Pequeña Pelea

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Shouto conducía con rapidez tomando atajos pequeños para evitar el trafico, lo habían llamado de la primaria donde estudiaba su hija Haruki de 6 años, que al parece tuvo una pelea con uno de sus compañeros en la hora de receso. Era poco inusual que ella se metiera en problemas, ya que siempre fue reservada ante las persona a excepción de él.

Y ahí la vio, sentada en uno de lo bancos a lado de la dirección, su cabello negro un poco revuelto y su ropa sucia.

—Haruki ¿qué fue lo que ocurrió hija? —trato de sonar comprensivo, aunque ella solo desvió la mirada ignorando su pregunta— ...Haruki —levantó un poco la voz.

—Solo dije la verdad .—titubeó cabizbaja— le dije que su papá no había ido de viaje, si no que estaba muerto —sollozo mientras se aguantaba las lágrimas.

Todoroki sola la abrazó, aunque en ese momento sentía que debía regañar a su hija.

—Después él me dijo... —hizo una pequeña pausa— ...como soy fría, es por eso que mamá no me quiere y me abandonó.

Los ojos de Shouto se abrieron un poco al escuchar las palabras de Haruki. Es cierto que la madre de su hija los abandonó por otro hombre, tuvo un matrimonio arreglado con esa mujer, que pasando un año de estar casados concibieron un niña, que fue un hermoso regalo para él, ahí es cuando su corazón se comenzó a abrir hacia el amor. El tiempo pasó, y cada vez aquella mujer se volvía más fría de lo usual, pasaba menos tiempo en casa y menos tiempo junto a su hija. Todoroki la mayor parte del día se ocupaba de se niña y cuando era tiempo de trabajar, pedía a su madre que la cuidará.

Entonces llegó aquella mañana, donde la mujer que una vez sintió algo por ella, había desaparecido, sin dejar rastro, llevándose toda sus pertenencias, ni siquiera dejando una una carta de despedida. Shouto al verla que ya no estaba, no sintió tristeza o soledad, tiempo atrás ya sentía que algún día iba a pasar.

Aunque el no sentía nada ante la partida de esa mujer, Haruki de 4 años si, se sentía culpable, pensó que era la causante de que su propia madre la haya abandona, y desde la actualidad sigue sintiéndose de esa forma.

—Señor Todoroki, por favor, pase adentro a la dirección y tome asiento mientras esperamos al otro padre de familia .—habló la secretaria, avisando al bicolor que dejara a su hija aún lado mientras él se adentraba al lugar indicado.

—Espérame aquí, luego te veré.

Dio un corto beso en la frente de su hija, para despedirse y poder entrar al despacho de la directora donde la esperaba sentada en su escritorio.

—Buenas tardes, señora directora .—salido cortésmente Shouto.

—Buenas tardes, señor Todoroki .—devolvió el saludo— conozco muy bien a su hija, y es la primera vez que se mete en una pelea así.

—Lo siento mucho, pero ella aún se siente afectada por el abandono de su madre...

—Señora directora, —interrumpe la secretaria abriendo la puerta— la madre de Mitsuki llegó.

—Hágala pasar.

Una mujer entró al despacho, tomando asiento al instante, su cabello negro amarrado en una coleta, sobresaliendo un flequillo al lado de su rostro, su ojos profundamente negros, el saco crema que llevaba junto con una camisa blanca y la falda que hacía resaltar su cadera y cintura. Era realmente una belleza.

Aquella mujer de nombre Momo estaba soltera, mejor dicho, viuda, la muerte de su esposo ocurrió cuando después de que Mitsuki cumpliera los 3 años, el padre tuvo un viaje de negocio teniendo un catastrófico accidente automovilístico, donde él y dos más de sus compañeros murieron y los demás saliendo heridos. La noticia le chocó, lloró en mar de lágrimas en su funeral mientras lo velaban junto a familiares y amigos, se corazón estaba más que destrozado.

El pequeño que solo miraba a su madre confundido respecto a su llanto, solo se limitó a abrazarla y decirlo "No llores mami, papi vendrá pronto"; aunque las palabra del niño eran para alentar a su madre con las buenas de las intenciones, solo hizo que su llanto aumentara más, mientras que los brazos de la azabache rodeaban el cuerpo de su hijo.

Nunca le dijo la verdad, siempre mintiendo sobre la ausencia de su padre, pero lo hizo por que sentía que era mejor para él, por qué no quería verlo sufrir como sufrió ella.

—Buenas tardes, señora directora .—saludo la morena.

—Buenas tardes, señora Yaoyorozu .—hizo una pausa— Creo que ya saben el motivo de su llamado, sus respectivos hijos, tuvieron una pelea; en nuestra institución no permitimos esta clase de conducta, pero al ser la primera fracción de ellos dos, lo pasaré en alto. Aunque les daré un aviso, por favor que se la última vez que suceda esto y que ustedes como padres hablen con ellos y aconsejarlos de esta clase de comportamiento. Eso es todo, pueden retirarse con sus niños.

Los dos salieron del despacho, cada uno se fue con su respectivos hijos.

El hombre de cabellera bicolor, se acerca a su hija aquel seguía sentada en el banco.

—Ya te sientes mejor —sus palabras hicieron levantar la mirada de Haruki, chocando sus ojos celestes con los de su padre.

—Si —asintió levemente.

—Entonces... es tiempo de que pidas disculpa.

—Pero... —reprocho.

—Sin reclamos.

Todoroki voltio su rostro para ver si aún seguía la madre con el niño, donde ella estaba en cuclillas abrazando fuertemente a su hijo, luego de unos segundos se separaron y la mujer secaba con un pañuelo las lágrimas del pequeño.

—Disculpe .—se acercó a los dos— Mi hija quiere decirle algo a su hijo —Shouto bajo la mirada viendo a su pequeña— Haruki.

—Perdón... —la niña con su manos apretó un poco su vestido— no debí decirte eso, lo siento.

El niño azabache la mira por un momento, para luego responder.

—No te preocupes, —sonrió—gracias a ti mi mente quedó más clara sobre mi padre .—la última palabra lo hizo bajar un poco la mirada— Yo también quiero disculparme sobre lo que te dije, no quería ofenderte, Haruki .—volvió a sonreír.

—Mitsuki .—murmuró la pequeña Todoroki.

Dos padres veían con una sonrisa pegada a sus rostros, estaban felices y orgullosos de sus hijos. Al levantar la mirada para poder mirar hacia el frente sus ojos chocaron por unos cortos segundos que a las vez se sentía como eternos. Los dos desviaron la mirada incómodos.

—Este... —Todoroki llamó la atención de la mujer— ...como disculpa de mi parte, me gustaría invitarla a usted y a su hijo a un almuerzo un día de estos .—hablo sin pensar.

—Ah? ... ah, claro, acepto con gusto .—hablo un poco nerviosa Momo.

—Me podría dar su número de celular... claro para poder comunicarme con usted.

—Si si, claro.

Los niños solo miraban como sus padres actuaban de forma extraña.

—Entonces, nos vemos .—habla Yaoyorozu.

—Si .—responde Todoroki.

—Adiós Haruki —se despide Mitsuki moviendo si mano de un lado a otro y la pequeña azabache le responde de la misma manera.

Shouto sujeto su cabeza con sus dos manos para luego tirar su caballo bicolor hacia atrás. Pero en que estaba pensando, aquellas palabras salieron de su boca sin pensar. Si corazón latía con rapidez ante una persona persona que recién conocía. Tal vez necesitaba hablar con su mejor amigo Midoriya de esta situación.

Momo regresó agitada a su auto; estar ante la presencia de ese hombre la ponía nerviosa, aunque se veía de confianza, y su cabello que tenía dos tonos diferentes, se veía tan bien en él, y sus ojos, sus ojos que resalta.... ¡No! .... pero que estaba pensando. Asi que... por favor corazón, deja de latir de una vez.

One-Shots [TodoMomo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora