VII

388 22 3
                                    

Estábamos solas, las chicas ya se habían alejado y iban de vuelta a casa, y de lo único que estaba acompañada eran de esos intensos ojos cafés mirándome, en ellos se reflejan ¿rabia? ¿deseo?
Ninguna parecía dar el primer paso y hablar, solo estábamos paradas una frente a la otra.

- No esperaba que me dieras un bofetón -rompe el silencio, su tono no es de enfado si no de sorpresa.

- Yo tampoco

- ¿Por que lo has hecho? -pregunta como si no lo supiera-

- Me has llamado zorra -la digo en un tono más elevado para que se de cuenta de que me ha dolido-

- Me has besado a mí y luego a María, ¿no es motivo suficiente? -ella también me ha elevado el tono-

- Si lo que insinuas es que voy besando a todo el mundo -la pongo un dedo en el pecho acusadoramente- Te equivocas y mucho, primero yo no te he besado lo has hecho tú, y segundo a Maria la he besado por razones que a ti no te incumben -mentira, la he besado por que me daba rabia que ella me dejara tirada-

La expresión de Natalia cambia ahora si que parece enfadada y yo decido hacer lo que mejor se me da.
Huir.

- No te vas a ir, ¿no puedes enfrentarte a los cosas? Siempre huyes ¡Siempre! -grita para llamar mi atención-

¿Qué yo siempre huyo? Es ella es siempre ella, yo no hago más que quedarme como una tonta cada vez que se va sin razón alguna.

- ¿¡Yo!? -si ella grita yo estaba dispuesta hacer lo mismo- Tu eres la que me deja tirada. ¡Te fuiste de mi habitación sin ningúna razón el otro día!

-Marta eso no fue así - su tono era cada vez más duro.

-¿¡No era así!?¿¡Que no era así!? ¿¡No me dejaste ese día tirada en mi habitación!? ¡Y tampoco ese día en el pasillo o y hoy tampoco lo has hecho después de besarme! -eso último no era una pregunta sin duda- Quiero que me dejes en paz Natalia, enserio dejame.

Y me fui, no me siguió y la perdí de vista. No sabia donde coño estaba solo había venido una vez aquí y no me había quedado con el camino de vuelta asique si, ahora estaba sola a las tres de la mañana muriendome de frío por que mi chaqueta me la deje seguramente en algún lugar de la discoteca y perdida.

Saque mi móvil del bolso, por suerte si seguía teniendo batería. Repase mi agenda de personas que podía llamar, tenía el teléfono de África, Maria y Alba. Ni siquiera Natalia me había dado su teléfono, igualmente tampoco la iba a llamar.

Me pensé bien a quien llamar, Alba había estado distante asi que ella no era una opción sería muy incómodo. Africa, haría muchas preguntas.
Llame a Maria, era mi mejor opción .

Primer tono, segundo tono, tercer tono y...

- ¿Marta?

-Eh si, ¿puedes venir a buscarme? -se hizo un pequeño silencio-

-¿Como?

- Bueno he tenido unos problemas para volver, ¿puedes venir a buscarme?

- Claro, dime donde estas

Mire hacia los lados para ver algún cartel del nombre de la calle y bingo.

- Eh calle Pinos

- No tardo nada, ahora te veo.

Y colgó.

Y sin duda no mentía cuando decía que no tardaría nada, por que apenas cinco minutos después ya estaba aquí, iba en un coche blanco, diría que es un seat pero no estoy segura.

Parece mucho más sobria que cuando estábamos en la discoteca.
Por eso no dudo en subirme al coche.

- Hola -saludo- gracias por venir.

- No me las des.

Arranca.

- ¿Qué te ha pasado? -pregunta mientra mira al frente- ¿Natalia?

No hablo, me quedo callada, no me apetece hablar de esto, pero si, Maria sí, siempre es Natalia.

- Hemos discutido -digo y ella se da cuenta de que no quiero hablar más-

Miro por la ventana, ya hemos llegado.

Maria aparca y sale. Yo la sigo y nos metemos juntas al interior de la residencia.

La rubia no vive en el mismo pasillo que yo, pero aún así se dirije a mi habitación.

Se para justo en la puerta. Y antes de que yo me despida suelta:

- Si yo fuera Natalia nunca discutiria contigo, ni te llamaría zorra, pero si haría algo que ella también ha hecho.
Besarte. - Y se va -

No me da tiempo ni a recibir la información a la cabeza cuando ella ya ha desaparecido por los pasillos.

Mierda, sabe lo que ha estado pasando con Natalia. Mierda, lo sabrán ya todas...

Y Marta Sango que no se podía quedar quieta en su habitación fue a llamar a la puerta de Natalia, que justo quedaba en frente.

Dos golpes di, y dos segundos más tarde ya tenía a la figura alta de Natalia delante de mi.

-Pensé que querías que te dejara en paz -suelta- sabia que no durarías mucho sin mi.

- ¿Por que le has contado lo nuestro a las chicas?

Me sorprende riéndose.

- ¿Lo nuestro? Sabía que te estabas ilusionando Martita, -se vuelve a reír- pero no hasta ese punto.

Craack, así acaba de sonar mi corazón. Soy realmente estúpida, ¿lo nuestro? Natalia nunca saldría conmigo, ni si quiera yo quiero salir con ella...¿O si? No claro que no Marta.

- Se que no somos nada, no me caes ni bien

- ¿No te caigo bien? Vale, que más,¿ me odias tambien? , dime todo lo que piensas de mi. -habla.

- Si así lo deseas -me burlo- Eres maleducada, estúpida, egoísta, fría, te crees que puedes ir jugando con la gente así por que si, Y te gusta hacer daño a los demás.

Me siento libre después de haber soltado todo eso.

- Se te ha olvidado lo de "Natalia me encantas y no me puedo resistir a ti" - me regala una sonrisa burlesca-

Lo peor es que no miente.

Pero yo si

- Yo no me siento atraída por ti-mentira- no me gustas nada -otra- y si que me puedo resistir a ti, sin ningún problema -y una más de regalo-

Vuelve a sonreír.

- Iba hacer algo, pero como no te atraigo ni un mínimo... No puedo hacerlo. - se encoge de hombros- que pena.

No se que iba hacer pero quiero que lo haga.

Y se me debe cruzar un cable por que me acerco a ella y la planto un beso.

Nota de autora:

Hola! Este capítulo no es muy interesante, lo siento, pero es importante para cosas que van a pasar dentro de poco.

Mañana subiré otro, y alomejor hasta puede que lo suba hoy!

Todo del revés // Martalia💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora