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- ¿Eh? ... ¿policía?... ¡¿PERO Q...?! –

Tae cubrió la boca de Jimin mientras le pedía silencio colocando su dedo índice en los labios. Miró a su alrededor para asegurarse de que seguían solos.

- Jimin, te dije que no gritaras – regañó al rubio.

- Lo...lo siento – se disculpó en cuanto retiró la mano del contrario – pero entonces...¿Yoongi es un criminal? ¿Eso estás diciendo?

- No he dicho eso – respondió Tae, mirando una vez mas a su alrededor – Me temo que Suga esta metido en un gran problema, Jiminnie.

-.-.-

Jimin aún no había atravesado la puerta de entrada a su casa, cuando el delicioso aroma llegó a su nariz. ¿Salteado de carne con verduras?

Al entrar a la cocina se encontró con el pálido cocinando aquello que desprendía aquel delicioso aroma.

- ¡Ah Jimin! ¡Volviste!

- Sí... ¿Qué haces?

- La cena ¿no ves? – sonrió – ve a dejar tus cosas, ya estará listo.

- Sí claro...Gracias – Jimin salió de la cocina y notó que todo el departamento estaba en orden, el mayor había limpiado. ¿Desde cuándo Yoongi era tan atento y amable? Seguramente siempre había sido así, sólo que el rubio no lo había querido admitir - ¿De verdad eres fugitivo ahora Min Yoongi? – susurró algo triste, antes de volver a la cocina a cenar.

La cena en general estaba siendo silenciosa, pero no está de más decir que a la vez era bastante deliciosa para el rubio. Desde hace mucho tiempo sólo comía ramen instantáneo debido a que no era bueno cocinando y no tenía mucho tiempo.

Para Suga comer en silencio era cómodo, ya estaba acostumbrado desde que dejó su hogar a los 13 años. Por el contrario, para Jimin estaba siendo de lo mas incomodo, si no fuera por la grandiosa comida, ya se habría largado a su cuarto sin cenar, y es que el menor no sabía cómo sacar el tema de la policía con Yoongi, sin sonar histérico por la situación. Menos aún sabia como pedirle disculpas por la discusión de la noche anterior, si bien esa mañana estaba decidido a hacerlo, un nudo en la garganta le impedía hablar.

- ¡ACHU! – estornudó estruendosamente el pálido, sacando al menor de su colapso interno.

- ¿Estas... bien? Llevas toda la cena estornudando.

- Sólo es un pequeño resfriado, no es nada.

- Las noches son muy heladas aquí...lo siento por no tener más cobijas.

- Esta bien Jimin, no te preocupes – sonrió – ya es suficiente con que me dejes quedar aquí.

- Te hare un té de hierbas ¿Sí? Evitará que sigas resfriando.

- Jiminnie – tomó su mano antes de que el menor se levantara – gracias...por todo.

Era ahora o nunca.

- Yo... – comenzó a hablar, llamando la atención del pelinegro – yo...lo siento por lo de ayer, no quise decir realmente eso -Suga arqueó ambas cejas - Tú no me desagradas, hyung – musitó sonrojado.

- Jiminnie – habló el pelinegro sin dejar la expresión de sorpresa. El corazón del menor comenzó a inquietarse ante lo que respondería el contrario, se esperaba una mala broma o un rechazo – olvida el té... escucharte llamarme hyung podría ser la cura a todos mis males.

- ¿Qué? ¿Pero qué? – Jimin sintió sus mejillas calientes y se zafó de la mano del contrario – eres incorregible Min Yoongi ¿Lo sabias? Te estoy pidiendo disculpas seriamente y tú...

¡ME DEBES UN FAVOR! | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora