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Marta
No me lo puedo creer, esto está pasando de verdad, mi sueño se acaba de hacer realidad.
Suspiro de nuevo al ver la carta que me han enviado desde el instituto de música mas importante de toda España, me han concedido una beca, ¡Me voy a Madrid! Tengo que estar allí mañana, a las 8:00.
Se lo acabo de contar a mi madre y está chillando de la alegría.
-¡Marta, estoy tan orgullosa de ti!-grita y me abraza-
- Gracias mamá

Las dos siguientes horas estuve haciendo la maleta para irnos, ya eran casi las cinco de la tarde y mi madre ya tenía todo preparado para el viaje.
El viaje en coche fue largo, pero ya allí mi madre y mi hermana Lola se despidieron de mi, y se volvieron a Málaga. Estaba frente a la residencia donde me iba a quedar todo el curso, todos los alumnos vivían ahí y yo también lo iba hacer.
La recepcionista me dió la llave de mi habitación y me dijo que estaba en el piso superior.
Los pasillos estaban vaciós, y solo parece haber una persona. Una rubia bajita, estaba apoyada en su puerta y tenía en las manos su móvil. Daba la casualidad que mi habitación, la 223 era justo la que estaba a su derecha.
Pasé por su lado y ella pareció darse cuenta por que levanto la cabeza y me miro.
- Tu debes ser la afortunada - suelta
- ¿Perdona? - la contesto sin entender muy bien lo que ha dicho.
- ¿Eres la de la beca? - pregunta y se acerca-
- Si, ¿por qué? - retrocedo un paso-
- Te acaban de poner en el pasillo de las personas más guays que vas a poder encontrar aquí - me tiende la mano- Encantada, soy Alba, Alba Reche.
- Marta -Le estrecho la mano- ¿Esa es tu habitación? -pregunto y señaló la puerta de al lado-
Alba se ríe.
- Está es mi habitación - le da un golpe al pequeño tablero de la puerta en el que pone 223 -
Abro sorprendida la boca y ella se vuelve a reír.
- Si, somos compañeras -dice y me arrastra hasta la habitación. La habitación es grande, la mitad a de la habitación está llena de dibujos, y materiales para dibujar.
- ¿Te gusta dibujar? -miro alrededor-
- Si, aparte de la música, el dibujo es lo que me gusta.
Iba a responderla cuando suena una sirena.
- La cena - Alba se levanta y me mira- venga vamos.
Miro las maletas y todo lo que tengo que colocar, me estoy muriendo de hambre, pero debería colocar todo esto...
Alba mira también las maletas.
- Venga Marta luego las colocas, quiero presentarte a mi grupo.
Al final acepto y nos bajamos al comedor, allí Alba me presenta a la que creo que es la mejor pareja del mundo, África y Damion, son realmente monisimos. Vamos todos juntos a una mesa que hay vacía.
- ¿Tu cantas Marta? - pregunta África-
- Si, ¿vosotros también? -digo sacando conversación.
- Si, bueno el novio de Natalia, Mikel baila no canta. - me comenta Alba -
- ¿Natalia? -digo confusa-
- Ah, ¿todavía no la conoces?- muevo la cabeza- Pues Natalia es una de las alumnas más talentosas, mira ahí está. – me dice Africa–
Giro la cabeza y veo a una chica morena con el pelo corto, tiene las manos en los bolsillos y anda de forma desenfadada. Se acerca a nosotros y se sienta junto a Alba, frente a mi.
- Está es Marta - me presenta Alba
Natalia me mira, y dios mio que mirada más intensa, un escalofrío me recorre todo el cuerpo, no tarda en retirar la mirada pero yo sigo con el revoloteo en el estómago.
Soy consciente de que si sigo mirándola todo el mundo se va a  dar cuenta, pero no es hasta que siento como África que está a mi lado me da un codazo y retiro la mirada.
– Cariño disimula un poco o al final se va a dar cuenta – susurra la morena–
Yo la miro muerta de vergüenza, estoy casi segura de que ahora mismo parezco un tomate.

Alba y Natalia se pasan toda la cena hablando, parecen muy amigas. Al rato llega el novio de Natalia, y una rubia con tatuajes que se presenta como María, es muy graciosa.

– Hola, mira es que no puedo parar de mirarte, me suenas mucho – dice un chico de piel oscura que acaba de acercarse – ostias eres la de las cover de instagram – el chico tiene un acento andaluz notable, diría que es de Sevilla pero no estoy segura–cantas genial enserio.

Si antes ya estaba roja ahora mismo no se de que color estaré, soy muy consciente de que toda la mesa me está mirando, y es que no me bastaba con ser la nueva que ahora me reconocen.
– Coño ya decía yo que me sonabas – comenta esta vez Maria– Sango ¿verdad? Marta Sango
Afirmo con la cabeza.
El chico de piel oscura que me ha hecho pasar tanta vergüenza se va después de decirme que se llama Famous, un nombre peculiar.
Natalia me ha mirado un par de veces en la cena pero hace rato se ha ido a su habitación, bueno todos se han ido a su habitación menos África, que está sentada a mi lado contandome por que decidió venir aquí ha estudiar.
– Bueno, creo que es hora de subirnos ya ¿no?
– Si, ya es tarde y tengo que colocar toda la maleta. –contesto levantandome de la silla–
– ¿Quieres que te ayude? – ella también se levanta y nos dirigirigimos a los pasillos–
– No tranquila, tampoco tengo tanta ropa.
– Bueno si al final quieres que te ayude me dices – se para unas puertas mas atrás que la mía– adiós encoñada– y se mete en su habitación–
¿Encoñada? Lo dirá por lo de Natalia...si seguro que es eso... Yo no estoy encoñada con nadie... Solo es guapa.
Cuando me doy cuenta de que sigo en el pasillo parada Natalia sale de la habitación de enfrente. Tiene un pantalón de pijama ancho y una sudadera también ancha. Me ve y sorprendentemente se acerca.
– Hey, Mara Sango ¿verdad?
–Marta– digo molesta por la equivocación– ¿te has aprendido mi apellido y mi nombre no?
– Eso parece –se apoya en la pared– parece que hay mucha gente que te conoce.
Me empiezo a poner nerviosa, y meto las manos en mis bolsillos.
– Eso parece –digo imitandola y intentando que no se de cuenta de lo nerviosa que me pone su presencia–
Natalia se ríe por mi gesto y saca el móvil
– ¿Como te llamas? –pregunta, y la miro confusa–
– Marta – repito de nuevo –
Se vuelve a reír esta vez mucho más alto.
– Ay Martita – se acerca – eres un poquito cortita eh – vuelve a dar un paso, y deja tan solo unos centímetros entre nosotras– ¿como te llamas en instagram?
Joder que tonta soy de verdad. Intento retroceder pero mis pies me lo impiden.
– Eh barrabaja... Eh Marta–digo nerviosa– eh... Punto... No no sin punto creo, espera mejor saco el móvil.
–¿Estas nerviosa Marta? ¿Te pongo nerviosa? – vuelve a dar un paso, pero esta vez si que retrocedo–
Ella se ríe y también da un paso hacia atrás.
– Tranquila, ya he encontrado tu cuenta. – Se da la vuelta y empieza a caminar en dirección a la calle, pero antes se gira– es sin punto Martita.


Todo del revés // Martalia💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora