Mientras tanto en la sala, los amigos del líder alfa se miraban entre sí con caras culpables e incómodas. Jungkook, además de ser la persona a la que debían responder, era un gran amigo para todos ellos. Cada uno de ellos juró lealtad, y sinceridad al hombre.
Pero ese absurdo plan creado por aquel obstinado cerebro estaba muy por debajo de la sensatez. Aún considerando la realidad, y deseando ciertas consecuencias, el grupo de amigos no tuvo en cuenta que la logística no estaba necesariamente adherida a la vida.
Algunas personas eran excepcionalmente impredecibles.
Algunas personas no encajan con ciertos estereotipos.
Algunas personas — como Kim Taehyung — eran especiales.
E inevitablemente las consecuencias de sus actos estaban emergiendo como un tedioso verano después de primavera. Desagradable y estresante.
Un beta sin pelos en la lengua discutiendo con un alfa salvaje.
– ¿Qué deberíamos hacer? – Jin observó preocupado a sus amigos.
Él, principalmente, le había dicho incontables veces a Jungkook que debía ser más flexible con las personas que querían entrar en su vida. Si bien en la vida ningún extraño es confiable no está demás darle una oportunidad a alguien con este tipo de conexión porque... ¡Vamos! El tipo es padre adoptivo de su hijo.
– Pienso que deberíamos organizar la mansión, luego pedir disculpas al chico lindo. –
Todos miraron sorprendidos al más perezoso del grupo puesto que nadie estaba acostumbrado a escuchar la palabra "limpieza" salir de la boca de Min Yoongi.
– ¿Qué quieres decir con lindo? –
El omega de cabellos pelinegros apretó los dientes matando en sus fantasías una y otra vez al tonto pálido alfa que no sabía medir sus palabras.
¿Tanto le costaba no decir esas cosas frente a Jimin?
¿No entendía que sus sentimientos seguían igual o más fuertes que cuando eran novios?
¿No se había enterado todavía que no podía soportar verlo mostrando el más mínimo interés en otros que no fueran él?
– Es bonito, ¿no te fijaste Jimin-Ah? Ojalá quiera tener nuevos amigos. –
El alfa de pelo casi blanco hizo énfasis en su última palabra dándole otro sentido a la oración. Cabe recalcar que el omega llamado Jimin estaba furioso.
– Bien, este es el plan...
Jin tomó la palabra e inmediatamente le dio una tarea a cada uno de sus amigos para llevar a cabo una cena de bienvenida deliciosa, y adecuada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
