Capítulo 3 | Final

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Ahora o nunca.

Fue lo que pensó Hawks. El sacerdote estaba sumergido bajo un mar de dudas entre sí pecar o no. El demonio deseaba que se inclinase por la última opción, necesitaba un último empujón. El hombre de encima suyo apretaba sus ojos mientras agarraba al ser del infierno. Parecía estar pasándolo mal, solo necesitaba una cosa. Ahora o nunca, Hawks se lanzó.

Entre todo el Apocalipsis que Enji pasaba en su cabeza, noto como sus labios se humedecieron lentamente. Era un beso, un beso dado por el demonio de las alas Rojas. No era salvaje, ni rápido ni forzado. Era tierno, como si de verdad lo quisiese tras ese arduo fuego de sexo.

 El sacerdote abrió los ojos y se encontró con su oponente mirándolo directamente. Hawks dejó escapar un suspiro, nunca le había pasado aquello. De verdad que quería copular con él, pero tal vez es porque había algo más. Los ojos azules del clérigo lo miraban con todo detalle, debatiéndose. Hawks alargó su mano y le acarició el rostro:

- Nunca, nunca me había pasado esto. Yo de verdad quiero... hacer el amor o como los humanos ya lo decís... contigo.

Fue el detonante final, la pólvora para la bomba. Ya no más resistencia, ya no más. El demonio vio como los hombros de su oponente se relajaban al igual que su agarre:

- Yo no sé hacer el amor.- le confesó el cura.

Hawks sonrió tontamente mientras acercaba su rostro a Enji:

- Yo tampoco, por eso quiero aprender.

Lo sentenció con un beso mientras que se agarraba a la inmensa espalda de este. El sacerdote correspondió el beso. Fue el inicio del fin.

Los dos hombres se agarraban como si la vida se les fuera a ello. La temperatura de los dos se extendía por sus cuerpos. El sacerdote quería imponerse sobre el demonio y este otro no le importaba, es más, le gustaba. En medio de esos besos pasionales, el sacerdote levanto al demonio por los muslos. Ponerle esas manos por debajo de él, notar cómo sus dedos lo agarraban, el demonio notaba arder su piel. 

Enji sentó al demonio en el propio altar, luego siguió agarrando su cuello para seguir comiéndole la boca. Notar sus labios, sus lenguas, sus pieles... No en sueños, si no en la realidad, era mucho mejor. El demonio se separó con dificultad mientras suspiraba:

- Daddy... Déjame ver tu polla.

El sacerdote rodó los ojos y se la mostró. Hawks pudo notar como su interior bombardeaba, aquello era una bestia. Enji miraba como al demonio se le caía la baba poco menos al observar su miembro. Tardó poco segundos Hawks en arrimarse y empezar a lamer. El clérigo dejaba soltar suspiros, el calor entre los dos era evidente. Pero Enji quería más, no le bastaba solo con eso. Así que agarro la cabeza por detrás y empujó violentamente hacia su miembro. El demonio solo tuvo tiempo a parpadear de la sorpresa pero al momento era movido por la mano  del sacerdote para sacar y entrar su miembro. Costaba respirar pero no importaba, no tardaría mucho según siento el miembro. El demonio de tal excitación sentía, se vino sin quitarse sus pantalones. Chorreo y se formó una mancha de mojadez en la parte íntima. No tardó mucho más el clérigo, no si antes aumentar el ritmo y hacerlo dentro del demonio alado. Noto la pesadez del líquido dentro de él, le llenaba las mejillas y le chorreaba por los labios. Bebió todo lo que pudo, pero mancho su bonito pecho, todo esto visto por Enji.

Todavía no se había quitado los restos de semen de sus labios cuando Hawks notó como lo cargaba de nuevo y lo subía al altar otra vez. Le quito sus pantalones del tirón, dejando a la vista su miembro erecto y chorreante. Hawks apretó sus labios, dirigió sus ojos a Enji. Observo las marcadas fracciones del sacerdote, le imponía y le excitaba demasiado. El demonio suspiro, empezó a abrir sus piernas lentamente, pero la paciencia del clérigo no era mucha así que se lanzó contra Hawks para abrirle las piernas directamente. El demonio soltó un gemido, junto su cuerpo con Enji, agarrandose a sus hombros y cuello mientras este lo colocaba para empezar a  empotrarlo. Se apoyaban en el propio altar, era el mejor escenario para tener sexo penso el demonio.

Hawks le lanzó una mirada al sacerdote, se besaron de nuevo. En el ardiente beso, el demonio sintió como el miembro empujaba sobre su entrada ya mojada desde el principio de su visita al clérigo. Cuando la metió entera, casi de un golpe, Hawks echó hacia atrás su cabeza soltando un profundo gemido. Enji lo sujetaba, disfrutando de la estrechez del interior del demonio. Aquello, era lo mejor que había sentido en su vida, sin ninguna duda de ello. Lo estaba volviendo loco, ahora se comportaba como una bestia sedienta de sexo, nadie quien lo hubiera visto hubiera pensado que era sacerdote.

Cargando a Hawks contra el altar, lo empotraba con una rapidez y fuerza espectacular. El demonio solo podía gemir, agarrando la piel de Enji clavando sus uñas. Ambos podía notar lla de el corazón, cuerpo y sensaciones del otro. Eran uno y con eso les bastaba. La rapidez y la fuerza llegaban a lugares que Hawks ni sabia que un humano podía tocar. El miembro de Enji era enorme, el disfrute era máximo pero lo favorito de toda aquella explicita situación era ver al sacerdote sobre él. Verlo gemir de placer, el vaho salir de su boca y sus ardientes besos, junto con eso y todo su polla dándolo por detrás, para Hawks fue el verdadero cielo y no ese que hablaban tanto los Ángeles.

Se vinieron juntos, con un alto gemido. Hawks fue rellenado como el que rellena un vaso de agua fresca en verano. Enji seguía dentro de él cuando acabó de soltar toda su semilla y lo miro  desde un ángulo alto. Podía ver al demonio agarrandose a sus fuertes brazos mientras el líquido empezaba a salir de él, manchando el altar. Al tenerlo tan cerca Enji pudo observarlo mejor. En verdad, era apuesto, unas facciones bonitas. No pudo evitar besarlo y apretujarlo contra él. Hawks se dejaba llevar en aquella felicidad, no quería parar. Cuando terminaron de besarse el demonio fue el primero en hablar:

- Para ser tu primera vez no ha estado nada mal viejo. Me has rellenado enterito.

Enji chasqueo la lengua:

- Deberías cerrar la boca, estás en las de perder.

- ¿ Ah, sí ? Prefiero que me la cierres tu.

Hawks era sin duda la llama que encendía a Enji. En nada de tiempo colocó al demonio en una nueva postura para penetrarlo de nuevo, sintiendo como el más joven ya gemía con solo tocarlo. 

El sacerdote echo una última ojeada a la cruz de madera próxima a ellos. La miro atento durante varios segundos antes de entrar de un solo golpe en el demonio haciéndolo gemir altamente. La Iglesia podía irse a la mierda, él se quedaría follando eternamente en la lujuria con Hawks. Agarró las caderas del demonio y empezó a moverse fuertemente mientras las estatuas de las vírgenes y Ángeles los miraban, así eternamente.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

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Alas y Pieles | EndeHawks +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora