Capítulo 1 - Los mensajes

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        Es íncreible lo rápido que se pasa el año, casi pareciera que fue ayer cuando estaba reunido con mis amigos en nuestra primera salida en enero y ahora estamos aquí, en pleno agosto, a punto de que terminaran las vacaciones. Odio con todo mi ser la velocidad que toma el tiempo cuando estoy pasando un buen rato, pero supongo que a todos les pasa.

        Me recosté en el sillón de la sala y encendí el televisor, no había nadie en casa, desde que había despertado que estaba solo, de todos modos, apenas eran las 3 de la tarde. Tome mi móvil, tal vez alguno de los chicos querría hacer algo. Digité la contraseña de desbloqueo, 1275346. El motivo de ese código es...bueno, que va, eran los días de los cumpleaños de mi grupo de amigos, siempre se me hizo curioso como ninguno se hace más viejo en un día de dos dígitos. La ligera melodía de un silvído sonó del teléfono, era el sónido que indicaba que tenía un mensaje. Arrastré el dedo desde la parte superior de la pantalla, abriendo la interfaz que mostraba que tenía 26 mensajes nuevos. Okay, cuando no tengo el celular a mano comienza a hablarme todo el mundo. Toqué con la yema del dedo pulgar derecho esa etiqueta. 

        Joseph, el grupo de mis amigos, un número desconocido y Platinum. Abrí el primero: 

Hey, ¿Hoy tienes planeado hacer algo? Porque estaba pensando en reunirnos a comer algo en la noche con los demás, ya sabes, se acaban las vacaciones.

        Para corroborar, abrí la conversación grupal, estaban hablando de ello y ya habían pautado todo. En casa de Joseph, a las 6 pm. A saber que íbamos a hacer, pero paso mucho tiempo desde que nos vimos, al menos tendremos anécdotas nuevas. Tras leer todo abrí los mensajes de Platinum, una chica que conocía hace un par de años y eramos buenos amigos. Una foto de comida que he de creer que fue su cena del día anterior, otra de una barra de chocolate y un mensaje con el texto: Hoy comeré esto, sé que me quieres por mostrártelo ♥. Tecleé rápidamente un "No, al contrario", obviamente con sarcasmo, soy lo suficientemente maduro como para poder aguantar eso. Sonreí ligeramente y mandé el mensaje.

        Encendí la tele, olvidando por completo que me faltaba un mensaje. Mientras pasaba entre canales el móvil sonó de nuevo. Creí que sería Platinum, pero en su lugar, recibí otro mensaje del número desconocído. Sin nada que perder, entré a la conversación. Y tras leer el primer mensaje deduje que se trataba de una broma

        Hola Dave, ¿Qué tal las vacaciones? Verás, no sé como decir esto... Iré al grano. Puede sonar raro, una historia de película o algo así, pero vengo del futuro y necesito decirte algo importante.

        Claro, y yo soy Peter Pan. El segundo mensaje parecía aún más falso que el anterior.

        Vengo de un futuro destruído, y he venido aquí para buscarte porque eres el...elegido, por decirlo de algún modo. La profecía dice que eres indispensable para que no se repita lo que he vivido. No pretendo que me creas a la primera, pero tengo que pedirte que lo hagas, no te preocupes, a mi lado todo saldrá bien, no voy a dejar que nada malo te pase.

        A ver, a ver... ¿Me estaba mandando mensajes un tipo que vivió toda su vida encerrado viéndo películas de ciencia ficción o qué? ¿Venir del futuro? ¿Elegido? ¿Qué sigue? ¿Que los alienígenas exclavizarán la civilización terrícola?

        Puedo demostrarte que esto no es una broma, sé que tu piensas que lo es. Estaré en la plaza cerca de tu escuela, en la fuente para ser más específico, la madrugada del sábado, a las 3 de la mañana aproximadamente. Y para que no vayas asustado te diré algo para que sepas que no miento. Cuando veas a tu amigo Joseph, dile que has oído que él devora gente con la mirada, o sino, pregúntale a Louis si sabe quien es Smiley. Suerte.

        Este tipo sabe demasiado de mi, esto reafirma mis sospechas de que es todo una broma. Pero...¿Y si no lo es? No, tiene que serlo, alguno de mis amigos consiguió otro número y me mando esto para divertirse, o tal vez algún gracioso de la escuela. Lancé mi celular contra uno de los almohadones del sillón y dirigí la vista al televisor de nuevo, con la idea de olvidar todo esto. Tomé el control remoto y comencé a hacer zapping. Mi poca tranquilidad desapareció al oír el primer sónido de cada canal que pasaba.

Estás...

Seguro...

De que...

Es una...

Broma?...

        El universo estaba conspirando contra mi y jugando con mi mente, era obvio. Por tercera vez el silvído sonó en la sala, pero por razones obvias preferí no ver de que se trataba. 

Jefe FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora