cuatro

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CAPÍTULO CUATRO

Jugué con la pajita de mi refresco. 

"Le besé anoche en un juego..." admití.

La boca de Isabella se curvó convirtiéndose en una sonrisa. "¿Sabes cuántas chicas están celosas de ti ahora mismo?" 

Estreché mis ojos antes de decir casualmente, "Casi nadie lo sabe."

Isabella rió y se recostó en su silla. "Ave, todo el mundo lo averiguará tarde o temprano. Los cotilleos se mueven rápido por el campus."

Mordí mi pajita y le di sorbos a mi Coca-Cola. Isabella tenía razón, los cotilleos se movían rápido por el campus pero nuestro beso no era algo de lo que cotillear. Era sólo un juego de "pasa el trozo de papel con sólo tus labios." Si así es como se llama. 

"Podemos sólo comer y irnos... No necesito que esa chica me esté matando con la mirada durante toda la noche." giré mi cabeza hacia la mesa de Harry por un segundo.

"Sí, vamos a esperar nuestra comida y nos vamos de aquí." Isabella sonrió y le dio un sorbo a su bebida.

"Me siento muy incómoda ahora mismo. Siento que la chica que está con él me está mirando el alma." mi espalda estaba hacia su mesa. Los podía escuchar reír en su mesa. Isabella rió y miró por encima de mi hombro a la chica que estaba con Harry.

"Oh sí. Está mirando." Isabella rió y le dio otro sorbo a su bebida.

Presioné mi mano en mi frente y suspiré.

Justo entonces, nuestra comida llegó a nuestra mesa. Comí rápido. Daba grandes bocados y grandes sorbos a mi refresco.

"Whoa, ve más despacio," Isabella rió, "No están mirando más."

Levanté la vista de mi plato y giré mi cabeza rápidamente. Isabella tenía razón, ella o Harry no estaban mirando más. La chica sentada a su lado estaba encima de él, pasaba su mano por su pelo rizado y le susurraba cosas en el oído mientras ella se mordía el labio. Ni siquiera quería saber lo que le estaba diciendo. Era probablemente obsceno.

"Dios, ya la odio." negué con la cabeza y jugué con mis palillos chinos. 

"Parece una puta. Ni siquiera creo que vaya a la NYU." Isabella rió, dándole otro vocado a su pollo a la naranja. 

"Vamos a pagar y a salir de aquí." dije, dejando mi tenedor en la mesa y recostándome en mi silla.

Isabella miró detrás de mí. "Uh, creo que eso no va a pasar."

Fruncí el ceño en confusión pero antes de que pudiera girarme, Harry estaba de pie detrás de mí con sus manos en la parte de atrás de mi silla.

"Avery, Isabella." Harry sonrió. Finalmente, dijo bien mi nombre.

"¿Sí?" Isabella movió la pajita de su refresco.

"Vamos a hacer una pequeña 'fiesta' en nuestra casa de fraternidad. Nada grande. Nos estábamos preguntando si queríais venir." 

Miré a Isabella. Abriendo mucho los ojos y moviendo mi cabeza ligeramente. Harry no me podía ver ya que estaba detrás de mí.

Isabella rió, "Suena divertido. Iremos un rato pero no nos quedaremos hasta tarde."

 Apreté los puños debajo de la mesa y la miré.

"¿Estás de acuerdo en eso, Avery?" Harry puso una de su manos en mi espalda y se giró para mirarme a la cara.

Puse la mejor sonrisa que pude y asentí. 

"Suena divertido. Nos vemos en un momento." Harry sonrió y se fue de nuevo con sus amigos y esa... chica.

Cuando Isabella y yo pagamos, me senté en el asiento del conductor. 

"Voy a matarte." le dije a Bella cuando se sentó en el asiento del pasajero.

"Oh vamos, Ave. Eso es mejor que sentarnos en nuestro dormitorio durante el resto de la noche."

Por mucho que quisiera volver a nuestro dormitorio, Bella tenía razón. Estaría aburrida.

Encendí el coche y conducí a la casa de fraternidad de Harry. La acera estaba llena de coches y se podía oír la música desde unos edificios más lejos. Tenía suerte de que no vivía en un vecindario normal y que vivía cerca de otras casas de fraternidad y de hermandades de mujeres. 

Aparqué el coche en la misma calle y salí a la calle. Fue cuando me di cuenta de que las dos llevábamos pantalones de chándal y sudaderas. Nuestro pelo no estaba bien. Las dos llevábamos moños mal hechos.

"Tengo ropa de recambio en el maletero." dijo Isabella, abriendo el maletero del coche y sacando una bolsa de lona.

La miré como si estuviera loca. "¿Por qué?" 

"Nunca sabes." 

Negué con la cabeza y cogí un vestido de la bolsa. Era negro y sin mangas. Isabella me dio un par de sandalias para ponérmelas con el vestido.

Me cambié en la parte de atrás del coche, junto con Isabella. Dejé mi pelo suelto aunque estaba muy ondulado. En ese punto no me importaba. Caminamos dentro y Harry estaba en la puerta.

"¡Hey! ¡Justo a tiempo para un bonito juego de Siete minutos en el Cielo, Avery!" sonrió gritando por encima de la música.

Me cogió por el brazo antes de que tuviera tiempo de decirle que no quería jugar. 

Vi a la chica con la que Harry estaba antes sentada en el círculo con muchos otros chicos.

"¡Gira!" dijo la chica, ella sonrió y aplaudió en el mismo momento en el que la botella giraba en la alfombra. 

Con mi suerte, la botella me apuntó a mí.

Sabía que absolutamente nadie jugando a este juego excepto por Harry y ahora yo había sido forzado en entrar en un armario con alguien. 

La botella giró durante mucho tiempo hasta que apuntó a otro chico. Tenía el pelo castaño y ojos marrones. Su piel estaba bronceada. Me sonrió. Me cogió de la mano y caminamos al armario del pasillo. 

"¿Cómo te llamas?" preguntó en la oscuridad, estaba nerviosa. ¿Dónde estaba Isabella cuando la necesitaba?

"A-Avery." tartamudeé. Sentí su mano paseándose por mi brazo hasta llegar a mi cadera.

"Ese es un bonito nombre. Soy Zeke." sus palabras me hicieron cosquillas en mi oído. No podía ver pero podía decir que estaba cerca; demasiado cerca.

"Encantada de... conocerte." susurré. Eché la cabeza hacia atrás cuando sentí su mano desabotonando mi vestido. Le di un golpe en la mano para que la alejara y traté de ver en la oscuridad.

"Para." rogué. Sentí sus labios presionando en mi cuello.

Le empujé para que se alejara de mí y encontré el pomo de la puerta. Abrí la puerta y salí al pasillo.

Abofeteé a Zeke en la cara antes de caminar rápido hacia la cocina.

"¿Qué demonios?" gritó Zeke, "¿Por qué ha sido eso?" 

"¡Por intentar quitarme el vestido!" le grité.

"¿Sabes lo que es Siete Minutos en el Cielo?" 

Encontré a Isabella de pie al lado de la encimera y la cogí del brazo.

"Nos vamos." ordené.

"¿Qué? ¡Acabamos de llegar, Ave!"

La empujé a la puerta de entrada y pasé a Harry en la sala de estar.

"¡Avery!" gritó, levantándose. "¿Dónde vas?" 

"Me voy." dije, cerrando la puerta detrás de mí.

frat boy (español) / h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora