seven

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maratón 1/2



HoSeok palpó las prominentes caderas del menor, sintiendo como cada vez que las movía sus huesos eran más pronunciados. 

 Mientras continuaba el beso, buscaba algún lugar donde poder tocarlo sin sentir que estaba tocando un esqueleto con piel, pero le era difícil. Sus manos divagaban tratando de evitar sentir sus costillas, los huesos de sus hombros o incluso su espina dorsal.

HoSeok se separó de pronto con brusquedad, dejando una expresión de confusión en TaeHyung. Sus labios hinchados y rojos tentaban al mayor.

— Quítate la camiseta.— ordenó.

 Kim lo miró aún más extrañado por la repentina actitud, más aún notando el ceño fruncido del psicólogo.

 Aún así, algo dubitativo, levantó los extremos de la prenda hasta deslizarla fuera de su cuerpo. Y la imagen que dio para HoSeok fue por poco aterradora.

El mayor esperaba ver huesos pronunciados, el estómago hundido o las clavículas en extremo notorias, pero además de eso TaeHyung tenía marcas moradas en todo el torso, como grandes moretones o quemaduras. El lanugo cubría casi todo el cuerpo moreno.

 HoSeok paseó sus manos con delicadeza, mientras TaeHyung simplemente evitaba la mirada, temblando levemente por el miedo. 

— Dios mío...— susurró al ver una gran mancha violácea en la zona lateral de sus costillas. Parecía un fuerte golpe, quizás por una caída.

— Y-yo... Intento ejercitarme pero... Soy bastante torpe.— se excusó, sintiéndose cohibido por la intensa mirada del mayor en todo su cuerpo. Comenzaba a arrepentirse de sus actos.— N-no es realmente mi int-

— Shh... Calla.— le interrumpió, besando la coronilla de su cabeza y acariciando sus brazos para intentar darle algo de calor.— Me cuesta entenderlo... 

— ¿Entender qué?— su mirada se tornaba cada vez más intensa.

— Cuál es el motivo que te impulsa. No lo comprendo ¿Siquiera te das una idea de lo precioso que eres? No solo precioso, eres fascinante, pareces irreal. Cuando te veo... Me cuesta trabajo darme cuenta de que realmente existes y que no eres una alucinación...— confesó pasando las yemas de sus dedos por la piel morena, sintiendo el frío de la dermis. HoSeok estaba simplemente embelesado con todo TaeHyung.

 Incluso con sus huesos pareciendo consumir su cuerpo, le resultaba de lo más maravilloso verlo, sentirlo, compartir espacio y tiempo con él. 

Con la confianza volviendo a él, TaeHyung buscó con su boca la de HoSeok iniciando nuevamente aquel beso que había sido pausado; pero esta vez mucho más tranquilo y profundo, como suaves olas meciendo la marea de un océano interminable. La suavidad de ambos labios causaba escalofríos de satisfacción, sintiéndose pertenecidos allí, a ese momento. 

 Incluso la luz del sol apreció apagarse un poco más en el ambiente, tornándose cálido y a la vez íntimo. Con las cuatro paredes protegiendo aquel secreto. 

La respiración agitada de TaeHyung demostraba su impaciencia, recordando que era el único que se encontraba sin camisa allí; así que tiró de la bata de HoSeok para quitársela, yendo rápidamente a los botones de la camisa azul pastel que el mayor llevaba.

Desprendiendo uno a uno los botones, revelaba una piel tersa, con algunos lunares discretos esparcidos en sus pectorales, y un cuerpo hecho por la mismísima divinidad de los ángeles.

 TaeHyung se detuvo un momento a admirar a aquel hombre con la camisa desabotonada y algo agitado. Algo dentro suyo se retorcía en euforia y excitación, pero era aún más la hipnosis que lo consumía por la belleza del mayor.

 Aún así, HoSeok no le permitió disfrutar aquella vista demasiado tiempo, lanzándose sobre el menor nuevamente para besarlo y esta vez recostarlo sobre el diván donde solía atender.

 TaeHyung deslizó por sus hombros la prenda, acariciando los hombros de quien se encontraba arriba suyo. La rodilla del mayor rozaba discretamente su entrepierna, y el menor sentía que en cualquier momento podía perder la cabeza por su culpa.

Un deseo nació desde lo más profundo de su ser, sintiéndose algo desesperado y necesitado del toque de su hyung sobre su piel. Algo dentro de TaeHyung le decía que HoSeok no estaba asombrado de su cuerpo, sino de algo más subjetivo y difícil de descifrar. 

Sus  pupilas se dilataron, con su corazón latiendo cada vez más rápido al ver a HoSeok incorporarse un poco sobre él, teniendo una perfecta vista de su torso marcado, con unos abdominales donde corría un pequeño camino de vello hacia el interior del pantalón, y... Oh mierda.

TaeHyung tragó duro al ver un bulto comenzando a levantarse de a poco allí, recibiendo  solo una risa aireada de su mayor.

HoSeok volvió a pasear sus manos por su piel, deteniéndose a acariciar los moretones, provocando que TaeHyung se removiera incómodo.


— S-sé que son feas... Pero t-

— Tu cuerpo es como una galaxia.— lo interrumpió— Y te juro que me estoy enamorando de todas y cada una de tus estrellas.

psicólogo  》vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora