Cinco treinta. Me levante de la cama, me dirigí al baño, me lave la cara, cepille mis dientes, entre otras cosas de mujeres. Hacia mucho calor fuera, esta es la mejor hora para estar solo, me puse unos shorts deportivos y una sudadera, unas zapatillas, tome mi teléfono y los auriculares. Salí de mi cuarto, como lo imagine no había nadie rondando por la casa, camine hasta el final del pasillo, toda la casa se encontraba en total silencio, camine por otro corredor hasta llegar al final de el pasillo, había dos habitaciones una junto a la otra, el problema era cual era la de mi hermano. Al demonio con todo, entre en la primera habitación cautelosamente, estaba totalmente oscura, camine lentamente dentro, una mano me sorprendió llevándome bruscamente contra la puerta, sentí un dolor punzante recorrer mi cuello, alcance con mi mano el interruptor de la luz, lo presione y me encontré con un Nicholas que me miraba sorprendido.
-Demonios! Lo siento!, pensé que eras alguien mas- Baje la vista y vi como su cuchillo se alejaba rápidamente de mi cuello, dejando correr libremente la sangre que salia de la herida que había ocasionado- Lo lamento mucho Hilary, soy un idiota - Me abrazo mientras sentía como algunas lágrimas caían sobre mi hombro, estoy totalmente consciente de que mi hermano no podría soportar que me ocurriera algo, el es mi mejor amigo y lo entiendo yo tampoco lo soportaría. Lo abrace fuertemente. Cuando nos separamos toque mi cuello, ya casi no sangraba.
-Ven Hill, hay un botiquín en el baño.- Lo seguí por la habitación, me senté en el inodoro, el puso una toalla bajo el grifo del agua y la humedeció, la paso por mi cuello limpiando la sangre, Tomo agua oxigenada, un poco de algodón y desinfecto la herida.- ¿Que venias a hacer? Me tendrías que haber dicho que vendrías así hubiéramos evitado todo este mal entendido.
-Lo siento, Nick siempre íbamos a correr a esta hora, pensé que estarías despierto.
-Lo estaba, solo que pensé que como recién llegamos aquí no iríamos.- Puso una venda en mi cuello y se quedo sentado a mis rodillas por unos instantes, apoyo su cabeza en mis piernas, le acaricie el cabello. Aunque físicamente el me había lastimado, se que yo lo lastimaba mas viéndome así.
-Todo esta bien, ¿si?- el solo asintió.
El sonido leve de unos parlantes nos interrumpió, ambos nos levantamos y nos dirigimos hacia la fuente del sonido. Bajamos las escaleras, al segundo y luego primer piso, la musica era mas nítida ahora, sin embargo se escuchaba como si estuviera bajo nuestro. Detrás de la escalera principal había una pequeña puerta que conducía al sótano, bajamos por allí, eran mas de veinte escalones hasta abajo. Había una especie de gimnasio, colgando del techo había parlantes, y había como unas cincuenta personas entrenando.
-Buenos días!- Volteamos y dimos con un Jake sonriente y sudado- No creímos verlos hasta la hora del desayuno.
-Se podría decir que somos madrugadores- Creo que a Nicholas le cae bien Jake.
-¿Que te sucedió en el cuello? ¿Quien sera el afortunado del que nos desaremos hoy?- Pregunto observando mi cuello. Nick iba a contestar pero me adelante.
-Fue un accidente nada que no pudiéramos solucionar- Jake comprendió la situación y nos hizo una pequeño recorrido por el gimnasio.
-Bueno aquí, pueden hacer todo lo que sea brazos y piernas, mientras que por allá- Señalo el lado izquierdo del lugar- Hay una especie de... como explicarlo, pueden practicar combate cuerpo a cuerpo- Había como una especie de colchonetas cuadradas grandes, supongo que serian para delimitar hasta donde pueden pelear.- y por último, esta es el área de disparo, por allí hay armas y municiones y tiene algunos maniquíes o dianas para practicar, siéntanse libres de hacer lo que quieran caqui.
El lugar estaba bien equipado, había muchas cosas por hacer, mientras inspeccionaba el lugar vi que las chicas que había visto ayer estaba haciendo combate cuerpo a cuerpo. Me separe de Nick y me dirigí junto a ellas. Una morocha y una colorada peleaban mientras que la otra las observaba. Me arrodille junto a ella y observe la pelea.