La copa dorada brillaba frente a mis ojos y no lograba mover ni un dedo para tomarla, sentí una opresión en el pecho con tantas miradas expectantes sobre mi. Jungkook dio un golpe en la mesa que me hizo extemecer y alcé la cabeza asustada. Él tomó su copa y lo imite. No me quedó más opción que seguir con lo establecido, vi mi reflejo en el liquido rojo y mordí mi labio inferior conteniendo el llanto y las nauseas. Bebí y cerré los ojos con fuerza, solo puede tomar un sorbo pequeño que se atravesó en mi garganta antes de poder pasar. La vista se nublo y solo pude ver las vagas imágenes de ellos bebiendo. Las sirvientas trajeron la cena, realmente había perdido el apetito por completo pero aun así debía hacer lo que ellos decían, cuando desidi mirar a mi plato había una rata blanca muerta, no sabia si era producto de mi imaginación o real pero solo grité y salí de allí lo más rápido que mis piernas me permitieron, pude escuchar las carcajadas de Jin quedarse atrás, parecía muy divertido.
Entré a mi habitación y corrí a vomitar en el inodoro. Dios esto era una locura, una rata muerta en mi plato, y sabía exactamente lo que significaba, era yo, así me llamaban, iban a matarme, diablos ya no lo soportaba más, cada minuto era una tortura, mi cabeza iba a explotar. Me tiré al suelo a llorar rodeando mis rodillas con los brazos.
No se cuanto tiempo pasé así, supongo que mucho al sentir el calambre en mis piernas y no poder moverlas. Escuché el sonido de la puerta afuera y tuve miedo de lo que fuera a ocurrir, intenté levantarme pero no podía moverme. Jimin abrió la puerta y me miró detenidamente por unos segundos sin decir una palabra, al ver que no podía moverme me tomó en sus brazos y me dejó en el sofá de la habitación. Que rayos, no entendía a estos lunático ya, mi cordura no duraría mucho.
-Te traje la cena... - soltó por lo bajo y una sonrisa irónica salió de lo más profundo de mi ser
-Dios en serio Jimin, que les pasa, me quieren volver loca es eso... - dije irritada
-¿Recién te das cuenta? Lo de antes fue una broma que Jin planeó- me miró fijamente agachándose a mi altura y acariciando mi rostro con delicadeza - pero...debes cuidar el tono en que me hablas y lo sabes. No siempre me mostraré compasivo como ahora - concluyó
- Matame por favor - le dije y negó con la cabeza - Te lo estoy suplicando por favor matame - le pedí sosteniemdo su mano ya de rodillas frente a él que solo secó las lágrimas en mi mejilla
-Tranquila, no tardara mucho tiempo, tienes que soportarlo - me besó en la frente
- Noo- grité - Ya no soporto más, primero me torturan, luego son amables, y no entiendo, aun no se que hago aquí y por qué - me faltó el aire por unos segundos - Te lo ruego, te lo imploro, matarme ahora, si tanto me odias ¿ por que no me matas maldición? - caí al suelo y el rubio se puso de pie para marcharse ignorándome por completo.
Miré la bandeja con la cena sobre la cama y ni siquiera pensé, por un momento sentí como que no era yo, que no estaba actuando por mi misma, me dejé llevar por el impulso y corrí hacia ella, tomé el cuchillo de mesa pero no tenia nada de filo así que lo lancé a un lado, entonces tome el tenedor y grité armándome de valor clavandolo en mi muñeca y rasgando la píel a su paso desgarrandome el antebrazo. Caí al suelo mientras veía la sangre brotar y el dolor se volvió insoportable, observé la herida y realmente no le encontré forma, estaba todo rasgado, no pensé que un simple tenedor fuera capaz de herir así. Cuando caí rendida en el suelo frío sobre la sangre ya derramada Jimin corrió a mi tomándome en sus brazos.
-Nooo- gritó al ver que me desangraba
Lo vi morder su brazo, entre mis ojos nublados de agua, no entendí que estaba haciendo hasta que vi la sangre en su muñeca caer sobre la mía, el tiempo pasaba como en cámara lenta, y pensé que de verdad moría pero no vi las imágenes que todos ven pasar antes de morir, tal vez eso no era cierto, yo solo pude ver la desesperación en el rostro de Jimin.
ESTÁS LEYENDO
The Last Tomorrow (BTS )
FanfictionLa vida nunca fue muy hermosa para mi después de todo, pero aún así fui feliz. No encuentro sentido todavía al por qué de la acción desesperada de mi padre al obligarme a mudarnos a la ciudad de Busan tan repentinamente, luego de la muerte de mamá c...