Capítulo 4-the end

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Cuando abrió los ojos, aún se encontraban bajo el mismo árbol descansando, no sabía qué horas eran ni cuánto había dormido, pero de algo estaba segura, era que no comían hace horas, porque se moría de hambre. "¿Qué hora es?" Preguntó la castaña, intentando levantarse, pero se sentía incapaz de hacerlo, porque ahora era Ryoma quien estaba apoyado en su cabeza. "¿Estará dormido?" pensó, buscando la manera de dar con su rostro, pero sólo podía sentir su respiración sobre su cabello. "Ryoma-kun" Le susurró, no quería empujarlo, pero tampoco podía quedarse ahí para siempre, aunque le resultaba agradable estar a su lado. Sin embargo, pese a sus intentos frenéticos por hacer que el ambarino se levantara, sólo consiguió que desplazara su cabeza a su hombro, generando que su corazón latiera aún más. Desde esa distancia, podía admirar su hermoso rostro y sentir su respiración cerca de su cuello, lo que le geraba un cosquilleo inexplicable que lograba erizar por completo su piel. Si bien sentía que podría estar todo el día disfrutando estar de esa manera con él, al mismo tiempo sabía que si no comía pronto, volvería a estar en el mismo estado en el que se encontraba horas atrás. Suspiró, tenía que despertarlo, aunque sabía que no sería fácil hacerlo.

"Ryoma-kun" lo llamó una vez más, intentando moverlo para que despertara, pero él no parecía reaccionar ante tales estímulos, entonces decidió tocar su cabello, sabía que no a todos los chicos le gustaba que se acercaran ahí, así que si lo hacía, esperaba recibir una reacción al menos. "Despierta" Susurró, moviendo con cuidado su cabello, pero sólo consiguió que el ambarino emitiera gemidos de enfado. Sin embargo, acariciar su cabello no era desagradable, sino todo lo contrario, teniendo en cuenta que una de las cosas que más le atraían del ambarino, era su cabello. Siempre solía verlo a la distancia y se preguntaba sí usaba algún producto para fijarlo, ya que solía mantener su peinado en el mismo lugar y parecía que no se despeinaba ni dando los más grandes saltos en el tenis. De hecho, Tomoka solía burlarse de eso, diciendo que quizás se trataba de un "súper poder" que tenía el ambarino de lucir siempre bien, así como también tenía el de hipnotizar a las personas con su profunda mirada. "Tienes que admitirlo Sakuno, todos caemos con su mirada" Le decía su mejor amiga y ella sólo reía. Y ahora se encontraba ahí, acariciando el cabello que jamás creía que podría tocar. Sus dedos se deslizaron por su cabello con sigilo, era tan suave que en la medida que más entraba a él, sentía que no podría salir jamás, pero no era sólo su cabello lo que le daba ese poder, también había gel en las puntas que respondía a su pregunta inicial, de que efectivamente usaba un fijador para su peinado. Sonrió, pensando que era una de las pocas veces que podía verlo sin su gorra, teniendo en cuenta que ella la tenía en esos momentos, por lo que tenía muchas teorías al respecto sobre porqué no se quitaba su gorra, y una de ellas tenía que ver con no despeinarse. Sabía que era tonto, pero quizás era así o talvez tenía otros motivos. Iba a seguir recorriendo su cabello, cuando inesperadamente unas manos fuertes tomaron sus muñecas, evitando que lo siguiera haciendo. "Ryoma-kun" susurró la castaña avergonzada.

—¿Te divertías? —Inquirió cerca de su rostro.

—N-No, es que tu cabello es tan suave que me sorprendió. Es decir, no esperaba que no lo fuera, pero...sólo estaba buscando la manera de despertarte y pues...—Se sonrojó.

—Lo lograste.

—Sí, lo siento...¿hace cuándo estás despierto?

—Hace un rato.

—¿Porqué no dijiste nada? —Intentó zafarse de sus manos.

—Porque parecías concentrada en lo que sea que hacías.

—N-No es así ¿podrías...? —Su rostro estaba rojo y se sentía avergonzada de lo que estaba haciendo.

—Está bien. —Liberó sus manos avergonzado, tampoco se había dado cuenta.

The Reason Of My lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora