Capítulo 6: ¿Acaso te golpean?

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"La luna está llena de miradas que se perdieron buscando una respuesta."

Capítulo 6: ¿Acaso te golpean?

Después de desayunar, me dirijo a la universidad. Al llegar, me doy cuenta que aún sigo siendo la chica nueva por lo que dice el profesor.

—Buenos días, debe ser usted la nueva estudiante. —Dijo el profesor al verme entrar.

—Buenos días, soy Nicole Cooper.—Digo.

—Bueno, señorita Cooper. Tome asiento.

Me dirigí al primer asiento que vi vacío, me senté y espere a que el profesor comenzara a explicar.

—La biología es la ciencia que estudia...

—Buenos días. —Interrumpió ¿James?

<<Súper cliché.>>

¿Por qué cliché? No es como que me gustara. ¡Reacciona!

<<Más cliché aún.>>

Ugh.

—Al parecer hoy es el día de interrumpir mis clases. Pase, señor Anderson antes de que cambie de opinión.

Sonrió y busco con la mirada un lugar dónde sentarse. ¿Por qué está mirando hacia donde yo estoy?

—Estas en mi lugar. —Dijo.

Ah.

—No sabía que tenían lugares en específico.

—Bueno, pues ahora lo sabes.

—Claro, pues entonces para la próxima llega más temprano y podrás sentarte donde tú quieras. —Sonreí.

—Uh, eso estuvo fuerte. —Dijo un chico cuyo nombre desconocía.

—¿Cómo era que te llamabas? —Me dijo James de forma hostil.

¿Disculpa?

—Nicole. —Respondí.

—Bueno, Nicole, aquí o cooperas o no te irá bien, así que... —Sonrió—. ¿Puedes mover tú lindo trasero de mi silla y colocarlo en otro lugar que no sea el mío?

¿QUÉ DEMONIOS? No sé si eso fue un cumplido o un insulto.

—¿Y si no quiero? —Dije.

¡Maldita sea! ¿Por qué simplemente no me quedo callada y ya? Además ¿Por qué todos me miran como se hubiera retado al mismísimo diablo? Y cuando digo todos, son todos... incluyendo al profesor.

<<Porque tal vez si estás retando al mismísimo diablo, estúpida...>>

—¿Realmente quieres eso? Porque si yo fuera tú, estaría moviéndome en cuestión de segundos. —Habló seriamente.

—Tú lo has dicho, "si yo fuera tú", pero como no lo eres. —Sonreí.

<<¡CÁLLATE NICOLE!>>

Lo siento, pero este chico me saca de quicio.

—Anda, amigo, no discutas con una persona de la cual no vale la pena hacerlo. —Dijo un chico que estaba a mi lado.

¿Amigo? Este era el tipo que estaba discutiendo ayer con James, ¿no?

—Sabes que, tienes razón, Jace. No pelearé con alguien que no vale la pena.

Okay, ¿qué les pasa a estos estúpidos?

(...)

Después de esa clase tan horrible, tocaron la campana, así que me dirigí a la cafetería. Al llegar a la cafetería, parecía que explotaría de estudiantes y lo peor era que todas las mesas estaban ocupadas.

Hoy realmente me sentía agotada y no tenía ganas de ir a buscar un lugar donde sentarme, así que decidí mejor no comer. Además, ver tantas personas me quita el apetito.

No me malinterpreten, me gusta conocer personas a pesar de ser una persona muy solitaria, pero la verdad era que hoy no me encontraba de humor.

Me dirigí a la salida de la cafetería y me encaminé para guardar algunas cosas en mi casillero.

—Deberías tener cuidado con lo que dices...

Pegué un brinco e inmediatamente di media vuelta para ver quién era el dueño de esa voz.

—¿Tú otra vez? —Dije mientras mi corazón latía muy rápido del susto.

Después de lo sucedido en aquella clase, no quiero ni verlo a la cara.

—¿Sabes quién soy yo? —Habla sarcásticamente.

—Lastimosamente sí.

—Bueno, veo que no muy bien, pues ya que me he presentado muchas veces, no sé si ya has escuchado algo sobre mí, pero como dije antes, "si yo fuera tú" tendría cuidado con lo que sale de mi boca.

—Sí, pero no...

—Sé que no soy tú, genia, pero solo quiero que sepas, que tengas bien en claro que, si te metes conmigo, te irá muy mal, Cooper. —Dijo mientras se acercaba lentamente a mí.

¿Eso fue una amenaza?

—¿Me estás amenazando? —Fruncí mi ceño.

—Creo que ya nos vamos entendiendo. —Me miró—. Solo quiero que sepas que te digo esto por el simple hecho de que cuando vayas a hacer algo, lo pienses dos veces.

¿Quién demonios se cree este chico?

—¿Quedó claro?

—Por supuesto... —Sonrió—... que no.

En cuestión de segundos, este chico me tomó por los hombros y me empujó fuertemente contra los casilleros.

—Demonios... —Murmeré al sentir que un dolor recorría mi espalda.

—¿Con que no te quedó claro? —Dijo mirándome como si yo fuera lo más patético que haya visto en su vida.

—Suéltame... —Susurré con la voz entrecortada.

—¿No me digas que estás asustada? ¿Dónde quedó la niña rebelde de hace unos minutos? —Dijo agarrándome más fuerte de los hombros.

—Basta... —Dije retorciéndome en sus brazos.

—Ya estás advertida, si no obedeces a lo que te estoy diciendo, juro que desearás irte de... —Frunció su ceño y lo que hizo no me lo esperaba.

Dirigió su mano a mi mejilla justamente donde estaba un pequeño hematoma, lo cual provocó que una sensación bastante extraña recorriera todo mi cuerpo.

—Maldita sea, ¿Qué demonios crees que haces? —Me quejé.

—Eres tan estúpida. —Se burló—. ¿No sabes defenderte? ¿Perdiste una pelea acaso?

—No perdí una pelea... —Bajé mi cabeza.

Es un idiota. No perdí una pelea, suelo marcarme de hematomas fácilmente. Mi madre y mis amigos solían decirme que fuera a un doctor, pero me estresa, en fin, si sigue así me dejara más un hematoma.

—¿Ah sí? ¿Qué te pasó entonces? ¿Te pegó alguien del cual no te puedes defender o qué? —Se burló nuevamente.

No entiendo porque le importa tanto lo que me pasó en la mejilla.

<<¿Sabes que realmente no le importa?>>

Lo sé, solo que no entiendo porque me hace tantas preguntas.

—¿Acaso te golpean?

NICOLE

HeterofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora