CAPITULO TRES

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CINCO & VANYA!
omnisciente. presente
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– ¡ESPERA, VANYA!. – dijo Cinco, para que número siete no logrará irse, ya que debía decirle algo de suma importancia. El funeral de su padre había acabado y Vanya ya estaba por irse, ya que se sentía sumamente incómoda en ese lugar, y ya acabada su razón para venir, debía irse lo antes posible.

– ¿Qué? – contestó la chica.

– Debo decirte algo, y creo que eres la única persona en la que puedo confiar. – hablo él chico. Vanya no contestó para que este prosiga, y antes de hacerlo miro para todos los lugares, esperando que nadie lo escuche. Aunque algo que no se percató Cinco, fue de un pequeño mono mutante espiandolos por atrás de las paredes.

Cinco le contó todo, o bueno, lo que ella podía saber hasta ahora, sobre lo que vio en el futuro. Las palabras destrucción y caos se quedaban cortas para describir el horrendo futuro que los avecinaba, pero Vanya decidió no creerle, decirle que tal vez lo alucino le pareció una respuesta coherente. Se rehusaba a creer, no quería aceptar que se mundo se acababa, aunque ella no lo tomo de aquella forma.

– Amo Cinco, creo que debo mostrarle algo – Vanya se sintió ofendida por, de nuevo y como toda su vida, ser ignorada, pero aunque Pogo no la nombro, si la miro y le hizo señas a ambos para que lo sigan. Cinco, desconfiado, lo siguió, aunque Vanya se quedo parada ahí, sin hacer nada.

– Creo que yo no debería ir. – dijo la castaña, llamando la atención de Pogo.

– Al contrario Señorita, todos deben saberlo. – dijo el mono, el cual no parecía nada nervioso, sino serio. – Fue un error cometido por su padre, y aunque yo lo respete tanto, esto no puede seguir ocultado, ella debe salir a ver el sol alguna vez.

– ¿Ella? – pregunto Cinco.

– ¿Salir a ver el sol alguna vez? ¿acaso nunca lo vio? – pregunto esta vez Vanya, igual de confundida que Cinco.

Pogo ignoro sus preguntas y siguio avanzando, donde el cuadro de Cinco permanecía colgado, este lo sacó y nada parecía haber en la pared lisa, pero tres golpes en esta hicieron que una parte del piso se abriese. Los dos hermanos miraron asombrados, y esperaron a que Pogo baje para hacer lo mismo ellos.

Mientras tanto, Dolores llevaba sola una semana, y ya estaba bastante aburrida, por lo que cuando escuchó la puerta abrirse se alegro demasiado.

– ¡Pogo! – sonrió al verlo, pero esa sonrisa desapareció cuando vio a los dos hermanos, que también eran suyos aunque ella no este consciente de eso. – ¿Quienes son?

– Señorita Dolores, ellos son Cinco y  Vanya, sus hermanos. – Tanto Cinco como Vanya la miraron asombrados, pero por maneras diferentes. Vanya porque no sabía la existencia de esta chica que ahora parecía ser su hermana, y Cinco por el gran parecido en nombres con su amada Delores. Se permitió analizarla y se sorprendió aun más cuando se dio cuenta del parecido de las dos muchachas. Dolores tenía su cabello largo, negro y un flequillo muy parecido al de Delores antes de que lo perdiera, sus ojos marrones y pestañas largas se asemejaban a los del maniquí y el aceptaba que la chica era casi tan hermosa como ella.

– Ella... Reginald... – Pogo suspiro y miro a Dolores decepcionado, pero no de ella, al parecer de un recuerdo. – Ella fue la primera niña que mi amo encontró, pero se le fue negada, su padre entro en un estado de ira poco controlabe y, la secuestro. – Dolores pareció asombrarse. – Y aunque no se presentaron cargos, el la mantuvo en secreto.

– ¿Hizo que? – pregunto Vanya.

– ¿Me estas diciendo que el estúpido de Reginald no es mi padre? ¿Y que además me secuestro, lo que al parecer a mis verdaderos padres no les importó porque nisiquiera gastaron tiempo en buscarme? – preguntó incrédula la chica pelinegra.

– No eres una pérdida de tiempo, Dolores. – dijo Pogo, mientras ponia una mano en su hombro, la cual saco bruscamente.

– No me toques, ¡sabias todo esto! – grito empujandolo, aunque no con su mano, sino con una ráfaga de fuego que no se dio cuenta que lanzó. Cuando vio a Pogo en el suelo y con su ropa un poco quemada se alarmó. – ¡No!, Pogo lo siento mucho, soy una idiota.

Vanya y Cinco corrieron a socorrerlo, mientras la chica lloraba desconsoladamente, mientras abrazaba al animal.

– Correte, tenemos que ayudarlo. – le dijo Cinco, ella lo miro y asintió, corriendose.

Subieron y lo primero que vio la chica fueron las ventanas, el sol le quemo los ojos y tuvo que apartarse, pero aun así todo lo que vio fue hermoso. Ella tenía bastantes conocimientos sobre la fauna y flora, pero nunca había podido ver siquiera un árbol. Ella se quedo ahí, viendo todo mientras los otros dos llevaban a Pogo con su madre. Llegaron a una habitación y Vanya se fue en busca de Grace.

– Amo Cinco. –hablo con dificultad Pogo. – Dolores debe ser cuidada, y yo no podré hacerlo, ella es muy inestable, por favor, cuidela. – dijo rápidamente, pero no pudo terminar ya que tosio fuertemente. – Creo que ella podria ser la causante del apocalipsis, pero sólo si la dejamos sola. – Cinco permanecio serio, y solo asistió.

Vanya llegó con la madre de ellos, la rubia rápidamente empezó a revisar al animal. Poco tiempo después, se alejó y sonrió.

– Sólo tiene leves quemaduras, nada que no sane. – acarició la cabeza de Cinco, el cual la miro mal, y pregunto: – ¿Quieren algo de comer?

– Un café estaría bien. – suspiro Vanya, segundos después entró Dolores.

– ¿Esta bien?. – pregunto la misma.

– Si, se curara pronto. – respondió Grace, y la pelinegra la miro mal, ya que ella también sabia sobre su secuestro pero aún así no hizo nada. Suspiró y se sentó en una silla cercana, a pensar.

 Suspiró y se sentó en una silla cercana, a pensar

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Ok, que cap feo.

dolores ➳ fiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora