— Bien, le permito preguntarme algo...—dijo él después de las risas que habían soltado ambos. Acarició sus rubios -y sucios- cabellos mientras se encontraba recostada de lado en el mismo sillón de terciopelo rojo, y él, sentado frente a éste, recargando su cabeza en el asiento, al alcance de las suaves manos de la princesa.
— Mmm bien... ¿Cómo fue que decidiste ser un pirata?— hubo un ligero silencio.— ¿O acaso es de familia?
Ésta vez, el silencio fue más prolongado y un tanto incomodo. Chat no se esperaba para nada esa pregunta. Y aún no sabía si era tiempo de responderla.
— Bueno... solo puedo decirte, por ahora, que no fue exactamente mi primer elección ¿sabes?— Marinette, con algo de dificultad, se incorporó para verle el rostro a pesar de que él no se había inmutado.— Escapé de casa muy joven por... bueno, unos problemas con mi padre. Duré varios días en la calle, ya sabes, robando por algo de comer y poder sobrevivir, y no fue hasta que llegué a un muelle que un hombre viejo me...— detuvo sus palabras en seco y la miró. En ese momento, Chat odio por completo la mirada llena de lastima que le brindaba la princesa.—... Me recomendó trabajar con otros hombres que estaban preparándose para zarpar en un barco enorme. Lo que no me dijo, fue que eran piratas.— soltó una risa sin gracia alguna.— Trabajé con ellos hasta convertirme en el capitán, pero como ellos eran unos malditos traidores los saqué del barco y formé mi propia tripulación.
— Se ve que te tienen respeto y admiración.— ella intentó dar una suave sonrisa para bajar la tensión que el chico había formado en el ambiente.
— Si, pues, digamos que los saqué de un agujero peor que éste.
— Es muy lindo de tu parte.— en cuanto dijo eso, él la miró con una ceja enarcada.— qui-quiero decir... por-por haberlos rescatado.
Ahora él había fruncido el entrecejo.— No soy un santo o una especie de "salvador". Si hice eso fue por mera estrategia. Al sacar sus estúpidos traseros del lodo en el que estaban fue para que me deban la vida y no me traicionaran por nada.— Él se levantó y la tomó con fuerza del mentón.— Ni por una cara bonita.— susurró.
Eso hizo que ella se sintiera ofendida. ¿Qué carajos le pasaba a este hombre?¿por qué si habían durado tanto tiempo bien entre ellos, debía arruinarlo con sus actitudes? Es más ¿por qué se había molestado por ese comentario que no era para nada ofensivo?
— Tienes razón.— Lo alejó de un manotazo. — No eres un santo.— Se sentó en el sillón, abrazando sus rodillas y girando la cabeza a otra dirección para no tener que mirarlo. Aún se sentía muy débil, incluso como para caminar hasta la esquina en la que antes dormía. — Y me lo recuerdo cada mañana al despertar y darme cuenta que no estoy en mi hogar.
Solo escuchó los fuertes pasos de sus botas alejarse y un fuerte portazo.
Sin darse cuenta quedó profundamente dormida; al despertar, se dio cuenta del silencio que, al parecer, se encontraba en todo el barco, y que la luz del sol ya no se filtraba para iluminar el cuarto. Se talló los ojos a pesar de que le tomó más tiempo a sus ojos acostumbrarse a la oscuridad.
Escuchó una respiración pausada.
Debe estar dormido el capitán gruñon. Pensó mientras se acomodaba mejor en el sofá. Inspeccionó la habitación y se dio cuenta que aquel pirata estaba dormido en la amaca.
Debió enojarse mucho, pues ni el plato de comida le dejó. Ella no quería darle esa importancia, sin embargo, sentía una ligera opresión en el pecho, pues eso significaba que ¿ya no se iba a preocupar por ella? No es que fuese una niña mimada que necesita la atención de alguien más, iba más allá, pues le gustaba estar con él, desarrollando poco a poco un afecto al muchacho, aún sin saber el verdadero aspecto de su rostro ni su verdadero nombre.
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Trésor Divin [AU MLB +18]
Fanfiction~ Historia corta de MLB AU~ ||MARICHAT/ ADRINETTE|| La princesa de Francia, Marinette, quien está a días de casarse, ha sido secuestrada por una tripulación de piratas, siendo el Capitán el más deseoso de tenerla a bordo. ¿Será que aquello fue mera...