Magia con el Corazón || Aristemo (Pausada)

III. Callejón Tepito

El nuevo ciclo escolar estaba por empezar, tanto para el mundo mágico como el muggle, todos estaban vueltos locos por las cosas que necesitarían el resto del año, aunque tenían más diferencias que similitudes.

Un niño muggle compraría sus útiles escolares y demás cosas en una papelería o incluso en algún supermercado, pero para los magos y brujas las cosas que necesitaban las podían encontrar en un solo lugar, el callejón Tepito.

El barrio como tal era muy conocido para los muggles, siendo amado y temido en cantidades similares por sus historias y rumores, los puestos de ventas también eran famosos entre ellos pero para los magos y brujas no era su principal atractivo.

En una de las casa del lugar, adentrándose un poco al barrio, existe un graffiti como todos los demás pero este es de la serpiente emplumada a la que llaman Quetzalcoatl, aquella pintura resguarda la entrada al callejón mágico del lugar.

Entrar en el es bastante sencillo si de un mago se trata, pues la pintura esta encantada, por lo que al tocar una parte de ella con la varita está se moverá y dara paso a aquellos que lo requieran.

En una mañana a pocos días para iniciar las clases la familia López había decidido ir por las cosas que Temo necesitaría para su primer año en el colegio.
Temo caminaba alado de su padre mientras sus hermanos menores tomaban las manos de Rebeca, sus hermanos mayores no estaban con ellos pues sus trabajos no les permitían tener tanto tiempo juntos. Los trabajos de Pepe y Lupe les hacían irse por días y hasta meses, este día era el caso ya que ambos se fueron pocos días atrás y no tenía idea de si los vería antes de entrar al colegio mientras que Ana ya se encontraba en el Ministerio de magia trabajando.

Llegaron pronto a la pared en la que estaba el graffiti, ambos adultos observaron por los alrededores antes de que Rebeca sacara su varita y diera un leve toque a una de las plumas de la serpiente, haciendo que al instante serpenteara un poco antes de dejar el lugar donde podrían pasar sin problemas, Temo observó todo maravillado aunque no era la primera vez que iba siempre le sorprendía como funcionaba la magia y esperaba algún día poder hacer todo eso. Pasaron la pared y se encontraron con el callejón al instante, tiendas coloridas que mostraban algunas de las cosas que vendían en las vitrinas, puestos en las calles con un sin fin de cosas, sin mencionar a la gente que se paseaba por ahí, comprando cosas tan simples como una túnica o rarezas para las pociones complicadas.

-¿A dónde vamos primero? -preguntó el pequeño Julio, esperando que pasaran por la tienda de Quidditch.

-Nosotros iremos por el caldero, el telescopio, la balanza y los libros -le explicó Rebeca al niño- Papancho y Temo se encargarán de lo demás. Luego nos veremos todos en la heladería, ¿Les parece? -los tres niños asintieron- muy bien, tengan suerte en encontrar todo.

Pancho le sonríe antes de que se separaran para buscar las cosas, espero a que Rebeca y los mellizos caminaran antes de observar a Temo.

-Vamos primero por las capas y todas esas cosas ¿Te late? -Temo asintió, aunque lo que más emoción le causaba era buscar su lechuza o gato, no estaba seguro, aunque sabía que en definitiva no quería un sapo.

Ambos caminaron por la calle, en ocasiones Pancho se detenía para saludar a algunas personas, en su mayoría compañeros de trabajo o vecinos, Temo conocía a algunos pero no era tan sociable y prefería observar a su alrededor.
Caminaron hasta la tienda de túnicas, al llegar Pancho buscó las necesarias y Temo se las probó, no tardando mucho ya que sólo tuvieron que ajustarlas un poco.
Lo siguiente en la lista era ir por su gato, el cual había decidido mientras se probaba las tunicas, por lo que caminaron hasta la tienda. Temo se emocionó al ver algunas aves en las jaulas de fuera, soltando al instante la mano de su padre para ir hasta la tienda y buscar a su gato.