🏹ǝɹǝH ʞoo˥ 🏹

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Jungkook recargó su rostro contra la pared de mármol bajo el agua artificial. Sus hebras azabache, al igual que su cuerpo, eran humedecidas por las gotas cristalinas. El pelinegro suspiró para sí mismo. No podía sacarse algo, o más bien a alguien, de la cabeza.

Taehyung.

Con su perfilado rostro. Sus finos labios color salmon que rogaban por ser tocados. Su mirada deífica que podría transportarte al infierno. Su suave cabello rubio. Todo. Todo él era como el sol; puro fuego lo vieses como lo vieses. Eso hacía que Jungkook no pudiera sacarle de su mente.

Y estaba mal.

Porque Jungkook jamás podría darle lo que se merecía.

No siendo el tipo de persona que era.

No siendo más animal que humano.

Pero ya era tarde, porque aunque Taehyung tratase de esconder sus encantos, Jungkook ya había sido hechizado por ellos. Por la forma en que defiende lo que ama sin importarle nada. Por su irritante insistencia en llevarle la contraria cada vez que puede. Por ser tan frágil.

Y es que ahora Jungkook sólo quiere la mirada de Taehyung en él. En nadie más. Quiere que le mire y se sonroje como cuando le hace enojar. Quiere toda su atención porque quedó atrapado en un par de orbes cían que no podía ignorar.






— ¡A, B, C, D, E, F, G

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¡A, B, C, D, E, F, G...! —

HoSeok movió sus manitas felizmente mientras intentaba seguirle el ritmo a la canción infantil del abecedario, a pesar de que su pequeña capacidad no lo dejaba pronunciar las letras apropiadamente, por lo que terminó chillando cosas al azar que él creía eran correctas.

Meciendo su cabeza Taehyung cantó entre dientes la pegadiza canción. Se sabia esa infantil melodía al derecho y al revés; aunque estaba harto de escucharla, todo era mucho mejor que la mierda peligrosamente aburrida del tiburón bebé.

Sorbió un poco de su café con canela. Le hubiera gustado un Dalgona Latte pero no tenía ni el dinero ni las ganas de salir afuera, por lo que ahora disfrutaba de unas tristes tostadas con mermelada de fresa. En realidad, el pan no estaba tostado porque Tae no tenía ninguna pista de dónde rayos estaba la tostadora. ¿Acaso se le podía llamar tostada a un pan sin tostar?

De igual manera, un día sin preocupaciones era lo que más necesitaba puesto que la alternativa seria tirarse a llorar por tener que irse a Italia en la madrugada de mañana.

¡Lo peor de todo es que no podría llevarse a su dulce bebé consigo!

Jeon Jungkook jamás lo dejaría sacar a HoSeok del país. Y siendo honestos él tampoco quería arriesgar la vida de su hijo. Taehyung no era tan estúpido como para mantener a HoSeok cerca suyo con una posible, muy posible, amenaza pisándole los talones.

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2021 ⏰

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