CAPITULO 214: VIOLACION

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Si duermes solo en tu casa asegúrate de poner seguro a las puertas. No vaya a ser que quien menos esperas tienda a acechar tu morada...

Domingo. El ambiente de un día de descanso se hace visible aquel día. Los rayos del sol empiezan a salir y surcan de a poco el cielo de Bangkok. La leve brisa del alba y el tronar de los pájaros hacen eco del nacimiento de un nuevo día. Y mientras eso sucede, el buen Arthid yace acostado guardando reposo. Merecido lo tiene más si es el único día en que merece tener un largo descanso

El leve sonido de la puerta principal es la sutil señal de que 'alguien' invade el pequeño departamento. Con sutileza un extraño ser recorre lentamente aquel lugar. Observa con detenimiento cada centímetro. Era como si volviese a recordar aquellos momentos en que su presencia ya era conocida y por ende no le es ajenamente desconocida. Toda cosa seguía estando en el mismo lugar. El florero, el pequeño retrato. La pecera que adornaba la sala mostraban la belleza de aquel departamento. Era como si, quien aún moraba en ese lugar no quisiera borrar por completo aquellos recuerdos.

El extraño sujeto camina descalzo. Mientras lo hace con su dedo anular de su mano derecha acaricia la pared que colinda hacia donde Arthid yacía acostado. La puerta semiabierta y sobre la cama denota la imagen de aquel muchacho que en paños menores, no había caído en cuenta que tenía en su habitación a alguien que no pensaba recibir.

De pie y sonriente. La malicia cruza por la mente de ese 'extraño' que, en un ligero flashback los recuerdos empiezan a aparecer en su memoria. Lentamente se va posando sobre la cama. Esa ligera presión levanta a quien yacía acostado y la sorpresa no se hace esperar...

- "Kongphob... "
- "Vaya... Siempre tan despistado y descuidado P'Arthid. Pensé que habías cambiado la cerradura de la puerta. Es increíble que aún tengas la misma. Jamás pensé poder estar de nuevo una vez más en este lugar, junto a ti.."
- "Que estás haciendo aquí?"
- "No lo ves? Visitándote."

Como un resorte, Arthid intenta sentarse pero no puede. La presión de Kong impide que lo haga. Sobre él, su ex yacía mirándolo de manera atrevida. En un forcejeo mutuo, Kong logra sostener con una mano ambos brazos de su ex que, no logra safarse. A eso, su otra mano empieza a acariciar el rostro de Arthid que no logra entender las acciones de su odioso ex. Como un vil psicópata Kongphob no deja de ver el rostro del chico que extasiado y entrado en pánico aún no capta el motivo por la que el sin previo aviso se hallaba en su habitación, en su cama y encima suyo.

- "Kongphob... Que haces?"
- "No lo ves? Estoy tratando de jugar contigo P'

Los forcejeos van y vienen y hasta ahora Kong lleva las de ganar. El estar encima de Arthid ya es un mero obstáculo si pensó quizás en tratar de liberarse.

- "Sabes algo P'? estoy erecto. Crees que podamos volver a repetir aquellos momentos que tú y yo hacíamos cuando éramos novios. Que dices?
- "Estás loco?"

La negativa del chico es combustible para el desenfrenado Kong. En efecto si, estaba más que erecto, excitado. Por su mente saltaron aquellas memorias de las veces en que deseaba devorarlo sexualmente y su senior se negaba. Tanta insistencia y fuerza terminaba por ceder lo que lo sumía en un mar lleno de placer solo conocido por ambos. Recordar aquello simplemente lo instaba a hacer lo que no debería ahora: tomarlo por la fuerza.
La sesión continúa. Kongphob encima de Arthid se inclina lentamente sobre el cuerpo de su ex mientras sus brazos hacen presión sobre los brazos de este. Su lengua humedecida empieza a huzmear el lado derecho del lóbulo auditivo y que hace que Arthid empiece a retorcerse. Su punto débil estaba activándose y Kong lo sabía. Esa lengua que lo mataba cada vez que recorría su cuerpo con anterioridad y que era imposible resistir estaba ahora haciendo de las suyas una vez más. Su oreja fué lo primero, un leve beso en su cuello y Kong rueda hacia abajo sin quitar sus labios de cada parte del cuerpo de su senior. Ya en el centro de su cuerpo empieza a besarlo. Esa zona donde el ombligo es la parte sensible para muchos para Arthid no era la excepción y Kong sabe hacer que explote. Visto así, suelta los brazos de este y los posa en ambos lados de la humanidad de su adorado mientras lo acaricia. Arthid no logra resistirse. Sujeta suavemente la cabeza de Kong incitándolo a que prosiga. Un quejido continuo retumba en el ambiente que contrasta con aquel silencio tenue con que las yemas de los dedos de Kong recorren milimétricamente cada parte de su torso desnudo. El juego prosigue y los labios de la chico se posan en el pene del senior que solo libera una ligera sonrisa de satisfacción. El escenario se mostraba perfecto sin importar resultados. De todas formas y a displiscencia del odioso chico el estar ahí era motivo de un maquiavélico plan que va acorde a los tiempos planeados. Hasta tanto, la lujuria prosigue. Kong eleva lentamente las piernas del chico hasta poner los glúteos de este frente a sí. Empieza a besar detenidamente la zona baja de sus testículos instigándole más placer. Su lengua, atrevida como siempre sigue haciendo su trabajo. Los labios se posan ahí donde la espalda pierde su nombre y empieza a jugar. El ímpetu sube y por consiguiente la sensación de lujuria y placer. Kong de reojo solo observa mientras se divierte. Por otro lado, Arthid solo atina a agarrarse de ambos lados de la cama. Tenía la necesidad de detener todo aquello pero las ganas son más fuertes y aquello se lo impide por más que quiera. Los minutos pasan y con un culo ya dilatado Kong empieza por introducir el dedo medio. Juega mientras su morbo sigue creciendo hasta introducirle 2 dedos en el recto de su ex que no hace mérito en impedirlo. Le gusta. Su zona anal se haya más que dilatada, humedecida y es el momento exacto para continuar. Kong erecto bruscamente voltea a Arthid de manera violenta le abre sus piernas mientras su pene ingresa por aquel orificio. Un "Ah" sacude la atmósfera mientras una leve gota de sangre surca por debajo del recto del chico que siente una y otra vez el miembro de aquel que en su momento lo hacía suyo y en esa mañana lo hacía otra vez. La brusquedad del acto es normal entre ambos. Era repetir lo vivido pero la diferencia estaba en que las veces anteriores la sangre no fué 'el invitado" cuando aquello ocurría ya que se aliviaba con lubricante sea con preservativo o sin él. Sea como fuere, Arthid lo disfrutaba y lo demostraba empuñando con fuerza ambos lados de su cama. El dolor se fusionaba con el placer y darse por vencido no era lo correcto. Mientras Kong bombea una y otra vez empieza a dejarle moretones por toda su espalda debido a esos besos llenos de ansiedad. Las cachetadas en ambos glúteos de su senior eran la muestra palpable de que estaba siendo dominado por un Kong enfermizo. El tiempo se hace eterno y no es de sorprenderse. Kong más que un buen amante era de aquellos que tardaba en acabar y eso, complementaba la ninfomanía de su ex lo que conllevaba a largas sesiones de sexo que terminaban en un cansancio mutuo y la historia se repetía. Mientras Kong bombeaba, su mano derecha masturbaba a su senior. Una hora sexual terminó con un quejido mutuo dando por sentado que el acto llegaba a su fin. Sudorosos ambos, Arthid voltea su cabeza y le zampa un beso apasionado que es devuelto con creces.
Y así, uno encima del otro, aún "unidos", Kong retira lentamente su pene algo ensangrentado. Se sienta posando su fornido cuerpo sobre el espaldar de la cama. Arthid de igual manera lo hace pero sobre el pecho de Kong quien sólo se limita a observar una vieja foto ya conocida que yacía encima de la cómoda de su ex.

SE-SUKE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora