Capítulo 2

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Era un nuevo día, Sakuno se sentía cansada, no había podido dormir muy bien, ya que la escena que había vivido el día anterior la asechaba en todo momento, impidiendo que lograra conciliar el sueño como debía. No podía creer lo que había pasado "¿Realmente se habían besado?". Y antes de cuestionarse sobre ello, la chaqueta de cierto chico le recordó que había sido real, ya que descansaba sobre un perchero que tenía junto a su cama. Suspiró, aún podía sentir su aroma impregnado en ella y sentía como su corazón latía. Quería contarle a Tomoka sobre ello, pero conociendola estallaría de emoción y le insinuaría cosas al ambarino, que era lo que menos quería.

Ryoma se encontraba en la misma situación, pero a diferencia de la castaña que aún no salía de la casa, él ya caminaba rumbo a la Preparatoria pensativo por todo lo que había sucedido. No podía creer lo que había hecho, él no solía hacer ese tipo de cosas tan precipitadas, más bien era el que cuestionaba a los chicos impulsivos que hacían cosas así. Y si lo pensaba bien, nunca le había gustado alguien en primaria, ni había tenido esos grandes amores de Instituto que su madre y su padre solían presumir, no, él no era de esas personas y ahora se había convertido en una de ellas. Aunque quizás no era su culpa, sino que era de Ryuzaki, ella le había preguntado en primer lugar si estaba enamorado y también había sido la responsable de que hubiera actuado de esa manera, insinuando que jamás había tenido un amor correspondido. Pero sobre todo, ella tenía la culpa de que él cometiera ese tipo de locuras y comenzara a sentir cosas que jamás creía poder sentir. Sí, definitivamente Sakuno Ryuzaki era la culpable y él sólo la víctima de su encantamiento.

Una vez que llegó a la Preparatoria, dejó su mochila en su mesa y se decidió salir al pasillo a tomar aire fresco, no tenía deseos de estar ahí, la gente sólo hablaba sobre la tormenta del día anterior y no tenía nada interesante que contar, aunque si lo tuviera, tampoco le importaba escucharlo, salvo que se tratara de tenis, quizás ahí sería distinto el escenario. Se apoyó en el balcón a mirar el cielo, era tan celeste y despejado que parecía una locura haber siquiera imaginado que el día anterior había una tormenta, ya que parecía ya no haber rastro alguno de ella.

—¿Sigues pensando en la razón de tu vida? Echizen. —Se burló Momo apareciendo a su lado.

—No lo hago. Por cierto ¿Qué haces aquí? —Gruñó.

—He venido a hablar con el Director.

—¿Piensas ser profesor ahora? —Bufó.

—No, es por otros asuntos. Además tengo muchas cosas qué hacer en la Universidad y no tengo tiempo en estos momentos.

—¿Qué otros asuntos? —Enarcó una ceja.

—Asuntos del club. Ya sabes, considerando que te graduarás pronto las cosas cambiarán mucho cuando tú ya no estés. Si lo piensas, antes de nosotros, estaban los demás y ahora que nos vamos todos ¿Quién se hará cargo de Seigaku?

—Buen punto. Considerando que Horio y los demás se graduarán también, ya no habrán nuevos titulares.

—Claro, al menos que alguien más se haga cargo del club. Porque de lo contrario...

—Desaparecerá ¿Verdad?

—Así es. Aunque bueno, nosotros siempre seremos los titulares de Seigaku, pese a que seamos ex miembros y ya no estudiemos en esta escuela, podemos seguir haciendo reuniones en casa de Oishi por ejemplo y jugando tenis.

—Es verdad, pero ya nada será lo mismo.

—Sí, por eso el director me ha llamado para saber qué pasará con el club de tenis de ésta preparatoria. Considerando que con mi tiempo en la Universidad, no hay mucho para entrenar un nuevo equipo. Así que están viendo si contratan a otra persona para que dirija las próximas generaciones.

The Reason Of My lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora