Bella: Franco necesito que te encargues de recoger las coronas de los hijos del mar-espera que se distrajera-
Franco: si yo me encargo-está preocupado-
Bella: no te preocupes ella vendrá-sobo su espalda-Aranza regresó al mar no se metió a al agua, estaba sentada en la orilla contemplando su reflejo.
Alicia: hola, está muy tranquilo verdad-sabia perfectamente quién era ella-
Aranza: hola, sí está muy calmado-no sentía buena vibra de esa persona-
Alicia: eres de aquí?-quería saber que tanta información podía sacarle-
Aranza: no, estoy de vacaciones y tú?-no le diría nada-
Alicia: igual estoy de vacaciones-tenía que obtener información de ella-
Aranza: bueno me tengo que ir-se levantó sin esperar respuesta de ella-Camino por la orilla, llego a un lugar que era parte de una pequeña isla y se sentó en la orilla, se reflejaba ella y se veo con un bebe en brazos, sus lagrimas descendieron solas, si reflejo parecía tan feliz pero ella estaba tan triste.
Franco: ahí estás preciosa-la vio desde abajo del agua-
Aranza: hola-su voz sonaba triste y apagada-
Franco: estaba muy preocupado amor mío-la abrazo-
Aranza: lo siento amor, solo quería estar sola-se dejo envolver por los brazos de Franco-
Franco: lo sé, sé que te sentías triste pero no vuelvas a desaparecer así-la miró fijamente-
Aranza: te lo prometo no desaparece de nuevo-le dio un beso tan profundo como el mar-
Franco: amor mío te amo, ahora dime porque te fuiste tan derrepente?-le miro-
Aranza: porque me sentía muy mal y triste y decidí caminar en la superficie recordar mi vida cuando yo era una chica normal y no una sirena-no espero respuesta y lo abrazo escondiendo su cara en su pecho-Los dos fueron por la coronas y él regresaron al reino, estaban felices que su reina estuviera de regreso, Bella la abrazo y le dijo que no se preocupara por Mar, le dijo que no volviera a irse tan derrepente.
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El secreto del caracol azul
FantasyHace muchos años un caracol fue encantado se perdió en el fondo del mar, pero un día lo encontró una hechicera que buscaba destruir el reino de Aranza, no permitiría que una joven princesa reina los océanos.