Capítulo 2: James Anderson

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"Vive junto a Dios todo lo que él te da."

Capítulo 2: James Anderson.

—No puedo, llegaré tarde a...

—No se preocupe, le aseguro que en eso no habrá problema. —Lo interrumpe—. Ahora si me disculpan, debo resolver un asunto pendiente.

El director entra a su oficina y cierra la puerta, mientras nosotros nos quedamos en silencio. Observo los papeles en mis manos y puedo escuchar como unos pasos resuenan por el pasillo. Volteo y me doy cuenta que el chico de hace unos segundos se esta yendo.

Decido ignorarlo y recorrer la universidad por mi cuenta, así que decido irme por el pasillo contrario al que él se fue.

Empiezo a caminar y lo único que veo son casilleros y dos pasillos al final de este. Tomo el pasillo de la izquierda y puedo ver por la enorme ventana de la universidad, el campus.

Estoy a punto de abrir la puerta para salir, pero alguien me detiene.

—¿Qué haces? Pensé que vendrías conmigo. —Habla frunciendo su ceño.

—Pensé que no querías llegar tarde a clase.

Este se queda callado y abre la puerta. Veo como se dirige al campus y yo me pregunto si debería de seguirlo o no.

Opto por seguirlo, ya que por mí esta perdiendo clases, así que abro la puerta y corro hasta estar a su lado.

El camino es silencioso.

O tal vez él es silencioso.

Me dice mi subconsciente.

—Anderson, ¿No? —Hablo para evitar que se forme un silencio incómodo.

—Me llamo James, Anderson es mi apellido. —Se ríe.

—¿James? ¿James Anderson? Me agrada. —Sonrío.

—¿Así que eres Cooper? —Habla como que si mi apellido fuera lo más raro del mundo.

—Mi nombre es Nicole.

—Lo sé.

—¿Lo sabes?

—Sí, eres la chica nueva de la ciudad.

—¿La chica nueva de la ciudad? —Me río.

—Vivo en la misma calle en la que  vives, Cooper.

—¿Qué? ¿Entonces técnicamente eres mi vecino? Que pequeño es este lugar.

Este me mira raro, pero sigue caminando hasta que llegamos a otra puerta. La abre y hace el ademán de que pase primero, le agradezco y observo mi alrededor.

—El campus es el camino más corto para llegar al otro lado, pero también puede hacerlo desde adentro.

Asiento.

—¿Siempre es así de silencioso? —Pregunto.

—Solo cuando estan en clases.

Asiento nuevamente.

—¿Y tú?

—¿Yo?

—¿Me refiero a que si siempre eres así de callado? —Me doy la vuelta para mirarlo a él.

—¿Siempre preguntas tanto? —Frunce su ceño.

—Sí, pero ese no es el tema, no contestaste mi pregunta.

—No lo sé.

—¿No lo sabes?—Se queda en silencio nuevamente—. Está bien.

James se dedica a enseñarme la universidad, mientras yo presto atención a lo que él dice.

—Y eso es todo. —Me sonríe.

—Gracias. —Le sonrío de igual manera.

Este asiente y empieza a caminar a lo que creo que es su clase.

—¡James! —Le grito y este me mira sobre su hombro—. ¿Sabes dónde se encuentra esto?

Él vuelve a dónde yo me encuentro y toma la hoja.

—Ven conmigo. —Me sonríe nuevamente.

Caminamos nuevamente por los largos pasillos de la universidad y nos detenemos en frente de una puerta. Este toca para luego abrir la puerta y mirándome me indica que pase.

Le sonrío y le agradezco. Entro y el profesor me recibe con una sonrisa de lado.

—Pasen.

¿Pasen? Observo detrás mío y veo que él también ha entrado a esta clase.

—¿Por qué entraste? —Le susurro con el ceño fruncido.

—Porque también estoy en esta clase. —Me imita.

Yo levanto una ceja y él cambia su expresión a una seria.

—¿Cuál es su nombre? —Pregunta el profesor.

—Nicole, Nicole Cooper.

—Ah, sí, usted debe de ser la chica nueva. El director nos comentó sobre usted.

¿Qué acaso no entra gente nueva aquí?

Entraste meses después, la etapa de los nuevos ya pasó.

Me dice subconsciente.

—Puede sentarse donde usted desee señorita Cooper. —Habla sacándome de mis pensamientos.

—Gracias.

Todas las personas nos observan.

O mejor dicho, todas las personas te observan.

También.

Me siento en el primer lugar que veo vacío y presto atención a lo que el profesor dice.

De un pronto a otro siento una mirada sobre mí. Empiezo a buscar para ver de quién se trata y encuentro a James observándome fijamente.

No quito mi mirada, de igual manera lo veo fijamente, hasta que noto que alguien más se une a este tonto juego de miradas, pero esta vez es otro chico y tengo que admitir que la manera en que nos ve no es para nada linda.

Solamente te está viendo a ti.

Lo sé, solo no quiero pensar que es algo personal.

James se da cuenta de esto y aparta su mirada de mí, yo simplemente vuelvo a ver al otro chico y le sonrío para finalizar este juego que se ha vuelto un tanto incómodo para mí.

Siento que es la manera más extraña en la que alguien me ha visto.

NICOLE

HeterofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora