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Narra Fargan

-Fargan, no puedes hacer eso- Dijo.

-¿A no? ¿Quién va a impedírmelo? ¿Tú? No lo creo- Dije.

Agarré con fuerza lo que estaba buscando y sin seguir dando vueltas, desaparecí de allí. Ellos dormían, siempre lo hacían cuando yo no estaba allí. 

-¡Arriba, perezosos!- Grité con fuerza.

Todos abrieron sus ojos y rápidamente quisieron atacarme. Pero colocando mi mano frente a ellos, no lo hicieron. 

-Hoy no estoy para juegos, amigos- Dije.

Uno de ellos abrió sus gigantescas alas negras para lanzar un gruñido. 

-Ya, ya. Deja de quejarte Braxxter. Tengo algo para vosotros- Dije sonriendo levemente.

Comencé a escuchar lo que tanto me gustaba escuchar. Gritos, desesperación, miedo, dolor, sufrimiento. Todo eso que alimentaba mi alma oscura. Pero de repente, eso no causó nada en mí. Lo único que quería era que ____ estuviera bien y que él la dejara vivir. A ella y a mi hijo. De repente Stratus apareció en frente de mí.

-Tú no quieres esto, Fargan. Lo único que quieres es que ella esté bien. Pero sé que no quieres destruir el mundo- Dijo. Reí irónicamente. 

-Tu no sabes nada, Stratus. Nada- Dije. Se acercó más a mí y se sentó a mi lado.

-Se que la amas- Dijo.

-Yo no puedo sentir eso, porque eso es una mierda- Dije enfadado.

-Solo debes escuchar a tu corazón y verás que algo se te ocurrirá- Me dijo desapareciendo.

Tal vez él tenía razón. Tal vez solo debía ir y rogárselo, ir y negociar. ¡Eso es! Tengo que negociar con él. Llegué a ese lugar y como tantas veces, tanta luz me hizo daño a los ojos. 

Ahí la vi, tumbada sobre la cama. Con sus ojos cerrados y las manos sobre su vientre. Agarré una de sus manos, estaba fría.

-Tu no tienes la culpa, Fargan. Ella quiso esto- Me hablo él. Le miré.

-Por lo que más quieras, déjala ir- Dije.

-Eso no es posible, amigo.

-Te doy mi eternidad por ella.

-¿Qué?- Preguntó sorprendido.

-Eso, que dejo de ser el Diablo por la vida de _____.

Sus ojo se abrieron como platos. Se quedó callado por un largo rato. Y eso me puso muy nervioso. Miré a ____, necesitaba abrazarla, besarla. Saber que ella iba a estar bien.

-¡Eso es, amigo!- Dijo acercándose para abrazarme. Yo me quedé muy confundido- Eso era lo que quería escuchar, eso.

-¿De qué narices estás hablando?- Pregunté.

-De pensar por primera vez en alguien más que en ti- Dijo acercándose a _____- Yo no iba a quedarme con ella. Solo hice esto para que te dieras cuenta de las cosas.

-¿De qué cosas hablas?- Pregunté muy confundido.

-Hablo de amor, de entrega. De todas esas cosas que creías que no podías sentir porque eres el Diablo.

-¿Has estado bromeando conmigo?

-Solo un poco- Dijo divertido- Jamás podría quedarme con tu eternidad y ya sabes porqué. Aunque no quieras aceptarlo, sabes que somos hermanos.

-No, no. No hace falta que me lo recuerdes- Dije.

-Ahora eres libre, Fargan. Puedes hacer lo que creas mejor para ____ y para tu hijo. Eres el señor Diablo, así que piénsalo.

De repente, él ya no estaba. Solo estábamos _____ y yo en la habitación de su apartamento. Ella estaba en la cama, durmiendo profundamente. La miré fijamente ¿Qué era lo que debía hacer ahora? ¿Dejarla que críe a nuestro hijo sola? Eso sería lo mejor para ella y para él.

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×El Diablo× [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora