La charla de Loki y Laufey

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En la mansión Black se comenzaba a formar una tensión muy pesada, que ninguno de los habitantes de la casa se atrevía romper. Amora, la hija menor del matrimonio Black,  había llegado a su casa; notando un cambio en el ambiente, vio a su hermano más nervioso de lo normal y a su madre intentando consolarle, no se atrevió a preguntar y fue directo a encerrarse en su habitación, algo le decía que lo hiciera y que no saliera por nada del mundo.

Y sí, Loki estaba en la sala con su madre consolándole, mordía sus uñas en un estado nervioso, no tenía idea de que podría hablar con su padre; muchas teorías se formaban en su cabeza, desde que su padre le diga que lo va a mandar a un internado en Europa hasta que se opone a su relación con Thor . Esto último casi lo pone a llorar, preferiría que lo mandaran a un internado antes de terminar con el chico.

—Loki , por favor, relájate. Tu padre no va a comerte—el pelinegro miró a su mamá como si le hubiese salido un tercer ojo y  la pelinegra mas grande comprendió sus palabras—. Bien, ya entendí, tal vez no debí decirlo de esa forma. Lo que quiero decir es que, no te preocupes por lo que tu padre te diga, él no manda en tu vida y al fin al cabo, uno aprende de los errores, es la ley de la vida—, Fárbauti le acarició el cabello a Loki  y se puso de pie para salir y dejar sólo a su hijo .

— ¿Pero que es lo que mi padre quiere hablar conmigo? —se preguntó en un susurro luego de estar solo. Estuvo un buen rato dándole vueltas al asunto que no se percató de que el tiempo avanzaba.

—Loki, es hora, sube al despacho de tu padre—le anunció su madre desde la cocina, haciendo que el  doncel  respingara y se pusiera de pie de un salto—, relájate hijo, no dejes que la bestia gane—, y luego la señora soltó una carcajada.

—No sé cómo puedes decir esas cosas de mi padre,mamá—dijo el  doncel mientras subía por las escaleras.

—Años de convivencia, Loki, años de convivencia—, comentó Fárbauti  en el pie de la escalera, viendo como se perdía su hijo en el pasillo al despacho de Laufey  , en su rostro se formaba una sonrisa divertida—. Esto será muy interesante, ojala a ninguno de los dos le de un ataque, ¿me pregunto si tengo que llamar a Bruce para que esté pendiente? Por suerte podré monitorear la situación, será mejor que vaya ahora—y así la señora también subió por las escaleras pero tomando otro camino.

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En el despacho de Laufey

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Loki estaba afuera del despacho, estaba demasiado nervioso y dudaba en tocar la puerta o darse la vuelta, descartó enseguida esa última opción, se trataba de su padre así que no podía hacerlo. Se armó de mucho valor y dio un largo respiro, alzó su mano y dio tres toques a la puerta.

Por otro lado, Laufey no estaba en mejores condiciones, tenía que hablar con su hijo mayor de un asunto muy delicado y no podía dejarlo para después, puesto que ya lo había aplazado por más de cinco años; más o menos y no entendía por qué no podía hacerlo su esposa, claro ella misma lo obligó, alegando que era mejor que hablara con Loki  de eso a que lo hiciera con Amora , él no quería tratar ese asunto con ninguno de los dos, Fárbauti  era la madre , se supone que ella es la que se encarga de esos asuntos. Él sólo se encargaba de la empresa y de llevarle el sustento a la familia, nada más.

Dieron tres golpes a la puerta, no los escuchó. Seguía pensando en como proceder en el asunto que se le avecinaba. Otros tres golpes, pero esta vez con más fuerza, consiguiendo el efecto deseado. Laufey miró la puerta y dio un suspiro cansado.

—Adelante—ordenó severo, vio que su hijo entraba y cerraba la puerta tras de si, luego dio unos cuantos pasos al frente y se paró frente al escritorio—. Siéntate—. Así lo hizo, allí sentado retorcía sus dedos en señal de nerviosismo, su padre no decía absolutamente nada, tomó aire y con voz suave habló.

¿La charla? ... Ya no hace falta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora