Buscando a mamá

13 2 0
                                    




Estoy sudando frío mientras intento que mi cuerpo reaccione. No puedo mover ni un dedo, el miedo y la confusión me invaden cada vez más.

- Vamos Ari, muévete. Sal de aquí cagando leches - murmullo mientras recupero el control de mi ser.

Por alguna razón me estoy acercando al llanto del bebé en vez de alejarme de él. No, todavía no ha parado de llorar y me está poniendo histérica. Me estoy acercando a la sala de estar, es surrealmente grande pero los muebles escasean. Hay una mesa de madera antigua donde cabrían 12 comensales y un par de sofás de color blanco encima de una alfombra lujosa. En las paredes yacen grandes ventanales con las mismas cortinas que adornaban los pasillos, librerias infinitas y una acogedora chimenea que, por alguna razón, está encendida con el fuego más cálido que uno puede descubrir en una mansión vacía.

Y ahí está el bebé, mecido por el algodón del canapé.

- Cálmate pequeño - le susurro mientras lo cojo en brazos-. Todo irá bien. Ni tú ni yo estamos solos, ¿verdad?

Después de mirarlo detenidamente, me doy cuenta de que es él quien dormía junto a mí la noche anterior. No tengo ni idea de quién es este niño, y no sé si hay alguien más en la estancia. No tengo mucho tiempo para resolver esta situación ya que debo irme en un par de horas.

- Vamos a buscarte compañía Otto - le digo mientras lo bautizo temporalmente-. Supongo que tu madre no debe de andar muy lejos, ¿o es que no tienes madre?

¿Qué será lo que tienes, Mar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora