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El entrenador viste de una forma curiosa, estamos en la costa, por lo cual el siempre lleva shorts largos y camisas de resaque.

Dejando a la vista gran parte de su chamuscada piel y también un gran tatuaje en su hombro.

A los Omegas normalmente no les gusta mostrar su piel temerosos a que el sol los queme y mucho menos portan tatuajes. 

Pero como ya lo había dicho antes, el entrenador no es un Omega normal.

Incluso su glándula Omega se exponía al la vista de todos.

Aunque está ya tenía una marca.

Y al parecer está se había vuelto a marcar recientemente, incluso el aroma de la madera era un poco más fuerte.

Ahora que lo veo bien el entrenador a estado dormitando la mayor parte de el entrenamiento, sus ojos estaban un poco hinchados, no podía mantener su parado estable y a cada rato se sobaba la cadera.

No soy una niña pequeña como para no darme cuánta de la razón.

Me sonrojo levemente.

Pero por lo que veo por suerte soy la única que se a dado cuenta de ello.

Bueno después de todo el entrenador y yo siempre nos posamos juntos, al ser de los pocos Omegas en el gran gimnacio, por instinto nos acercamos unos a los otros.

¡Así que no puedo evitar darme cuenta de estos puntos!

Galletas de NataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora