Capítulo 17 (EDITANDO)

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Kevin:

La mano de David entre las mías se sentía como el mismo hielo y demasiado pálido de la cara para pensar que seguía vivo. Tan frío podía estar su corazón, alma y mente. Y tan sádico y masoquista era yo como para seguir amándolo después de haber sido manipulado de esa manera.

Aun así, mis ojos al verlo por primera vez después del incidente no se habían llenado de otra cosa que preocupación, tristeza...

Amor.

El sentimiento que peor me hacía sentir por las noches mientras la almohada iba empapándose con las lágrimas de un amor perdido hasta que los sueños invadían mi cabeza de una forma atroz.

Seguramente él me podría apartar sin remordimientos. Imaginaba como su mano con fuerza y sus venas más marcadas de lo normal me alejarían de un empujón quemando como el hielo mi corazón, mientras sus ojos calvaban dagas en mi estómago y sus ojos brillaban con impaciencia. Sabía que no había esperanzas de estar con él de nuevo, no al menos mientras estuviera consciente.

Tal vez estos fueran los últimos momentos que estaría con él en la vida y aunque mi mano se enfriará cada vez más por mantener la suya estable. Aún con todo lo que me lastimase a mí mismo dejarlo ahora, seguía ahí, contemplando como su respiración iba y venía de arriba hacia abajo y pensando en lo tranquilo e inhumano que se veía ahora. Aprovecharía los últimos momentos en que podía sentir su mano, reconfortarlo con un poco de calor humano.

Y aunque me repetía constantemente que nunca más lo volvería a ver, que no debía ilusionarme era imposible controlar los nervios. La necesidad que tenía de estar cerca de él y la fuerza con la que me aferraba a no aceptar la realidad era cada vez peor martilleándome el cerebro, sin parar.

Es la última vez que lo veo.

Pero me lastimarse aún más...

Pero mi corazón realmente deseaba una luz, aunque sea una vez para no quedar cegado entre la obscuridad.

Lo haría, era un deseo extraño.

Desear sentir sus labios una vez más depositando mi vida en ellos para transmitir todo lo que poseía a él y después irme sin nada en manos y aún más destrozado que antes.

Ahora mismo no tenía los segundos para decidirlo.

Sería como la despedida que nunca tuvimos...

Aunque a él nunca le hubiera importado.

Me levante del banco inconsciente de mis acciones y acaricie una de sus mejillas sintiéndola aún más helada que su mano. Sabía que esto no duraría más de cinco segundos y por eso mismo me sentía peor, un nudo se iba formando en mi garganta. Mis últimos segundos para él. Las lágrimas cada vez se sentían más cerca de caer al saber que solo me estaba creando falsas ilusiones y mis ojos ya no distinguían su rostro claramente, convirtiéndolo en una mancha se colores azulados y borrosos.

Una mancha.

Eso era lo que yo era para él y trataba de borrarme.

La distancia se acortó todavía más entre nosotros hasta el punto de sentir su respiración contra la mía y escuchar los calmados latidos de su corazón. Mis labios temblaban nerviosos al igual que mis manos en la sábana del hospital. Estaba a punto de besarlo por última vez. Tan solo una vez más...

No.

No podía.

Hacer esto sin su consentimiento y contradiciendo su voluntad de mantenerme alejado y mostrando indiferencia, era más que lastimarlo era como obligarlo a hacer algo que él no quería y la culpa me invadía. Más aún porque me preguntaba cómo sería para él asimilar que su padre había muerto al despertar. Cómo se sentiría con todo eso y aparte tener que cargar conmigo.

Solo Quiero Oír Tu Voz (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora