Vecinos Ruidosos (2/2)

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Mutsuki se había despertado muy temprano en la mañana. De hecho, no había podido dormir como había deseado; ya que los sonidos de la noche anterior, todavía, atormentaban su mente.

Recuerdos de ruidos metálicos, esos sonidos desagradables...

Ella no quería seguir pensando en el asunto, así que se vistió rápidamente. El dolor en su cabeza apenas la dejó pensar, por fortuna, aunque sonara tan contrario ponerlo de esa manera.

Bajó las escaleras del Chateau y se dispuso a tomar una taza de café humeante. Una vez creyó haber escuchado de la boca de Yusa, que el café era una rápida solución, al dolor de cabeza producida por la resaca.

Algo sorprendida, percibe el aroma de sus sueños y vislumbra el vapor nebuloso y vagamente blanquecino, emanando desde la cocina. Su nariz se arruga como el de un ratón en la búsqueda de un buen trozo de queso camembert. Cierra sus ojos con lentitud, es imposible no regocijarse con el aroma nostálgico.

Ella acelera sus suaves pasos sobre el piso de madera encerado, no quiere asustar a quien esté haciendo el ritual matutino.

La cocina de bastas 4 paredes y agradable iluminación le espera con parsimonia. Sus ojos espejados, se detienen en un punto en específico.

La espalda de Urie nunca le había parecido tan ancha y tonificada, así como sus fuertes brazos, cubiertos por la delgada tela de su camisa negra.

Mutsuki realmente no quería seguir deambulando, eso no tenía sentido. Sin embargo, ella no pudo apartar sus ojos del líder del escuadrón S3, ni por un segundo.

Él se movió momentáneamente e inclinó la cabeza de un lado a otro, parecía sentir dolor. Los músculos tensos de su cuello, los dedos descansando sobre la piel adolorida.

Mutsuki se esconde detrás de la puerta, no quiere romperse en ese momento, hay algo en su pecho que martilla, irritante.

Ella no quiere imaginar por qué le duele el cuello. Ella ni siquiera quiere imaginar, la razón del ardor sobre su piel. Los "chupetones" tan cerca de los torrentes sanguíneos, son muy malos para la salud.

A ella le gustaría ayudarlo a aliviar su contractura, pero hay un problema...

¿Mutsuki?

Arquea una ceja cuando finalmente la descubre en su escondite. Como un pequeño animal temiendo ser descubierto, baja la mirada dubitativa.

¡Ah! Urie-kun. Lo siento, no quise molestarte.

Intentó restarle importancia, aunque se notara el nerviosismo en su voz.

No lo haces, descuida.

Bueno... pensé que era Aura preparando el café, por eso vine aquí.

Él no vino a casa anoche. Se fue con Ayumu.

Toma un sorbo de su café, disimulando la gran bolsa de plomo sobre su cabeza, al escuchar el nombre de su ex subordinado.

Uh, bien. Entonces yo-

Urie vierte un poco de café en otra taza y la alza hacia la vista de ella.

¿Café?

No lo creo.

La sorpresa en el rostro de Urie fue cubierta por el ruido de otro sorbo de su taza.

Urie... los escuché ayer.

Ella realmente quería acabar con el tema en ese preciso instante. A pesar de que sus manos inquietas arrugan la tela de su camisa.

¿Has oído? ¿Qué quieres decir?

Bueno, ya sabes... — Ella comenzó con ademanes que disimularan su total preocupación y sudor en las manos— los ruidos que vienen de tu habitación por la noche. Lo siento, no quiero ser grosera. No sabía que tenías ese tipo de relación...

(¿Qué?)

Las pupilas de Urie se dilatan, delatando la actividad cerebral codificando cada palabra por microsegundo. Luego suspira.

Mutsuki mantiene un silencio embarazoso.

No la tengo. No tengo ninguna relación de ese tipo...

Cada palabra sonaba con seguridad e integridad marca Urie Kuki. Finalmente emite una sutil sonrisa.

Nadie lo sabe, pero Urie siente tantas mariposas en su estómago, que podría morir de felicidad en ese mismo instante.

¡Pero yo, los vi! Anoche en la fiesta y luego...

Silencio. Sus ojos se encontraron en un punto, el café de sus tazas comenzaba a enfriarse. Aquella pequeña conversación parecía cualquier dialogo de pareja, en la que existen los celos y los reproches.

Los sonidos que son protagonistas, se vuelven a lucir nuevamente. La voz del admirador de Urie Kuki, Higemaru Touma, ingresaba en la escena, interrumpiéndola, mejor dicho.

¡Ah! Urie-san ¡perdón por lo de anoche! Realmente no planeé terminar allí, en tu habitación, con Hsiao.

La mirada suplicante y las palmas en suplica.

¿Qué?

¡Ah! lo siento. —Colores vivos tiñeron su rostro de niño— No sabía que estabas allí Mutsuki... Buenos días ~

Sólo lo diré una vez... —Determinó llevando la yemas de sus dedos hacia la piel de su cuello —Tienes que cambiar el sofá de la sala de estar. Es muy incomodo

<<Oh, gracias a Dios, el líder no parece molesto por dormir en su habitación con Hsiao, porque desde que Mutsuki y los demás regresaron, se ve más feliz de lo normal>>

<<Oh, vamos... entonces todo lo que escuché fue a Higemaru teniendo sexo y yo de idiota que fantaseaba con que Urie estaba en esa situación...Estúpida, Estúpida, Estúpida.>>

<<No me importa pasar por toda esta molestia, sí eso significa, que Mutsuki se preocupa por mí>>


Todos beben su café en silencio.


*


Gracias por leer♥

Bitácora [Mutsurie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora