Lo Único Que Puedo Hacer Por Ti

Capítulo 4 "Felicidad"

El sol anunciaba el amanecer.
La joven pareja en el acto lleno de amor, olvidaron de cerrar las cortinas quedando expuestos a la luz del crepúsculo.
Mientras las horas de la madrugada avanzaban, los rayos de luz subían por los cuerpos desnudo de ambos hasta llegar a sus rostros.
Nora quien tenía un sueño pesado  además de estar agotada por la acción del día anterior, no mostró signos de desperar. Por otro lado, Mest por culpa de su madre que lo llamada solo una vez, era muy fácil de despertar, pues hacer repetir algo a su madre o hacerla esperar era peligroso para el.
El menor abrio los ojos algo asustado culpa de una pequeña pesadilla, no era nada serio pero al recordar lo que había pasado el día anterior su rostro se cubrió de un tono rojo y al mirar a su lado todo se confirmó, pues vio el cuerpo desnudo de Nora. En ese momento muchas preguntas pasaban por su cabeza ¿Podía ahora tocarla? ¿Debía llamarla por un nombre de pareja? ¿Podía abrazarla?
Todas esas preguntas lo estaban haciendo entrar en pánico, pero necesitaba una pizca de amor en ese momento. Así que tomó su valor a dos manos, se acostó sobre su costado derecho, puso su brazo izquierdo sobre el abdomen de su ya novia y uso el brazo de Nora como almohada. Luego de varios minutos, quedo nuevamente dormido y esta vez ni los ruidos de los autos lo despertaban.

Pasaron unas cuantas horas más y lo que despertó Nora, no fue la sensación de tener a alguien a su lado, ni siquiera fue el sol y mucho menos el ruido. Lo que podía despertar a alguien con un sueño tan pesado, no era más que el hambre después de todo, ya era medio día.
Al abrir los ojos, aún estaba algo adormilada por lo que le tomo unos segundos percatar que Mest la estaba abrazando.
"¿Que mierda esta..? Ah, verdad ahora este es mi novio."

Era un tanto crudo y poco romántico decirlo de esa manera, parecía que no le importaba mucho pero eso solo si se prestaba atención a sus palabras, pues en su rostro una inusual sonrisa de felicidad y paz estaba dibujaba.

Solo había volteado su cara, para evitar despertarlo pero se veía tan despreocupado y desprotegido que molestarlo era una opción tentadora.
Junto la palma de su mano con la mejilla del menor, al principio le daba algunas caricias causando una sonrisa en el rostro de Mest y al ver eso no pudo aguantar se las ganas de jalar de su mejilla.

"Realmente eres una villana"
El hecho de haberle anunciado eso sin abrir los ojos, hizo que Nora se sorprendiera causando que está le diera un leve golpe en la frente.
"Si estás despierto dilo, idiota."

Una risa juguetona salió de los labios de Mest.
Se podía notar la felicidad del menor al poder despertar bajo una mirada llena de amor, cariño y deseo sexual aunque por el momento se sintiera intimidado por eso.
"Aunque te diga las cosas igual las haces, como ayer. Me.. Me violaste"

Si antes no había abierto los ojos, menos iba a hacerlo ahora. Una mezcla de miedo y pena mantenía sus ojos sellados, después de todo había dicho eso para probar a Nora, quería ver si su novia se enojaria con el pero fue todo lo contrario.
La mayor quien ya tenía una mano sobre la mejilla de Mest, decidió tomar la otra también para levantar su mandíbula y besarlo, como si se lo  estuviera almorzando, obviamente el menor no se resistió, al contrario siguió la lengua y los labios de Nora.
"¿Acaso no querías?"

El unico objetivo de aquella pregunta era avergonzar e intimidar a Mest, pues este se estaba "quejando" bien que lo había disfrutado tanto como ella.
El menor ya acorralado, optó por usar el silencio, para luego poco a poco abrir sus ojos y ver bastante avergonzado hacia el frente, donde se encontraba los de Nora.
Sus iris negros y su forma de verlo causaban un sin fin de sentimientos contradictorios en el pecho de Mest, quien no sabía que hacer, quería besarla, quizás abrazarla, sentirla lo más cerca posible o tal vez decirle que la amaba, el amor lo estaba envenenado. Pero después de unos segundos en los que Mest sintio más de lo que nunca pensó sentir, sus ojos se humedecerion por la fuerza que sentía en su pecho y solo dos palabras salieron de su boca.
"Te quiero"