"Amor = Dios."
Capítulo 1: Primer día.
Me despierto al escuchar la voz de mi madre anunciándome que hoy es mi primer día en la universidad.
Restriego mis ojos y los abro poco a poco para darme cuenta que hoy es un día nublado.
Que suerte tengo.
Desde que llegué aquí me ha costado adaptarme y todavía me es un poco difícil.
Y no es que tenga algo en contra de la gente homosexual de esta ciudad, sino que...
¡Esperen! ¿Acaso no saben de lo que les estoy hablando? Oh, lo siento, creo que debo explicarles un poco del tema.
Bueno, para empezar mi nombre es Nicole y sí, tengo 17 años. Vivo en un lugar en el cual solo personas homosexuales habitan en el.
Loco, ¿No?
Pues sí, para mi también lo fue y más cuando en algunos momentos, observaba a chicos y algunas personas me miraban raro, hasta que me di cuenta porque era.
Pero como decía, no tengo nada en contra de ellos, al contrario, me gustaría que simplemente nos relacionáramos como gente normal.
—¡Nicole! —Grita mi madre.
—¡Ya estoy despierta! —Elevo mi tono por el susto que me ha pegado al sacarme de mis pensamientos.
Me levanto de mala gana y me dirijo al baño de mi habitación. Decido apurarme a la hora de bañarme, ya que soy el ser más lento del mundo dándome una simple ducha.
Cuando termino, me dirijo a mi habitación para terminar de alistarme. Bajo al primer piso y ahí me espera el desayuno en la cocina.
—Debo irme, pero te dejo el desayuno. —Se despide mi madre dándome un beso en la mejilla.
Yo le sonrío y al final escucho la puerta principal cerrándose.
Termino de comer y me dirijo a tomar mis cosas. Salgo de mi casa y empiezo a caminar para tomar el autobús. Agradezco que a pesar de estar nublado no haya señales de alguna tormenta o algo por el estilo.
La universidad quedaba un poco lejos de mi casa, como a 20 minutos aproximadamente según lo que me había dicho mi madre. Además, me dijo que era imposible perderme, ya que cuando viera un montón de adolescentes gritando, seguramente esa debía ser mi parada.
Ya sabes, los instintos de una madre nunca fallan... Supongo.
El autobús llega a tiempo y yo me siento en el lugar más cercano a la puerta. Miro a mi alrededor y veo a personas usando su celular, personas con sus trajes listos para llegar a sus trabajos o unos cuantos chicos y chicas sentados con sus audífonos.
Minutos después, justo lo que mi madre me había dicho, es lo que había allá afuera. Adolescentes gritando.
Me pongo de pie y me dirijo a la salida del autobús no sin antes agradecerle al conductor.
Mientras el semáforo cambia para poder cruzar, empiezo a sentir un poco de nervios y me obligo a pensar que todo saldrá bien.
Al cruzar, me dirijo a la puerta principal y tomando un respiro coloco mi mano en la puerta y la empujo. Acto seguido, me quedo paralizada al ver tantas miradas puestas en mí.
¿Acaso no llegan personas nuevas a esta universidad o qué?
Desvío mi mirada de todas esas personas y me dirijo a la oficia del director.
Y sí, ya he venido a este lugar para inscribirme, pero claro, no había miles de personas en los pasillos.
Cuando finalmente llego a la oficina, toco y segundos después, los cuales se me hicieron eternos, alguien abre fuertemente la puerta provocando que todo lo que tenía en mis manos se caiga.
Suelto una mala palabra y me agacho para tomar mis cuadernos. Veo que alguien se queda de pie a mi lado y yo lo único que hago es tensar mi mandíbula molesta.
Termino de recoger mi cosas y me levanto topándome a un chico que me mira como si no le importara lo que ha hecho.
—Hey. —Saludo—. ¿No crees que deberías tener más cuidado?
—¿No cree que debería pensar antes de ponerse en frente de una puerta? —Dice con una mirada indiferente.
—No, nadie abre de esa manera.
—Pues yo sí.
—Pues...
—Señorita Cooper. —Me interrumpe el director—. Me alegra verla.
—Igualmente. —Le sonrío.
Escucho como alguien se ríe sarcásticamente detrás mío.
—¿Algún problema señor Anderson?
Este se queda callado y solo niega con una sonrisa burlista en su boca.
—Eso pensé. —El director entra a su oficina y luego sale con unos papeles —. Señorita Cooper, en esta hoja podrá encontrar información de la universidad y en esta otra encontrará su horario.
—Gracias. —Digo tomando las hojas.
—Supongo que ya le han dado un recorrido por las instalaciones.
Niego.
—¿No? —Abre sus ojos como si le hubiera dicho algo muy grave—. Bueno, hoy es su día de suerte porque el señor Anderson la llevará a dar un paseo por la universidad.
Volteo a ver al tal Anderson y este se encuentra con su ceño levemente fruncido.
—Bueno, si tiene alguna duda, señorita Cooper, podrá preguntarle al señor Anderson, para él será un honor tener que aclarar sus dudas.
NICOLE♡
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Heterofobia
Teen FictionMi nombre es Nicole, me acabo de mudar a un lugar que nunca pensé que existiría y sé que el título de esta historia te dará una idea. Desde que llegué aquí, he pasado por muchos problemas y quién diría que esos problemas son causados por los pensam...