II

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-Mi Rey. Lo estábamos esperando.

Heimdall, el centinela y vigía de Asgard recibe a Odín con su ejército en el Bifröst. Él no sonríe, tan sólo hace una reverencia, casi imperceptible, y ve el desplante de guerreros por el puente de arcoíris.

-Lleven el cofre a la bóveda.

Odín le ordena a sus generales y estos desaparecen con el cofre, uno más se acerca a él con el "prisionero" que el Rey ha traido consigo.

-Mi Rey, me encargaré de llevarlo a las mazmorras.
-No hagas eso, no es un prisionero.
-Como ordene ¿A dónde lo llevo?
-Por el momento, llévalo a la bóveda; no puedo permitir que alguien más lo vea.

El general hace una reverencia con la cabeza y Odín solo puede ver el temblor del joven que ha sacado de la oscuridad; percibe la mirada del centinela sobre él y resopla mientras ve partir a sus guerreros.

-Larga historia, Heimdall.
-Ha sido un acto misericordioso el no dejarlo ahí.

Odín está consciente de que el vigía sabe lo que ha hecho. Siempre alerta en una guerra, siempre atento a todo el universo.

-Sí, creo que sí.
-La Reina Frigga lo está esperando.
-Bien, acabemos con los protocolos para que todos puedan descansar. ¿Dónde está Thor?







-Jajaja. ¡Otra!

Hay música estridente por todo el lugar, risas y gritos hilarantes, mujeres bailando y restregándose en distintos regazos por doquier y tarros de hidromiel tirados al suelo una vez que están vacíos.

Todo se silencia cuando el Rey hace acto de presencia en la mugrienta taberna en la que se encuentra su hijo, el golpe en seco de Gungnir contra el suelo ha callado a la mayoría, excepto al joven rubio que sigue riendo y exigiendo bebida.

-¿Qué pasa con las bebidas? Y ¿Por qué ha parado la música? ¡Venga, sigamos divirtiéndonos!

Odín se acerca a su hijo, las miradas aterradas no se alejan de él y se hacen más grandes cuando su mano aprieta fuertemente el hombro de su primogénito.

-¿¡Qué demonios te pasa!?

Thor se levanta bruscamente y tira su silla con el acto, palidece cuando voltea y se encuentra con la mirada furiosa de su padre.

-Eso mismo me pregunto ¿¡Qué demonios pasa por tu cabeza!?
-¡Padre! Yo... Estaba honrando tu regreso y el triunfo de nuestras tropas.
-Las celebraciones se han realizado en el salón principal mientras tú y tus amigos se embriagan aquí.

Odín se dirige hasta la entrada enfadado, su único hijo hace de todo menos honrarlo, sus acciones son las de un joven imprudente y a él no puede heredarle el trono.

-Sígueme.

Ordena y Thor lo sigue mientras mira en busca de ayuda pero todos tienen las miradas gachas, nadie se atrevería a desafiar al Rey. Cuando abandonan la taberna la música y las risas se reanudan y Thor refunfuña al saber que se perderá de toda la diversión que aún le resta a la noche.

Caminan en silencio, Thor quiere decir algo pero no se atreve y prefiere quedarse callado. Sabe que será reprendido por cualquier sonido que salga de su boca.

Se da cuenta que caminan hacia la bóveda y quiere preguntar pero no lo hace. En la entrada de la enorme bóveda se encuentran con su madre, siendo escoltada por dos guardias.

-Mi Reina - Odín toma su mano derecha y besa su dorso.
-He venido como lo ordenaste pero ¿a qué se debe esto?
-He traído algo de Jötunheim.
-Oh vaya, obsequios.

Displicente SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora