Duérmete niño

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Qué extraña situación, cada vez entiendo menos todo lo que me ocurre. Os lo he dicho, no estoy sola aunque así lo parezca.

El niño no para de moverse, creo que por lo pequeño que es no sabe ni hablar. Todavía es un bebé y, por alguna razón, no puede dormir. Igual tiene hambre, quizás tenga frío como yo, quién sabe. Decido dejarme llevar por mi cansacio y posponer la búsqueda de respuestas a este asunto para la mañana siguiente, quedándome dormida poco a poco y cayendo en un sueño profundo. Sé que ninguno de los que están presentes en esta sala consiguen dormir, pero siento una pequeña muerte súbita en mi cabeza y el vacío me inunda silenciosamente.

Pasan varias horas hasta que despierto, molesta por la luz que atraviesan las finas cortinas blancas que adornan el ventanal. ¿No había un niño a mi lado?

- Me estaré volviendo loca - me digo a mí misma.

Me siento sobre la cama en posición india para echarle un vistazo al silencio. No hay absolutamente nadie, almenos no a simple vista. Pero chicos, puedo aseguraros que no estoy sola.

¿Qué será lo que tienes, Mar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora