En el clásico ejercicio de mirarte en un espejo y preguntar a tu reflejo "¿quién eres?", de alguna manera esperamos que nuestro nos de una respuesta, o bien, que haga algo diferente a lo que nosotros estamos haciendo; pero es mucho más que obvio, que eso nunca pasará.
Retomando la pregunta, la respuesta a ella es más bien "yo soy tú", porque aunque ese reflejo que nosotros vemos en el espejo no es realidad quien somos, nos haceos la ilusión de que lo que vemos, es lo que somos. Cuando la triste realidad, es que nunca seremos capaces de vernos a nosotros mismos, sólo vemos reflejos, y todo con los mismos ojos. Me explicaré mejor; la persona que vemos reflejada en el espejo, es una parte de quienes somos, es sólo una fracción de nuestra existencia. Y es triste pensar, que aquel reflejo suele ser el más odiado, por nosotros mismos.
Solemos dar a los demás una imagen de nosotros mismos, no nos mostramos tal cual somos, cambiamos nuestro ser cada vez que estamos con alguien más; e inclusive con nosotros mismos, es como si de alguna manera, presentamos un versión distinta de "yos" cada vez que nos presentamos ante alguien y algo distinto.
Personalmente hablando, no tengo la más remota idea de que significa todo esto, pero es seguro que de alguna manera, es algo que hemos desarrollando pensando en nuestra propia seguridad y defensa.
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¿Crecer o Madurar?
Non-FictionA través de los ojos de un integrante de la juventud latinoamericana, se extiende Un amplio monólogo escrito sobre los conceptos abstractos: "crecer" y "madurar". 🤷♀️🤷♂️