Nunca pensaste que eras muy buena para nadie, pero eso está muy lejos de la verdad.
Sé que hay dolor en tu corazón y estás llena de cicatrices, ojalá pudieras ver lo que hago.
Todo sucede por una razón, todo es una bendición disfrazada, solía pregun...
Estaba recargada en una roca debajo del mar, estaba escondida de Antiope, a veces mi tía se toma muy enserio mis bromitas.
Tal vez debería hacerle caso a mí abuela Atlanna, debía de dejar de hacer bromas que las demás personas no aguantan pero es qué es tan divertido.
Estos días en Themicyra me han sentado muy bien, le diré a Wanda que me acompañe a Atlantis, tenía muchas ganas de enseñarle mi otro hogar.
Además de que mi hermana la super inteligente, en estos días logro fabricar una máscara para poder estar bajo el agua, en alta presión, entre otras cosas que no puse demasiada atención.
Kara y Lena se complementan demasiado bien en la ciencia y en lo demás, estaba feliz de que mi hermana encontrará a alguien que la cuidara y se preocupara por ella.
Su relación es linda aunque aún no son nada, siempre le hacía burla a mi hermana del como sus ojos brillan cada vez que está a lado de Kara, también me había contado lo que pasó en Argo y cómo fue que la conocía más.
La "relación" de ellas es bastante tranquila pero cuando se enojan... Si que dan miedo, ellas son opuestas a mi relación con Wanda.
Nosotras somos más de primero golpear y después preguntar, mi Wanda tenía muchas cosas en común conmigo, éramos tremendas en palabras de mamá Mera.
Wanda comparte un poco de amor por las armas, aunque ella siempre me decía que no hay nada que ame más que mis armas, eso no se lo puedo negar.
Mis madres y abuelas a lo largo de mi vida me han regalado armas, de diferentes tipos, eran mis pequeños tesoros, ahora estaba más emocionada puesto que Lena fabricaría mi espada, la única en su especie.
Reí para después nadar, en cuanto llegue a la superficie mire a mi alrededor, no encontré a Antiope y corrí a nuestra casa.
Cuando pase corriendo no me percate muy bien de lo que sucedía en el comedor, cuando estaba por cruzar el pasillo, me detuve y di cuatro pasos hacia atrás.
Entre cerré los ojos, solo para ver a mi querida hermana besando a Kara, estaban demasiado concentradas que ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia.
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-¡Así las quería agarrar cochinas!-. Les grité haciendo que ambas pegaran un brinco.
-¡Natasha!-. Gruñó Lena mientras yo me partía de la risa.
Kara estaba roja como un tomate pero no quitaba su sonrisa orgullosa, lleve ambas manos a mi estómago sin poder parar de reír mientras Lena me aventaba lo primero que encontraban sus manos.
-¿No tienes otro lugar donde estar?-. Dijo Lena poniendo ambas manos en su cintura.
