¿Crecer o Madurar?

Sólo sé que no sé nada.

Una frase que por cultura general se le hes atribuida al griego Sócrates (470 A.C - 399 A.C.), pero ¿qué tanto podemos entender y rescatar de ella? 

Bueno, hemos llegado al punto de poner a cuestionarnos a nosotros mismos nuestras decisiones, y no por verlo en un sentido negativo y de auto frustración, más bien  tomarlo como lecciones de vida y aprendizaje. 

Cuando somos pequeños, nos dicen que en la escuela vamos a aprender los conocimientos necesarios para poder ser lo que nosotros queramos en un futuro, e incluso muchos de nosotros en nuestras cabezas infantiles e inocentes, nos  llegamos a asombrar con el conocimiento de nuestras maestras en turno; pues constantemente nos llegábamos a preguntar el cómo era posible que supiera tanto, tal vez nos moríamos de ganas por crecer y aprender. 

Lo cierto es que, a pesar de ello, tarde o temprano conforme vamos madurando, nos damos cuenta que nuestra propia vida es un prefecto enigma, ya que nos hemos pasado años enteros creyendo saber hacer las cosas, o inclusive creyendo que sabíamos lo que hacíamos, pero llega el punto clave en dónde nos preguntamos ¿qué es lo que se? Ya que si hacemos una profunda introspección, entendemos que nadie es experto en lo que hace (ni siquiera si tenemos la fortuna de haberlo practicado durante años). Nos empeñamos en engañarnos y decirnos a nosotros mismos que sabemos lo que estamos haciendo, pero lo cierto es que todos estamos igual de perdidos en el mar de nuestra ignorancia. 

Si la historia dice que el ejemplo perfecto de la polimatía fue Leonardo Da Vinci, es cierto que ninguno de nosotros estuvo ahí para presenciar la sabiduría hecha hombre, y aún a nuestro días, el mundo no ha sido testigo del nacimiento de alguien con características siquiera similares.  

Mi intención no es el desalentarte, sólo el hacer conciencia de lo confundimos y perdidos que vamos todos por este camino llamado vida, en dónde nada está definido, en dónde cada quién va haciendo lo que puede como puede.