Me despierto. Anastasia no está. La cama, de repente, se ve más grande y vacía de lo habitual. Mi propia sensación me saca una sonrisa irónica. No te pongas sentimental, Grey.
Me levanto. ¿Estará en el baño? No, no parece. ¿De qué ánimo se habrá despertado? ¿Con qué me encontraré cuando la vea?
Supongo que no debería preocuparme por eso. Es inevitable no hacerlo al volver a ver la mancha de sangre en las sábanas. La señorita Steele ya no es más virgen. Y el responsable soy yo. De acuerdo, puedo manejarlo.
La busco por la casa. La encuentro en la cocina. Se ha hecho dos trenzas. Lleva puesta mi camisa y un iPod en donde escucha música, aislada de cualquier otro sonido.
Me acerco sigilosamente. No percibe mi presencia. Me siento en un taburete y la miro desde allí.
Está preparando el desayuno. Puso beicon en el grill y, ahora, bate unos huevos. Se la ve concentrada en la música que escucha y en sus propios pensamientos. Es agradable observarla.
Entonces, se da vuelta y me ve. Se queda helada, sin capacidad de reacción. Se ruboriza levemente y eso la hace mucho más encantadora aún.
Finalmente, se quita los auriculares.
—Buenos días, señorita Steele. Está muy activa esta mañana.
—He… He dormido bien —me responde tartamudeando.
Podría estallar en una carcajada, pero lo evito, porque temo que le moleste.
—No imagino por qué. También yo cuando volví a la cama.
De a poco su cuerpo comienza a relajarse. Y su actitud también.
—¿Tienes hambre?—me pregunta ingenua.
—Mucha —le respondo con doble intención.
Me mira. Creo que me ha entendido, pero finge que no.
—¿Tortitas, beicon y huevos?— exclama entusiasmada.
—Suena muy bien.
La señorita Steele sabe hacer desayunos muy nutritivos. Es necesario para seguir nuestro ritmo.
—No sé dónde están los manteles individuales— me dice un poco preocupada.
Está muy bella cocinando mientras lleva mi camisa.
—Yo me ocupo. Tú cocina. ¿Quieres que ponga música para que puedas seguir bailando?
Mira hacia abajo. Otra vez se ruboriza. Me causa gracia que todo le dé tanta vergüenza.
—No te cortes por mí . Es muy entretenido —bromeo, intentando que se relaje.
Se da vuelta y sigue batiendo los huevos. Me acerco. Me quedo de pie a su lado. Observo las trenzas. Tiro de una de ellas.
—Me encantan. Pero no van a servirte de nada.
Está seria. No sé si está divirtiendo. Aunque no creo que tanto como lo estoy haciendo yo.
—¿Cómo quieres los huevos? —me pregunta de repente.
Señorita Steele, qué brusca. ¿Dónde ha dejado su buen humor?
—Muy batidos —le respondo con tono irónico.
Veo que quiere reírse pero no lo hace. De acuerdo, puede disimularlo si es lo que le apetece.
Voy hacia el cajón y cojo los manteles individuales. Anastasia continúa cocinando. Hacemos un buen equipo.
Luego, llevo zumo de naranja hasta la barra y empiezo a preparar café. Ella se da vuelta y me mira.
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Bajo La Piel De Grey
RomanceBueno, algunas personas sabrán que esta obra anteriormente era un fanfic. Pero debido a que la misma E.L. James ha creado un libro con la perspectiva de Grey, ya no es necesario publicarlo más, así que hemos buscado dicho libro y lo traemos para ust...