre todos se dieron un abrazo e incluso don Ramón se emocionó y se le cayeron algunas lágrimas.

Al día siguiente:

Quedaban 2 minutos para la detonación, y, los niños y los adultos, ya recibieron la recompensa de 900.000 pesos mexicanos.
Paty se había puesto un nuevo vestido, blanco como las nubes, y todos los chicos estaban alucinando, excepto Ñoño que estaba hablando con la Popis.
-Si hacéis algún comentario sobre mi vestido, os vais a enterar-dijo Paty.
En ese momento, todos dejaron de mirarla, excepto Ollie que seguía alucinando de lo guapa que estaba Paty.
En ese momento, llegaron el señor Barriga y el profesor Jirafales con unos regalos para Ollie y don Ramón.
A Ollie le regalaron una ropa muy bonita; le dieron una camiseta blanca con rayas rojas y un vaquero verde oscuro corto.
En cambio, a don Ramón le alucinó su regalo.
-Un contrato para trabajar en el banco!-exclamó Ramón-Pero, por qué?-
-Por enseñarles tantas cosas a los niños durante todo el año-respondió el profesor Jirafales.
-Bueno, he de admitir que alguna vez he sido muy duro. Por ejemplo, echar a Quico y a Popis de clase, o nada más salir de clase, golpear al Chavo-explicó don Ramón.
-Pero gracias a usted he aprendido que debo siempre estar muy atento-dijo Quico.
-Y yo he aprendido que no debo burlarme nunca de la gente, ya que a mí no me gustaría que me hicieran lo mismo-dijo también la Popis.
-Y también usted me ha enseñado que debo portarme bien, y no burlarme de su abuelita, don Ramón-añadió Ollie.
Todos se empezaron a reír.
-Nunca cambiarás, Chavo-añadió la Chilindrina.
-Por eso hay una persona que le quiere pedir disculpas-dijo el profesor.
-Don Ramón-dijo doña Florinda-Siento mucho haberlo golpeado todos estos años. Yo...-
-No se preocupe, yo siempre tenía esperanza de que algún día, usted dejaría de golpearme-
Finalmente, los dos se dieron un abrazo.
-Bueno, espero que trabaje duro don Ramón. La niña depende de usted-dijo doña Florinda.
-Claro que sí. Que le vaya muy bien a Quico-contestó don Ramón.
-La detonación dará comienzo en 10, 9...-
En el momento en el que quedaban 5 segundos, por fin, Ollie le dio un beso en la mejilla a Paty, y esta se lo devolvió.
Finalmente, la fábrica explotó y todos se fueron a sus casas.