¿La charla? ... Ya no hace falta

Chantajé parte 1

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—Vaya, que material, aunque todavía le hace falta mucha práctica—hablaba para sí, la mayor de los hijos de Odin Demimoff , Hela. Se encontraba en la mesa del comedor de su apartamento. Habían muchos aparatos tecnológicos a su alrededor, de los cuales destacaban muchas cámaras y una laptop, en la cual mantenía fijamente la mirada, muy interesada (o muy divertida) en lo que observaba—definitivamente haré un DVD a parte y se lo entregaré. Pero haré de las mías primero, esto será tan divertido.

Y casi con una carcajada siniestra continuó con su trabajo. De donde saldría un plan malévolo ¿O no? Ya veremos.

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Era un bello, hermoso y feliz lunes por la mañana, los pájaros cantaban, el sol brillaba y…

¡Bah! ¿A quién demonios engaño? No era un bello, hermoso y feliz lunes por la mañana. Todos odian los lunes, son el peor día de la semana… Levantarse muy temprano para ir a trabajar o estudiar, los pájaros con sus cantos estridentes que si uno pudiera apuntarles con una pistola y meterle una bala en la cabeza, sería mejor, ¿y el sol? Diablos, que es molesto. Estás de lo más relajado en tu cama soñando esos sueños imposibles y ¡Bang! Que los rayos del sol entran por la ventana y te dan directo en los ojos. ¿Y si luego resulta que no dormiste bien o te habías ido de fiesta el fin de semana y te acostaste tarde? Despiertas el lunes y todo el día tienes mal humor. Y si estudias, te olvidaste de hacer la tarea para ese día y el mal humor aumenta.

Y no, no piensen que nos alejamos del tema principal de toda la historia, claro que no. Porque todo esto es lo que piensa nuestro recién amanecido rubio, Thor Demimoff . Si de por si su mal humor es de naturaleza, agreguen lo dicho al principio. Debe estar más que furioso. Se había despertado muy temprano porque, por haber estado de paseo y fiesta con su novio y amigos el fin de semana, no hizo las tareas para ese día. Y algo que nunca podía pasar, era que sacara malas notas en el instituto, eso se lo dejaba a Wade , Arthur  y Peter Quill. A demás tampoco había planchado su uniforme, claro que pudo haberle pedido el favor a su madre pero por esa parte ya se había hecho independiente, entonces no. Al menos no era tarde. Ya estaba bañado y en calzones mientras esperaba que la plancha calentara cuando tocaron a la puerta.

— ¿Quién? —Preguntó al tomar una toalla para cubrirse.

—Pues yo—Thor  se golpeó la frente con la palma de su mano. Sólo habían dos personas que le contestaban de esa manera, la primera, no muy probable, es que fuera su amigo pelinegro, le patearía el trasero de ser así pero lo descartó pues era muy temprano aún. La otra persona era…

— ¿Hela , se puede saber qué mierda haces tocando la puerta de mi cuarto tan temprano? —Mencionó Thor en lo que abrió la puerta y se fijó que al otro lado estaba su hermana mayor. Aunque tenía una expresión de satisfacción plena en el rostro que al menor no le gustó, pues no auguraba nada bueno, incluso su postura parecía indicar que se había sacado la lotería. Y no hablemos de la sonrisa maliciosa que se le extendía por la cara, era como la del gato de Alicia en el país de las Maravillas, daba hasta miedo.

—Thor , por dios, no puedo creer que en esas fachas recibas a tus visitas más queridas. Cubre tus vergüenzas, por favor—lo molestó mientras entraba en la habitación sin permiso y se cubría los ojos de manera teatral. El menor rodó los ojos y gruñó, aún de pie con la puerta abierta—a mí también me alegra verte hermanito—había sarcasmo en su voz, se sentó en la cama—aunque en este momento me gustaría ver menos de ti, eso de verte desnudo se lo dejo a mi cuñadito, Loki .