~KIM SEOKJIN

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Estaba comenzando a amar mi cuerpo invisible. De alguna manera extraña me hacia sentir libre. No hacia falta que me inquietara por el tamaño de mis muslos o por el hecho de que una de mis orejas fuera mas protuberante que la otra. En cambio , solo estar ahí , ser capaz de oler , tocar y sentir , era el regalo mas maravilloso del mundo. Prometí no volver a quejarme de mis dedos torcidos de los pies. En ese momento , la culebra de collar que vive en un rincón del invernadero de la abuela se deslizó sobre el extremo de mi pie.

-Hola , culebra de collar -susurré-. Qué agradable es sentirte.
Y lo decía de verdad.

-Espero que no te importe compartir tu hogar conmigo esta noche , pero es que no tengo a dónde ir y estoy muy cansado.

Bostecé. No pude evitar que mis ojos se cerraran. Ni siquiera los demás bichos que pudieran estar compartiendo mi silla me importaban. En ese instante me sentí seguro , lo suficiente como para disfrutar de una pequeña siesta.

Cuando me desperté sentí que algo no estaba bien. Era la luz. No era la luz cruel que temprano en la mañana hace que tus espinillas se vean espantosas. Tenía un matiz benigno , una especie de resplandor de mediodía que me recordó los pícnics en el campo con la abuela y el abuelo , donde disponíamos la comida cerca a de un recordo del río y esperábamos a que los rayos salieran de las sombras. Me estiré en la silla. Dormir me había hecho bien y me sentía mejor , menos irritable y mas dueño de mí mismo.

El auto de la abuela no estaba en el lugar donde lo estacionaba en la calle , y la casa estaba en silencio. Crucé el patio y miré por la ventana de la cocina. El reloj estaba muy alto , sobre la puerta de la despensa la 1:05 p.m. Estaba tan enojado conmigo mismo.

-Eres tan perezoso , Jungkook -me quejé agitado-. Desperdiciaste toda la mañana del sábado y nunca tendrás otra de nuevo en esta vida.

Había pensando pasar todo el día con Jin , pero tal vez ya estaría en la ciudad en este momento. Estaba obsesionado con la ropa y podía imaginarlo tiendas tras tienda y juntando atuendos fabulosos. Decidí que lo mejor que podía hacer era ir directo a su casa y esperarlo allí.

Regresé a la iglesia por donde había venido , pasé junto al club de tenis y luego giré por un pequeño callejón que servía de atajo entre las dos casas.

Al fin del callejón hay otra vía con algunas casas grandes y la entrada del jardín botánico. Hay un gran pedazo de césped sentado con narcisos y me detuve a admirarlos. Me agaché un momento y observé una abeja sumergirse en las flores en búsqueda de polen. Tan pronto como me levante , lo vi. Esa manera de caminar con pasos largos y esa sonrisa cuadrada es inconfundible. Tae se dirigía hacia mí.

-Dios mio santo. Menos mal no puede verme.

Por instinto sacudí mi cabello y me pasé la lengua por los labios para darles un poco de brillo. Mientras veía a Tae  acercarse , reflexione sobre la injusticia de la vida. Cuántas veces había salido a caminar por ahí con mis mejores jeans de cuero y el pelo recién peinado , esperando tropezarme "por accidente". ¿Acaso ocurrió alguna vez? No. Y ahora me encuentro aquí , sin siquiera pensar que podía verlo , mientras él se acercaba a mí. Taetae iba frunciendo el ceño , y sus ojos estaban clavados en el pavimento. Parecía necesitar una cara amiga. Una parte de mí deseaba poder materializarse frente a él y decir "¡sorpresa!".

Pero Tae poco a poco se alejaba , sin yo tener oportunidad de nada. Mientras veía alejarse recordé de repente que no iba a mejorar mi situación.

Sábado 4 de marzo - 3:55 p.m.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2019 ⏰

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