¿𝘌𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘢𝘭𝘶𝘤𝘪𝘯𝘢𝘯𝘥𝘰? ✿ 𝗦𝗔𝗦𝗨𝗡𝗔𝗥𝗨「 Sasuke + Naruto」

[𝟒]

—¡Naruto!

Pestañe un par de veces distorsionándome de mis pensamientos.

—¿Huh? Lo siento Iruka-sensei. De repente recordé que tengo que hacer algo importante. —mentí.

—Pero Naruto, aun no te has comido tu ramen. —me dijo el señor Teuchi, el dueño del local.

—Lo siento, quizá vendré mañana-dattebayo.

Salí corriendo del local hasta detenerme en un pequeño puente.

Mi propio cuerpo ya me estaba preocupando, todavía no entendía porque ya no podía dormir bien, o porque mi falta de apetito (digo a mí me encanta el ramen de Ichiraku).

Presentía que Sasuke tuvo la culpa de que esto me estuviese pasando. Yo no me había enfermado de este modo nunca y admito que, en algunas ocasiones no puedo dejar de pensar en él.

—¡Tenías que jugar con mis sentimientos-dattebayo! —solté mirando a mi reflejo del agua.

Cof-Cof.

—Te-Teme~

Reaccioné asustado mirando a un chico que apenas y pude reconocer en medio de la oscuridad.

—Agh, pero que fastidio...

Suspire tranquilizándome.

—¿Shi-Shikamaru? —vi que se aproximaba.

—Desde allá puedo escuchar lo mucho que murmuras.

Se colocó junto de mí.

—Ahora dime que es lo que te pasa, es raro encontrarte solo hablándole al agua. —puso su atención hacia mí.

—Bueno... lo que sucede... es que yo... —deje salir un suspiro.

—Te conozco, Naruto. —enarcaba una ceja— Tu no sueles ponerte tan nervioso, te apuesto millones de yenes a que tu esperabas que yo fuera otra persona.

—Shikamaru, yo...

Sentí que mis mejillas se estaban ruborizando.

—Oye, ese Sasuke me envió a buscarte.

—¿Huh? ¿Sasuke? —me sentí perplejo a lo dicho.

—Es muy raro, porque él me dijo que se sentía un poco preocupado por ti, ha y que te envía un mensaje diciéndote que, "Quiero hablarte sobre el genjutsu". ¿sabes a lo que se refería? —me dijo Shikamaru enarcando una ceja.

Por alguna extraña razón, repentinamente sentí que mariposas revoloteaban en mi estómago, pero de seguro era el efecto del kyuubi.

—Tal vez lo dijo porque últimamente, no me he sentido bien. —abulte mis labios como un bebé encogiéndome de hombros.

—¿Ah? ¿Tu, Naruto? —se extrañó— no crees que Sasuke está exagerando, porque no pareces tener algo. Desde hace años que me había dado cuenta de que casi todo lo que te pasa, te lo tomas a la ligera.

—Esta vez, no es así-dattebayo. —exclamé exaltado— Es diferente, tu no lo entenderías.

—Sí tan sólo me explicaras, quizá lo comprendería mejor.

Trague saliva.

—Bueno. —suspiré— Hay alguien que me ha causado algo que sólo yo siento. Desde hace días que me siento muy raro. Se siente bien, pero alavés complicado. Aunque por poco y casi me la creo, pero no sucedió. —musite— Hay ciertas personas que creen que estoy enfermo, cuando no es así...

—¿Y qué es eso que sientes?

—Tengo entendido de que cuando veo a ese alguien, me congelo. Eso jamás me había pasado, al contrario, cuando sólo veía a ese alguien, sólo quería golpearlo, pero ahora eso cambio. Te confieso que hay ocasiones en el que deseo correr hasta él...

—Na-Naruto, ¿acabas de decir, él?

De repente, un momento incomodo se tornó en el ambiente.

—Cho-Chotto, ¿acaso dije él? Lo que quería decir era ella, ji-ji. —sonreía.

En ese instante hubiese querido regresar el tiempo para impedir decir aquella palabra, puesto que me perjudicaría para toda la vida.

«—¡¿Cómo pude ser tan despistado... ¿En que estaba pensando?!—»

—Naruto, a mi no me engañas. ¿Quién es el responsable de tu actitud?

—Basta Shikamaru, sólo haces que me ponga más nervioso de lo que ya estoy.

—Oh vamos viejo, eso no tiene nada de malo. —me dijo poniendo los ojos en blanco.

—E-Ehm...

—Lo único que tienes, es que te enamoraste, ¿tengo razón?

«—¿Enamorarme, yo?—»

—Eso no puede ser, ni siquiera he tenido novia. —me excuse cruzándome de brazos.

—Tarado. Eso no es necesario. —me dijo volviendo a poner los ojos en blanco.

Toda mi niñez la viví solitario, en ese entonces no tenía amigos, por su puesto que mucho menos novia. Sólo sé lo que se siente gustar de alguien, pero experimentar el amor de otra manera, fue lo que apenas entendía.

—...Y ¿es alguien que conozco? —me cuestiono embozando una sonrisa ladina.

¿Qué podía perder? Si de todos modos me arriesgue a confesarle que haya alguien que me interesa; ya no podía huir.

—Su nombre es...