II. La vida de un López

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-¿Hoy hay cartas? -el pequeño se acercó a la mesa para revisar, habían un par pero ninguna era la que buscaba, hizo un leve puchero al darse cuenta.

-No te agüites, ya llegará -su padre le sonrió antes de darle un beso en la frente. El pequeño de once años asintió, anhelando que la espera no fuera mucha.

Cuauhtémoc López era un niño adorable y respetuoso, sin embargo si en estos momentos alguna lechuza se atrevía a cruzar la ventana sin su carta esperaba que su escasa magia fuera suficiente para darle un buen susto al ave.

Los López no eran una familia a la que conocieran por sus logros o porque tuvieran algún héroe en su familia que haya mantenido su apellido. Desde el inicio sólo fueron amables personas, justas y honestas con todo el mundo mágico y el muggle pues para ellos las rivalidades que siempre han existido entre magos y muggles era una tontería, todos son personas que viven en el mismo mundo y no por ello debían de odiarse.

Sus relaciones con los muggles iban más haya del afecto amistoso, teniendo en varias ocasiones relaciones y hasta matrimonios con ellos. Laura era una hermosa muggle que trabajaba en una cafetería el día que conoció a Francisco López, quien había tenido curiosidad en como era el mundo muggle ese día, encontrándose a la mujer que sería el amor de su vida y madre de sus hijos.

La vida de Pancho y Laurita fue feliz y se incrementaba con cada nacimiento de sus hijos, todos teniendo el don mágico y siendo buenos dependiendo del trabajo mágico que decidieron ejercer. Cuando supieron que Temo llegaría a sus vidas no hubo más que alegría en un inicio, la cual fue opacada por el amargo desenlace.

Su madre, Laurita, había dado a luz una semana antes de lo previsto por razones que nadie terminaba por darle pero que no eran tan importantes; el parto fue complicado trayendo una desgracia y alegría al mismo tiempo. Laurita había muerto sin embargo el pequeño Temo resistió y en unos días más pudo estar con su familia.

Sus primeros años fueron normales, creciendo lo que se supone que debía de crecer y siendo amado a por todos los López, pero un pequeño detalle alarmaba a la familia. Todos y cada uno de ellos había presentado un poco de sus poderes cuando hacían berrinches, tenían hambre o incluso si estaban felices pero con Temo no fue así, haciendo que todos pensarán que era un Squib, un mago sin magia.

La vida continuaba y Pancho volvió a encontrar el amor con Rebeca, una bruja mestiza con quien tuvo a dos mellizos, Lupita y Julio. Ella amaba a Temo tanto como amaba a sus hijos, logrando un gran vínculo con él casi al instante, Temo también la amaba y quería a sus dos hermanos menores.

Un día cuando Temo dejó sus juguetes en el sillón mientras iba por un poco de agua en la cocina el pequeño Julio tomó su barco de madera y sin querer lo rompió, poniendo muy triste y enojado a Temo quien gracias a eso hizo que el agua que estaba en el vaso saliera de este y le cayera a Julio, además de aplastar el vaso como si de papel se tratase. Eso lo asusto ya que nunca había tenido tanta interacción personal con la magia pero su Papá y hermanos le explicaron que eso quería decir que iría al colegio más importante en México y que sería un estupendo mago como todos en su familia.

Su cumpleaños número once había pasado hace una semana por lo que desde ese día había estado qesperado que su carta de admisión llegara entre el correo. Sus hermanos le decían que no tenía que preocuparse, que era normal no tenerla el día de su cumpleaños y que pronto llegaría, pero el temor de no tenerla era grande pues sus hermanos recibieron la suya a pocos días y no habían tardado tanto.

-Hola Temo -Rebeca saludo al niño en cuanto lo vio en la puerta, estiró su mano para tomar la de él y abrazarlo- ¿Qué ocurre corazón?

-¿Cuándo va a llegar mi carta? -preguntó el pequeño mientras observaba a sus hermanos jugar un poco de quidditch en el jardín.

Magia con el Corazón || Aristemo (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora