Epílogo

503 68 15
                                    

~Recuerdos~

La reunión planificada contenía un alto nivel de algo en la sangre de los invitados, y Yuuri, no sabía identificarlo, aunque ya lo había consumido y sentía calor.

Las bebidas llegaba a su mesa sin poder contarlas, y él ni corto ni perezoso decía que no, de hecho le encantaba, estaba desinhibido y el momento del baile estaba empezando.

Pichit, tenía micrófono y celular en mano, el Dj a su lado, le complacía en lo que quisiera, pues los dotes coquetos del tailandés, convencen a cualquiera, incluso a la Alpha pelirroja, que había accedido a su pedido para la noche.

Luego de varios retos impuestos, comenzó la competencia de baile, y Chris, no se quedó atrás. Él lo haría por la atención de su amado, de por sí, estaba luchando por que le aceptara, y acceder a lo que quiera era un método fiable.

¿Qué?

Es un método seguro para él, y digamos que le resulta.

Las primeras pistas sonaron bastante fuertes, todos comenzaron a bailar y algunas prendas comenzaron a dar calor. Por lo que a partir de la tercera ronda, una especie de estriptises se ejecutaba.

Las bebidas no paraban de llegar, y el mareo por la pastilla disuelta en la bebida anteriormente dada por Mila, cada poco se intensificaba.

El Beta tailandés se sonreía ante la vista, le fascinaba ver a Yuuri, en esa especie de cachondeo, y para completar, Chris, no se quedaba atrás, su cuerpo caliente y trabajado, le estaban subiendo de entonando un poco.

Cuando las bebidas ya habían subido un poco, y la ropa estaba casi inexistente en sus cuerpos y de adorno en el piso, una competencia de baile en un tubo improvisado, suministrado por los contactos del tailandés en el lugar, se incitó.

Eso sí, Mila, había sido tocada por su propia bebida, y se encontraba dando ánimos y lanzando dinero a los participantes, Viktor, que al principio estaba de espectador, luego de ser jalado, estaba con ellos en la pista, recibiendo el dinero en sus calzones por los presentes.

Yurio, estaba concentrado en su propio modo de bailar, y solo algunas prendas lograron ser quitadas, porque al intentar ir más allá, fue detenido por un kazajo bastante observador.

No es que el moreno estuviera aburrido, el rápidamente pudo sentir el sabor de la bebida, que la rusa pelirroja había servido, y votándolo al primer trago, se mantuvo cercanos al invitado que mantenía toda su atención.

El Omega ruso, hermoso, brillante, inusual y dominante, rayos, no quería reconocerlo, pero allí estaba, perdidamente atraído por él.

Así que cuando la cosa estaba más entretenida, se aprovechó de la ebriedad del ruso y de la distracción de todos, para llevárselo lejos de allí.

En realidad, no quería que nadie mirara lo que él aún no había contemplado como se debía, así que terciándole su chaqueta lo tomó sobre sus hombros, robándoselo al público que estaba subido de tono.

Luego de varios minutos entre gritos eufóricos y silbidos escandalosos el baile subía de nivel.

Como era de esperarse, el ruso mayor recibía más dinero por las Betas y Omegas, presentes en el bar. Su atractivo se vio fuertemente influenciado por sus mejillas sonrosadas por el efecto de la pócima de su pelirroja hermana.

Así que allí estaban, con sus torsos y muslos desnudos, sus respiraciones entrecortadas y una sonrisa muy carente de culpa, o tan siquiera de cordura, bailando la pieza de baile, que Pichit pidió la usaran para bailar en el tubo.

Las 2 caras de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora