🏹TOHꙄ ƎVO⅃🏹

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Usando toda la flexibilidad que su lastimado cuerpo le permitió, Tae vertió la medida justa de fórmula en un biberón para después presionar treinta segundos en el microondas. Pasado el tiempo determinado se dispuso a cerrar adecuadamente la parte superior del tetero, y alimentó al infante.

Con el propósito de no caer desmayado en ese mismo instante decidió tomar asiento en uno del par de altos taburetes. Trató por todos los medios de no caer dormido sobre la meseta ubicada a centímetros de su cuerpo. Era un hecho lamentable el que su propia sangre estuviese ensuciando la ropa de Hobi, empero más preocupante era que HoSeok tuviera una mueca pintada en su carita.

¡Demasiado tierno para este mundo!

Según su clase de maternidad online era probable que Hobi estuviese sintiendo el tenso, y frío ambiente.

Los bebés podían ser muy perceptivos; mucho más una criatura de 7 meses abriendo sus sentidos por primera vez, adaptándose a voces, a un mundo desconocido. Con todo el orgullo que un padre puede tener, Tae aseguraba que su hijo sería muy inteligente.

– ¡Eh! ¿Qué se supone que haces? Te ordené explícitamente que me entregaras al niño. – vociferó el ahora no tan desconocido sujeto.

La bombilla fluocompacta cumplía con su deber al alumbrar la cocina.

Entonces, un par de pensamientos llegaron a la mente de Taehyung como estrellas fugaces durante una oscura noche; el primero es que se sintió aliviado, y buena persona al comprar un bombillo de bajo consumo que contribuía 80% menos a la polución de lo que otras fuentes de energía se daban el descaro de hacer. Lo otro es que realmente no importa sobre qué jodida fuente de iluminación se encuentre el secuestrador/alfa/idiota porque su belleza, e impresionante existencia, seguirán siendo igual de deslumbrantes.

– No hables tan alto, lo vas a irritar. – el dueño de la casa fulminó con la mirada al otro, que por más bueno que esté no sería suficiente para intimidar a Tae en su propiedad.

– Por cierto, ¿quién eres? ¿qué haces en mi casa tratando de robarme a MI hijo? –

– ¿No sabes quién soy? ¿Acaso vives en una cueva? –

– ¿No estás en mi casa ahora mismo cerebro de maní? – contraatacó con evidente sarcasmo.

– Soy Jeon Jungkook.... –

– ¿Y qué esperas? ¿Un premio? – agobiado inhaló todo el aire que sus pulmones le permitieron.

– Mejor dime porqué me atacaste antes de que llame a la policía. –

– Soy el alfa líder de Bangtan, será mejor que empieces a tratarme como tu superior. –

¡Y por los tiburones voladores! Kim Taehyung estaba metido en un gran lío ahora que la identidad del hermoso sujeto en su cocina había sido revelada. Jeon Jungkook, tan adinerado como su nombre refería, no solo era el alfa más egocéntrico del mundo; también se encargaba de dirigir una de las manadas más temibles en la nación surcoreana.

¿Quién no sabía de su existencia?

¡Hasta un inadaptado social como Taehyung estaba enterado de su poder y capacidad para pelear!

Sus acciones eran el pan caliente de todo Seúl — por no decir todo el país — pues las empresas Jeon se llevaban gran responsabilidad en el progreso y modernización de Corea. Para más fácil entendimiento: Es como decir que los Jeon y el presidente surcoreano se juntaban para beber té cada miércoles en la tarde.

Solo que Kim Taehyung además de tener una leve fobia social, y ser un beta de orígenes alfa, conocía muy bien como defender lo que era importante para él. El chico simulaba ser frío, y rudo, pero no obstante en su interior era bastante sensible, algo desconfiado. Le gustaban las obras de arte, el café recién hecho, la ropa cara, y como ya se habrán enterado: los bebés.

– Entonces, ¿qué busca infiltrándose en mi casa? Ya le dije que yo jamás le voy a ceder mí bebé. – el beta habló lo más pausadamente posible.

Ahora que sabía su posición social no quería cometer otro desastre contra Jeon. Por más estúpido que pueda sonar, Taehyung estaba seguro de que Jeon no había hecho uso de toda su fuerza en la pelea de hace minutos.

– Ese niño pertenece a mi manada, es un Jeon. Fue robado por un traidor. Sin embargo, hemos logrado encontrarlo, y sacarle información. Así que tú no tienes ningún derecho sobre mí hijo. – escupió.

– Pues déjeme comentarle que se equivoca. – Tae frunció el ceño.
– El único padre, ante la ley, que tiene KIM Hoseok, soy yo. Y por favor le pediré que se retire, no es bienvenido en mi hogar. – demandó.

– Al parecer no nos estamos entendiendo; lo dejaré más claro para ti. – Jeon se acercó a pasos amenazantes hacia donde Tae y Hobi reposaban.

– O me devuelves a mi hijo, o pudrirte en la cárcel por el resto de tu vida será tu plan de escape cuando me encargue de ti. Fácilmente puedo hacer que ante los ojos de un juez usted haya estado involucrado en el secuestro de mi hijo. – gruñó ferozmente el alfa.

Como si hubiera sido planeado para que nadie lo alejara de su padre, HoSeok rompió en un llanto desgarrador. El rubio trató de calmarlo, pero para sorpresa de ambos adultos Hobi extendió sus bracitos hacia Jungkook, quien al ver tal acción quedó congelado en su lugar.

– Q-quiere que lo cargues... – habló Tae, un poco desconcertado.

– Eso ya lo sé, tonto. –

– Dejaré que lo tengas por un momento, solamente en el rato que se calma. – un poco indignado, y ofendido por el gusto de su propio hijo, Taehyung se tragó su orgullo dejando lentamente a Hobi en los brazos de Jungkook.

Era hasta divertido de ver para Taehyung. Ya que observar a una persona que no sabe absolutamente nada de bebés, además de él, era realmente entretenido.

Dentro de su corazón no pudo negar el increíble parecido entre padre e hijo. Eran como dos gotas de agua. Aún así, pensar en devolver a ese solecito hacía que su alma pesase. Su vista lo jodió unos segundos cuando la herida en las costillas comenzó a pulsar, y su vista se comenzó a tornar borrosa. Por nada del mundo querría dejar a su hijo con Jungkook, pero su cuerpo no podría estar en peor estado para sacarlo a patadas de su hogar.

Juntando todo la fuerza que le quedaba y tratando de sonar firme dijo:
– No lo vuelvo a repetir. ¡Váyase de mi casa! –

– Me temo que eso no será posible, señor Kim. –

Y todo se volvió negro para el beta.










[Editado]

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