Lunares

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     Una vez, la mamá de Juan Bobo le dice que vaya a vender aguacates a $2.00. Juan Bobo iba con el carretón gritando que tenía aguacates.

- ¡Aguacates, aguacates! ¡Tengo aguacates a $2.00!

Cuando Juan Bobo pasaba por el lado izquierdo del palacio una chica muy hermosa, que tenia una capucha, lo llamo.

- Psst, psst. Mira tú, chico, yo quiero aguacate.

Juan Bobo se detuvo.

- Perdona. Yo no tengo dinero. - La chica dice con una cara muy triste.

Juan Bobo le dio una mirada de extrañes.

- Pues no creo que te pueda vender el aguacate. Buen día.

- ¡Espera! ¿Y se te enseño algo que nadie nunca ha visto y es mi secreto?

- ¿Y qué es?

La chica se levanta un poco su traje y le enseña.

- Es un lunar que tiene un pelo de color bronze en mi muslo.

Juan Bobo quedó fascinado de cómo un pelo puede ser de color bronze. Así, Juan Bobo le entregó un aguacate y siguió en su venta.

Cuando Juan Bobo llegó a su casa su madre se dio cuenta que faltaba la paga de un aguacate pero ella no le dijo nada a Juan Bobo ya que él se veía muy feliz.


El día siguiente, la mamá de Juan Bobo le dijo que vaya a vender aguacates de nuevo. Juan Bobo iba con el carretón gritando que tenía aguacates.

- ¡Aguacates, aguacates! ¡Tengo aguacates a $2.00!

Cuando Juan Bobo pasaba por el lado izquierdo del palacio la misma chica hermosa lo volvió a llamar.

- Psst, psst. Mira tú, chico, yo quiero aguacate.

Juan Bobo se detuvo.

- Aunque no tengo dinero.

Juan bobo le volvió a dar la misma mirada de extrañes.

- ¿Y si te enseño otro secreto?

- ¿Y qué es?

La chica se levanta un poco más su traje y le enseña que encima del lunar de pelo bronze hay otro.

- Tengo otro lunar, pero este tiene un pelo de color plata en mi muslo.

Juan Bobo volvió a quedar fascinado. Ahora, no solo había un pelo de color bronze, sino otro de color plata . Así, Juan Bobo le entregó un aguacate y siguió en su venta.

Cuando Juan Bobo llegó a su casa su madre se dio cuenta que faltaba la paga de un aguacate, ya faltan dos pagas,  pero ella no le dijo nada a Juan Bobo ya que él se veía muy feliz.


Al día siguiente, la mamá de Juan Bobo le dijo que vaya a vender aguacates de nuevo. Juan Bobo iba con el carretón gritando que tenía aguacates.

- ¡Aguacates, aguacates! ¡Tengo aguacates a $2.00!

Cuando Juan Bobo pasaba por el lado izquierdo del palacio la misma chica hermosa lo volvió a llamar.

- Psst, psst. Mira tú, chico, yo quiero aguacate.

Juan Bobo se detuvo.

- Todavia no tengo dinero.

- ¿Me enseñaras algún otro secreto tuyo?

- Sí.

La chica se levanta aún más su traje y le enseña que encima del lunar del pelo plata hay otro.

Juan BoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora