~05~

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¡¡N-Noooooo!!.

Me desperté de un salto sobre la cama, todo sudado y con la respiración agitada por lo que acababa de suceder. Hace tiempo no pasaba esto, «mierda» hace meses que no.. «no otra vez». La voz de Yoel fue lo que me trajo de vuelta a la realidad.

— ¿Jacob, qué sucedió? —sus ojos preocupados me miraban esperando una respuesta— ¿Estás bien?, ¿es esa pesadilla otra vez?.

No respondí. Luego de varios minutos observando sus ojos, los mismos que me eran tan familiares, le respondí.

— Si...yo...ahora no quiero hablar de eso.

Me levanté con intenciones de ir al baño pero su mano me detiene. «¿Qué pasa?», era lo que su rostro reflejaba, tantas veces que me negué a decirle y aun seguía insistiendo. Traté de sonreír pese a saber ya la respuesta y me solté de su agarre para pasarme las manos por el pelo.

— Si solo pudieras decirme que tanto te perturba sería capaz de...

— Sabes que no me gusta hablar de este tema.

— Pero si hablaras no sería tan difícil de soportar —«por favor no me preguntes, no me lo menciones»— Si tan solo me ayudaras a ver el pasado yo...

— ¡QUÉ TE CALLES JODER! —me miró sorprendido y no lo culpo. Nunca le había gritado porque siempre tuve paciencia cuando se trataba de él— Te dije que no y te lo vuelvo a decir, no quiero hablar, ¿está claro?. No quiero hacerlo.

No quiero perderte a ti también.

No esperé una respuesta y salí corriendo al baño, cerré la puerta con seguro y puse a llenar la tina con el agua hirviendo. Tenía que sentir dolor corporal para poder deshacerme, escapar de lo que sentía y poder verlo. Necesitaba verlo otra vez. Cuando por fin estuvo llena apagué la luz y sin pensar en quitarme la ropa apresuré el paso para meterme en ella. Encendí las velas aromáticas de rosas, su fragancia y me sumergí por completo en mi mente.

Principito, ¿donde estás?

Miro a la nada, a todas partes del inmenso abismo y no lo encuentro. Empecé a hiperventilar al no verlo, hasta que una voz cerca de mi oído me hizo girar de frente a él.

Aquí, ¿Por qué lloras?.

— ¿No sabes? —volvió a preguntar con una sonrisa.

Por ti, porque por mi culpa te perdí al segundo de encontrarte.

No llores por mi —se acerca a tomar mi mano— No llores por alguien que ya esta muerto. 

No, no lo estas.

Jacob, sabes que solo soy un producto de tu imaginación. Que existo gracias a tu sentimiento de culpa.

¡No! no no no..

Ha pasado mucho, mucho tiempo y aun no has cambiado.

Walk in the Darkness [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora