Estaba completamente aturdida por producto de los ojos de Young Saeng aún posados en mí.
Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho y mis piernas comenzaron a temblar en seguida. Y él cerró la puerta a sus espaldas y caminó hacia mí. Sus manos me acorralaron rápidamente en la pared y no pude evitar soltar un gemido. Sus dedos fríos acariciaban mi cintura lentamente. Sentí cómo de a poco la temperatura me estaba subiendo.
¿Qué me estaba pasando?
_____ Merrick, cálmate.-Deja... de seguirme-jadeé apenas.
-No te sigo-susurró cerca de mis labios-. Este es mi trabajo. Ni siquiera sabía que estabas aquí.
-Vete, debo vestirme.
-No me incomoda verte así-dijo al momento en que sus manos me aferraban con más fuerza contra la pared. Sus pies dieron un paso más al frente y un escalofrío me recorrió al sentir su entrepierna chocar con mi sexo.
-A mí sí me incomoda-susurré.
-Te extraño.
-No lo haces. Déjame en paz.
-Debo explicarte todo, _____.
-No hay nada que explicar.
-Hay mucho qué-inclinó sus caderas mucho más adelante-. Por favor.Cerré mis ojos con fuerza al sentir una de sus manos bajando por mi espalda hasta mi trasero. Tragué con dificultad mientras que ponía mis manos sobre su pecho con la vaga intención de alejarlo. Su rostro se acercó aún más y sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja.
-Si es serio no me quieres aquí-susurró-, dilo.
Sus dedos se cerraron en una de mis nalgas, apretando con fuerza. Quería retorcerme, pero preferí mantenerme firme.
-Ya te lo dije-hablé.
-Dilo de nuevo.Su otra mano abandonó mi cintura para subir por mi abdomen, pasando por entremedio de mis pechos hasta llegar hasta mi cuello y tomarlo con delicadeza. Gemí involuntariamente, ocasionando una sonrisa en los labios de Young Saeng. Alejó un poco su cabeza, ocasionando que su nariz rozara con la mía lentamente. Nuestras agitadas respiraciones se mezclaban en los pocos centímetros que separaban nuestros labios.
Hacía tiempo en que no me sentía tan tensa y nerviosa.
-Vete, Saeng...-susurré con la voz quebrada y los ojos repentinamente llorosos. No sé si fue más un milagro o un castigo, pero la puerta se abrió. Ahogué un grito y él se separó de inmediato.
A través de mis lágrimas reconocí a Lily, quien inmediatamente volvió su vista hacia Young Saeng. Por el fuego que despedían sus ojos, noté que sabía de quién se trataba.
-¿Qué hace el aquí?-ella lo apuntó.
-Yo ya... yo ya me iba-carraspeó sin siquiera moverse.
-¡Cobarde hijo de puta!-gritó Lily más que furiosa-. ¿Qué mierda le estabas haciendo a ______?
-N-no me hizo nada, Lily-sollocé, y luego posé mis ojos en Saeng-. Te dije que te fueras, joder.Él sólo me miró detenidamente justo antes de bajar su vista y desaparecer del vestidor como por arte de magia. El silencio se acopló justo después de que Saeng diera un portazo. Mis ojos bajaron hasta mis pies cubiertos por calcetines y un par de lágrimas se deslizaron por mis mejillas. Con la poca fuerza que aún conservaba caminé hacia la madera barnizada que había por asiento y me desplomé en ésta.
Mis codos se apoyaron en mis rodillas y mis manos, en mi rostro.
-¿Por qué carajo Young Saeng estaba aquí, _____?-habló la dura voz de mi mejor amiga.
-No... no lo sé. Me dijo que trabaja aquí.
-Maldito desgraciado-resopló cabreada- ¿Te tocó? ¿Te quería violar, maldita sea?
-¡No, Lily, cálmate!-me di el valor para mirarla.
Volví a bajar mi vista para comenzar a sollozar una vez más. Todo estaba cubierto por un tortuoso silencio. Y recordé que seguía en ropa interior, por lo que decidí ponerme de pie y comenzar a ponerme la ropa que me dieron anteriormente y las sandalias de taco alto.
Dejé mis pertenencias dentro de uno de los casilleros y guardé la llave de éste en uno de los bolsillos de la falda negra de tubo corta. Observé a Lily hacer lo mismo. Wow, estaba estupenda. Su torso y la mitad superior de sus muslos estaban cubiertos por un vestido ajustado negro con pequeños lunares blancos, los cuales combinaban con sus sandalias altas. Tenía el cuerpo perfecto para este tipo de cosas, a diferencia de mí, que ni siquiera sabía por qué me habían ofrecido el trabajo. Le di un intento de sonrisa y ella se acercó a mí. Puso sus manos en mis calientes mejillas y pasó sus pulgares por debajo de mis ojos.
-Está bien-sonrió delicadamente-. Me encargaré de que Young Saeng no vuelva a ponerte una mano encima.
-Por favor, no quiero que nadie lo sepa.
-¿Por qué no, _____? Has vuelto a llorar por él; Kyu Jong debe saberlo y correr a matarlo. Algo hay que hacer con ese psicópata.
-Quizás yo debería hablar con Saeng-me encogí de hombros-. Seguramente dejará de molestarme.
-¿Y si no lo hace?No hubo otro momento más preciso para que se escuchara la voz de Pierre del otro lado de la puerta.
-¡Las necesitamos en dos!-exclamó.
-¡Ahí vamos!-dije en el mismo tono sin apartar la mirada de Lily. No hice más que caminar hacia la puerta mientras soltaba una bocanada de aire que no sabía que estaba conteniendo.Gracias a los dioses, podía mantenerme de pie con las malditas sandalias altas y lo débiles que se encontraban mis piernas por producto del encuentro anterior con Young Saeng. Salí del vestidor, seguida de Lily, y ahí estaba Pierre, con su Nikon colgando de su cuello y unos anteojos cuadrados negros.
-Vengan, mis niñas-sonrió mientras nos hacía avanzar junto consigo una vez más-. Todo esto será rápido por ser nuevas, ¿sí? Al término de la semana, cuando vengan a buscar su paga, me dicen si les gustaría firmar contrato. Hoy podrán irse a las tres, así como toda esta semana. Si aceptan este trabajo, su horario será desde las diez a las cinco. ¡Ah! Y recibirán su recompensa con un cheque gordo, gordo.
Miré a Lily y tuve que morder mi labio inferior para ahogar una risa. Pierre era muy gracioso y exagerado gesticulando. Seguimos caminando hasta la pared rodeada de focos, en donde se encontraban unas diez personas más junto a cinco modelos. Todas hermosas. Algo dentro de mí volvió a removerse al ver a Young Saeng a la distancia conversando con una de ellas. Jamás iba a dejar de ser tan coqueto. Rodé los ojos nuevamente hacia Pierre, quien seguía hablando de cosas a las que no estaba prestándole atención y nos encaminó hacia el grupo.
-Atención, gente-exclamó él hacia ellos-. Ellas son _____ y Lily y son nuestras nuevas modelos. ¡Lavoissier, Candau y Heo, estarán a cargo de ellas!Mierda. Me volteé hacia Lily, quien ya me estaba mirando con los ojos abiertos de par en par. ¿Young Saeng era fotógrafo? ¿Y encima se encargaría de fotografiarme a mí? Digo, y a Lily también, pero... ¿Y qué había pasado con su trabajo como profesor? ¿Por qué ahora, casi de la nada, era un fotógrafo de la famosa revista Vogue?
Lavoissier, Candau y Heo caminaron con una sonrisa hacia nosotras. El primero era un tipo de no más de treinta años, con aire estricto y calvo. Candau era una señora algo mayor, con una melena rubia platinada y una cálida sonrisa. Y no empezaría por describir a Young Saeng.
-Bonjour-dijeron los dos primeros haciendo un ademán con la cabeza.
-Bonjour-respondió Lily. Yo seguía inmóvil sin dejar de mirar a Saeng. Sus ojos tampoco dejaban de observarme y mantenía una irritante sonrisa en sus labios. Cuando fue el turno de que Saeng nos saludara, él y Lily se dieron un apretón de manos. La sonrisa de mi mejor amiga no podía ser más falsa, al igual que la de él. Yo, en cambio, no podía ni siquiera pestañear. Sentía como si nada de esto fuera real.
-Bonjour, señorita _____ Merrick-susurró él una vez se inclinaba a besar el dorso de mi mano.
-¿Ya se conocían?-preguntó Pierre. Saeng se alzó su cuerpo y me miró. ¿Esperaba que yo dijese algo, aun cuando no podía hablar en lo absoluto?Miré a Lily, luego a Saeng y después a Pierre. Solté la mano de Young Saeng y bajé la vista.
-No-mentí en un susurro-. Jamás lo había visto.
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DESencuentros, Heo Young Saeng
FanficLuego de dos años del alboroto "alumna/profesor", ______ y sus amigos deciden hacer las vacaciones de sus vidas yendo a la ciudad del amor: Paris, Francia. Todos desean comenzar de cero y poder tener la vida que siempre quisieron pero, ¿Qué pasará s...