Capítulo 1 "No me vuelvas a tocar sin mi permiso"

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Aquella mañana fue bendecida con una lluvia lo suficientemente fuerte, como para despertar a Mest por el golpe de las gotas contra el tejado de su casa.
Una vez despierto, miro la hora y se dio cuenta de que aún le faltaban unos minutos para salir, por lo que decidió revisar algunos cursos para olvidar lo que sucedió ayer y su hambre, por lo menos no había parado de beber agua lo cual hacia que aún pudiera moverse.
Los minutos pasarnos rápidamente y Mest bajo más lento de lo habitual acompañado de un paraguas, hacia la salida y por suerte su madre no estaba, después de otros minutos Mest ya estaba a mitad de camino hacia la preparatoria.

Sin embargo en otro lado de la ciudad, las gotas de agua parecían ser una melodía de cuna para Nora, la cual solo despertó después de que su despertador sonará por cuarta vez.
Sobresalto de la cama y salió corriendo de su casa hacia la preparatoria, antes de esconder con maquillaje su morado, después de todo no quería ser otra vez maltratada por alguna falta. Realmente le dio igual mojarse en el camino, al menos había llegado al portón a tiempo en donde se encontró con Mest, al parecer habían llegado de forma sincronizada.
Mest cuando se dio cuenta de la mirada de Nora, la cual deseaba empezar su día molestando lo, se desmayo justo en frente de ella y los demás que habían presentes. Parecía ser que su cuerpo como su mente habían llegado al límite, después de todo parecía que era mucho para un cuerpo tan pequeño.
Nora por su parte al verlo caer, pensó que se burlaria o al menos mostraría una sonrisa, pero no. Al verlo en el piso, un fuerte sentimiento invadió su pecho, sintio como si le estuvieran arrancando los intestinos, por lo cual se abalanzó sobre el para así llevarlo corriendo hacia la enfermería.
Varias horas pasaron y finalmente Mest despertó, miro a su alrededor algo confuso por lo que había pasado pero no parecía haber nadie, eso pensó hasta que escucho la voz de una mujer.
"Tienes serias heridas en la espalda, désinfecte algunas y otras les puse pomada. Deberías comer y descansar un poco más, por suerte te acabas de despertar para la hora del almuerzo, ahora vete de mi enfermería"

Al parecer dicha mujer era la enfermera de la preparatoria, y también parecía no querer meterse en los problemas de Mest o de cualquier otra persona.
Mest solo asintió con la cabeza junto a una leve sonrisa y salió del lugar.
"Aunque me digas eso, no tengo dinero o comida"

Dijo para si mismo ya que pensaba que nadie lo escuchaba, pero para su mala suerte delante de él había una chica de su misma edad y talla, la cual no dudo en dirigirle la palabra.
"Si quieres puedo darte este emparedado, se lo iba a dar a un amigo pero te lo puedes quedar"

Extendió aquel sándwich de atún y Mest por la confusión del momento solo balbuceo algunas palabras de agradecimiento para luego tomar el alimento con amabas manos. La fémina que estaba delante de él sonrió y se fue.
Mest quien aún no creía lo que había pasado, se sintio feliz y empezó a comer con ánimos, mientras iba hacia un árbol y asi sentarse bajo este. Al parecer el hecho de no haber comido por un tiempo había reducido su apetito, ya que sólo ese sándwich lo había llenado.
La felicidad nunca duraba mucho tiempo en la vida de Mest, ya que empezó a sentir la mirada de Nora sobre el, y en efecto al mirar alrededor se encontró con Nora, quien lo desfiguraba con sus ojos.
Nuevamente por los nervios y la presión del momento sonrió, pero esta vez al intentar levantar la mano, un dolor agudo recorrió su espina dorsal haciendo que hiciera una mueca de dolor y quedará algo paralizado.
"Si ella me pega de nuevo.."

Nuevamente hablaba solo, y más balbuceaba cuando vio que Nora se acercaba poco a poco. Una vez delante de él, cerró los ojos con fuerza esperando su castigo diario.
Pero por alguna razón no pasaba nada y hubo silencio hasta que Nora hablo.
"Que débil eres por haberte desmayado esta mañana ¿Que estás haciendo aquí? ¿No deberías estar comiendo algo y descansando?"

Mest se había esperado a todo menos que ella estableciera algo parecido a una conversación con el, obviamente se quedó en blanco, pero al ver que molestaba a Nora empezó a hablar aunque tartamudeaba algunas palabras.
"S-si, eso estoy haciendo."

Era la primera vez que Nora escuchaba la voz de Mest diciendo algunas palabras, lo cual le sorprendió un poco, ya que hasta su voz era algo suave.
Mest quien aún se sentía nervioso por la mirada de Nora, pudo relajarse un poco y aprovecho para mirar el rostro de su abusadora, pensando que así podría dibujarla mejor, pero obviamente se dio cuenta del morado aunque estuviera bien escondido con todo ese maquillaje.
"¿Que? ¿Que te paso?"

Parecía idiota preguntándole eso a la persona quien lo golpeaba, pero no fue lo único que hizo, se puso de pie aunque sentía ese dolor en la espalda y llevo su mano a la cara de Nora.
Ella durante ese lapso de tiempo quedo paralizada, sintio terror por ser golpeada por un hombre de nuevo, pero en el momento en que Mest la toco, sin embargo el solo acarició el morado con el índice.
En ese momento ambos se miraron a los ojos y tuvieron pensamientos diferentes.

-El nunca me a devuelto los golpes y aunque tiene la oportunidad, no lo hace. Sus ojos parecen estar llenos de preocupación ¿Por que?-
Pensaba Nora mientras buscaba la respuesta en la pupila de Mest.

-Nunca pensé que ella pudiera tener una mirada tan suave y un aroma tan dulce..-
Pensó Mest al estar tan cerca de Nora sin ser golpeado.

Aquel momento que ambos compartieron y que jurarian tomó varios minutos, en verdad solo duro unos segundos y al acabarse ese tiempo, Nora quito la mano de Mest con un golpe violento, para luego por primera vez hablarle sin insultarle ni gritarle.
"No"
"No me vuelvas a tocar sin mi permiso o lo lamentaras.."

Nora sintio como toda la sangre de su cuerpo se reunió en sus mejillas, para luego darle la espalda a Mest e irse caminando poco a poco.
Aunque no fue la única quien sintio eso, en el caso de Mest toda su sangre se reunió en su rostro, para luego caer sentado contra el árbol.

Lo Único Que Puedo Hacer Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora