Capítulo 5 "Odio"

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El miedo que Rubí ejercía en su hijo, era inmenso y cualquiera que supiera lo que ocurrió en esa casa tantas veces, entendería ese miedo.

La reacción de Mest, era la misma de siempre. Sus ojos se clavaron en el piso, su voz más suave y temblorosa, siendo totalmente sumiso.

"¿Le sucedió algo m-madre? Volvió antes de lo que me había informado.."
La mirada de Rubí se volvió muy agresiva, lo cual Mest no pudo ver pero si sentir. A su madre, no le gustaba mucho que su propio hijo le hiciera muchas preguntas o hablará más de lo necesario.

"No creo que eso sea de tu incumbencia. Más bien dime donde esta esa muchacha."
Al escuchar eso Mest se sintio aliviado, pues no quería ser golpeado y mucho menos que Nora intentará defenderlo. Aclaro su garganta y respondió.

"Esta en la ducha. Me ha estado enseñando muy bien madre. Otra vez, le agradezco por haber aceptado que se quedara."
La sonrisa que esbozo Mest en ese momento, era algo que Rubí no estaba acostumbrada a ver. No le molesto, ni tampoco agrado.

"Hm. Estaré en mi habitación, no me vengan a molestar."
Al hablar, el rostro de Rubí mostraba desaprobación, quizás y solo quizás pensó que no era una buena idea que su hijo fuera tan cercano a una mujer al punto que mencionarla, le hiciera sonreír.
Por su lado Mest, al ver que su madre se retiraba, sin darse cuenta de lo ocurrido, suspiro.
Sin embargo, quizás los problemas iban a empezar, pues Rubí para ir a su habitación debía pasar por delante de la sala de baño y como si el destino quisiera complicar las cosas, Nora salió solamente tapada con una larga y blanca toalla alrededor de su cuerpo.

"M-muy buenas, señora Fleming."
La situación fue tan abrupta, que Nora tartamudeo, por suerte pudo inmediatamente retomar su sangre fría, para esperar recibir una respuesta no muy severa de la parte de Rubí, la cual quedo en silencio y observando el cuerpo de Nora, con una cara pensativa, para que segundos después, hablará.

"Ya veo. Intentas seducir a mi hijo y parece que funcionó. Después de todo es un chico, cualquier mujer sería capaz de enamorar lo."
Su tono de voz y su expresión permanecían pensativas, no mostraba signos de estar molesta.

"Ese no es el caso, señora. Tan solo deje mi ropa en la habitación de Mest. Además.."
Nora se quedó en silencio unos segundos, intentaba calmarse, pero simplemente no podía. Lo forma en que Rubí decía aquello, parecía insinuar que Mest era un tipo fácil, pero la fémina no lo veía así.
Nora recordó todo, como Mest sonreía a pesar de que era golpeado, como pese a estar en peligro a manos de Jared, el la llamo "Hermosa" y simplemente retomó lo que iba a decir."

"Además Mest es mucho más fuerte de lo que crees, vieja."
La expresión de Nora, la cual había permanecido neutra hasta ese momento, se rompió, sus ojos ardían por dentro, ya no soportaba la idea y el hecho de que alguien le hiciera algo a Mest.

"¿Vieja? Hum, ya veo. Tu también pareces mucho más valiente de lo que demostraste hace unos días atrás, intentando no explotar."
La respuesta de aquella chica tomo a Rubí por sorpresa, más que enojo sentía ganas de reír por primera vez en años, pero no por agrado, por la valentia de la contraria al hablarle así.
Nora por su lado, se quedo sin palabras, pues creyó que Rubí explotaria a su turno.

"Será mejor que desparezcas de mi vista."
Aunque la voz de Rubí era temible, Nora no tenía miedo de ella, más bien sentía preocupación por la repercusión de sus actos en Mest, aún así no dijo más y se fue a vestir.
Rubí por su lado regreso sobre sus pasos, para encontrarse con Mest en la mitad de las escaleras pues este había acabado de lavar los platos. El pequeño se quedó medio sorprendido y confuso por el abrupto encuentro.

"No volverás a traer ni ver a esa delincuente en tu vida."
La reacción de Mest era de esperarse, pues su amor por Nora aunque inmenso, se comparaba al temor que su madre infundia en el.
Su expresión era neutra, su voz no salía y sus ojos empezaban a humedecerse.

(¿Realmente esto debe acabar así? ¿Otra vez me quedaré callado y aceptaré esto? Quizás simplemente lo merezca..)
Sus pensamientos lo inundian, mientras que sus ojos eran también inundados por sus lágrimas.

"No..."
Esa única palabra salió de la boca de Mest, su madre como era de esperar abrio los ojos por el enojo y la sorpresa, no creía que su hijo le llevaría la contraria y eso pese a que se podía notar como temblaba mientras que sus lágrimas caían por sus mejillas. Pero no era suficiente como para que Rubí sintiera pena, más bien lo contrario.

"¡Malcriado!"
Con ese grito le dio una bofetada tan fuerte que rompió el labio inferior de Mest además de tirarlo al suelo.
Mest solo repetía una y otra vez "No" Aun estando en el suelo entre sollozos.

"¡Aléjate ahora mismo o TE MATARE!"
Mest y Rubí por primera vez sintieron un miedo difícil de describir, uno primal uno que los hacia sentir como pequeños conejos delante de un gran lobo. En efecto, Nora yacía justo detrás de ellos con una mirada negra y una expresión que mostraba que sus palabras, no eran solo palabras. Rubí, pese a ser arrogante se alejo de Mest.

"N-no tienes el derecho de quejarte en como educ.."
La madre no tuvo tiempo de acabar sus palabras, que fue tomaba por la cara y estampada contra la pared de frente. Su nariz como su boca y frente empezaron a sangrar.

"Te dije que no hablaras.. Ah, creo que no lo hice, pero da igual ¡Ya todo DA IGUAL!"
Su odio era visceral, a los ojos de Nora, Rubí era lo que debía morir si o si, no le importaba las consecuencias.

"No tienes idea de cuanto te odio, no tienes idea del dolor que sentía ver a mi novio arrastrarse a la escuela tan mal.."
Su expresión aún seguía siendo de un odio puro, pero lágrimas empezaron a caer.

"Y aun odio más el darme cuenta de que yo era como tu, pegándole, intimidandole.."
Tomo a Rubí por el pelo y la lanzó contra el suelo dejándola boca arriba. Mest por su lado, no podía ni hablar, la presión del odio y la voz de Nora lo dejaban paralizado.

"Nos vamos."
Ordenó Nora al dejar caer a Rubí, tomo la mano de Mest, casi obligándole a ponerse un buzo y zapatos, para salir de la casa.

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