Cincuenta y cuatro días antes

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Es díficil coincidir con él ya que tenemos horarios muy diferentes, cuando él entra yo salgo y cuando yo salgo el entra. Es díficil verlo entre semana y en ocasiones me hace falta hablar y reírme con él, tenemos una relación fuerte, somos realmente unidos, muchos dicen que parecemos gemelos, que nos parecemos mucho pero nosotros no lo vemos.

Aveces peleamos como cualquier pareja de hermanos, pero es más lo que nos une y esa conexión que hay entre los dos es visible para todos los que nos rodean.

Hemos sido creyentes toda la vida aunque hubo una época donde nos involucramos mucho con la iglesia y asistíamos a eventos, ayudabamos y demás. Siempre escuchábamos comentarios como:

- Ustedes son igualitos, se ve que se quieren mucho.

No nos daba pena las muestras de afecto en publico, un abrazo de vez en cuando era costumbre ya de nosotros y para rematar, siempre hemos andado juntos, aún cuando había diferencia de edad.

Recuerdo que cuando yo estaba en séptimo grado y el estaba en quinto, él salía antes que yo y me esperaba para venirnos juntos a casa, era muy simpático con todos así que mis compañeros de salón lo invitaban a entrar y ver las últimas clases con nosotros, admito que no era mucho de mi agrado pero era lindo ver cómo.simpatizaba con mis compañeros que eran mayores que yo y aún mayores que él. Ese era el grado de hermandad que teníamos, siempre veníamos juntos del colegio, cuando alguno de los dos no podía dormir, llamaba al otro para que se pasará a su cuarto y dormir seguro.

Ninguno críticaba ni hacia mala cara, simplemente yo llamaba a mi hermano a altas horas de la madrugada y él venía a mi cuarto y me preguntaba:

-¿No puedes dormir?

-No, llevo horas así. - le respondía yo.

Y esa compañía hacía que pudiese conciliar el sueño, claro que estás cosas fueron disminuyendo mientras creciamos pero, el apoyo que teníamos uno por el otro era inigualable. Más que un hermano, Jeison siempre ha sido un soporte y a él le debo mi vida, hoy estoy de pié, respirando y escribiendo esto todo gracias a él.

Hace unos años pasé por un momento de oscuridad y depresión realmente fuertes, lloraba todas las noches, escribí muchas cosas y cuando sentí que me estaba ahogando en mi propia miseria, en ese momento en el que mis pulmones se rendían para respirar y todo mi ser se daba por vencido, fue mi hermano quién me dio la razón para seguir viviendo.

Me estaba sintiendo épico. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora