Prólogo

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Prologo.

Cuatro años atrás.

Serena McVain se paseaba en la habitación de su mejor amiga, Lucy, de un lado hacia el otro. Trataba de controlar su pánico. 

Esto no puede estar pasando. No puede estar pasándome –  decía ella una y otra vez.

Serena por favor para que me estas mareando haciendo eso – pidió su mejor amiga Lucy Hollister.

Lucy esto lo arruinará todo. Todo – enfatizó lo último. Serena paró de caminar y se llevó las manos a la cabeza.

¿Fue segura? ¿Cuántas te hiciste? – preguntó Lucy. Ella también estaba tratando de no entrar en pánico por Serena.

Segura, me hice cinco y de marcas diferentes –  ella estaba que lloraba a este punto –  no fue a propósito, tú lo sabes, fue un accidente – Lucy se paró de la cama y se acerco a su amiga que estaba al borde de una crisis.

Claro que te creo, Dios santo él lo hará, te ama tu lo amas, para esto se necesito dos personas ¿lo sabes? – Serena asintió y recibió gratamente el abrazo de apoyo de su amiga. Cuando se apartaron Lucy sonrió –  un bebé ¿eh? – Serena se permitió sonreír por primera vez desde que se había hecho la prueba. 

Debo hablar con Terry apenas vuelva del campamento, que lo sepa por mi – Serena le lanzó una mirada a su amiga quien levantó sus manos en rendición. 

Tranquila, te dejo eso a ti...y si, estaré allí contigo – dijo antes de que Serena siquiera le preguntará.

Gracias – Lucy lesonrió y se acostó de nuevo en su cama. Serena respiró profundamente y miró la prueba de embarazo, que había tenido todo ese tiempo apretada en su mano, donde las barritas le daban el positivo. Ella estaba embarazada, a sus 19 años. Dios santo ¿qué iba a hacer? Ciertamente sus tíos la apoyarían en todo pero ella sabia como se sentía Terry hacia los bebés o siquiera las familias en sí, y no lo culpaba, realmente había sido dura su niñez, si hasta su noviazgo había tenido dificultades, pero las superaron y llevaban dos hermosos años juntos. Ella lo amaba profundamente y él a ella, Serena solo esperaba que siguiera haciéndolo cuando se enterara de que estaba esperando su hijo.

Vamos Serena – La llamó Lucy – venga nena, pensemos en nombres – sonriendo las dos chicas comenzaron a debatir nombres de bebés.

.......

Terry no iba a estar feliz de oír esto...bueno, parte de esto. Pensaba Melinda White con una sonrisa en su rostro. Esto era lo que necesitaba para tener a Terry nuevamente, Candice, la mamá de Terry, estará encantada de apartar a cualquiera de la vida de su preciado hijo, después de todo el apellido Hollister era importante, Terry no podía pensar realmente en tener un futuro duradero con ella, Serena, la niña adoptada del pueblo, no tenía nada, todo el dinero que ella poseía era por sus tíos Roger y Beatrice, era una cazafortunas.

En cambio ella, Melinda, era perfecta para Terry, misma escalón en la sociedad y además siempre esperaron que la familia Hollister se uniera a la familia White. Todo iba a ser perfecto a partir de ahora. Menos mal decidió ir a buscar ella a Lucy para que bajara a cenar, la prima de Terry vivía allí mientras sus padres viajaban, pero no había sabido que Serena estaba con ella, de seguro ni lo sabia Candice.

Apartándose de la puerta con una gran sonrisa volvió hacia el comedor donde apartando a Candice a un lado le informo al oído lo que había escuchado. Y así empezó todo.

……

Fueron tres días después que Serena pudo ver a Terry, fueron tres días de imaginarse todos los escenarios posibles pero jamás se había imaginado ese. Fue a tempranas horas de la tarde, eran ya las cuatro de la tarde y había indicios de un hermoso atardecer. Lucy la había llamado diciéndola para avisarle que Terry había llegado hace unos minutos y sin querer perder más tiempo ya se hallaba en la casa de los Hollister, Adam el mayordomo le abrió la puerta, y allí le esperaba Lucy y no se veía muy bien.

Ámame de NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora